Y finalmente, señaló, están los abusos que sufren las trabajadoras de casa y de fábricas, pues su salario es de apenas dos dólares americanos al día (25 pesos), no cuentan con seguridad social, no hay protección a su salud, sufren acoso sexual y las condiciones en las que laboran en las fábricas son precarias.
Para concluir, comentó que ante este difícil panorama sus únicos recursos para afrontar la problemática son «la enseñanza de sus valores republicanos establecidos en sus leyes, exigir a las autoridades la aplicación de los instrumentos internacionales que protegen los derechos humanos y pedir la presencia permanente de organismos de vigilancia, además de fortalecer a las redes de organizaciones civiles para incrementar la capacidad de presión al gobierno», concluyó.
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