«Las mujeres nunca han sido aceptadas,
y no lo son ahora, en calidad de
miembros y ciudadanos con mismos
derechos en ninguno de los países
considerados democráticos»
Carole Paterman
México, DF 8 septiembre 09 (CIMAC).- Nace en la antigua Grecia el concepto de los derechos ciudadanos, donde no todas las personas podían acceder a la categoría de «ciudadano» y donde los derechos fueron muy limitados.
El concepto de ciudadanía sintetiza el conjunto de principios, valores, actitudes y modos de conducta a través de los cuales las personas se reconocen como pertenecientes a un grupo humano ubicado en un espacio geográfico social, y que poseen derechos políticos y derechos civiles.
En 1945 la Carta de las Naciones Unidas que reafirma, la «fe en los derechos humanos fundamentales… igualdad de derechos de hombres y mujeres» fue el comienzo de alrededor de 25 Convenciones que sobre la mujer ha promovido las Naciones Unidas y muchos gobiernos, incluyendo el nuestro, aceptaron; sin embargo el problema es la ausencia de leyes, instituciones, programas, políticas públicas, para que estos tengan resultados en la práctica.
MÉXICO Y LA CIUDADANIA
En el caso de nuestro país, el Artículo 4º constitucional hace referencia a la igualdad que tienen los varones y las mujeres ante la ley, sin embargo las diferencias que siguen estando en nuestra sociedad deteriora y paraliza los derechos de las mujeres.
Se crea el Frente Único Pro Derechos de la Mujer en 1953, que tuvo como principal bandera de lucha el reconocimiento de la ciudadanía para las mujeres, se obtiene el derecho al voto para las mexicanas.
En 1974, se establece la igualdad legal entre hombre y mujer, pero hasta 1996 las mujeres logran que se apruebe un artículo transitorio en donde se recomendó que todos los partidos políticos y el propio Instituto Federal Electoral, incluyeran en sus estatutos que debe haber un 30 por ciento de mujeres en los puestos de representación.
Durante la IV Conferencia Internacional de la Mujer, celebrada en Beijin en 1995, se concluyó que el 6 de septiembre es el Día Internacional por la Ciudadanía de las Mujeres.
Los objetivos son reducir la creciente carga de pobreza que soportan las mujeres, eliminar las desigualdades en su acceso a la educación y servicios a la salud; el derecho a la propiedad de la tierra, el capital y el crédito; la instrumentación de medidas que garanticen la disminución de la violencia contra las mujeres; erradicar la inequidad en la participación de las mujeres en la toma de decisiones dentro de las instancias de gobierno, la industria privada y en los consorcios financieros internacionales.
La inclusión de las mujeres en la ciudadanía no ha correspondido con la posesión de los beneficios sociales entre ellos los vinculados con el derecho al trabajo.
El trabajo doméstico es el que hace la diferencia al abordar el tema de la ciudadanía, ya que no existe un equilibrio entre el Estado, el mercado y la familia, como los derechos a los derechos sociales, económicos, sexuales y reproductivos, la distribución de titularidades y la relaciones que se dan dentro de las familias; y las condiciones y posiciones que las mujeres son obligadas a asumir en sus trabajos domésticos y extradomésticos.
¿Cómo impedir que otros tomen decisiones por nosotras y decidan incluso las leyes que norman cómo debemos vivir?
El tema económico es fundamental para establecer el derecho de la ciudadanía de las mujeres y por lo tanto las demandas y participación de las mujeres requieren mayor atención informativa.
Mientras la diversidad no sea reconocida no habrá equidad, no habrá democracia, para así garantizar la libre determinación, la autonomía y la movilidad de las mujeres.
09/MF/LG/GG