Inicio De derechos y poesía: ser niña o niño en un país centroamericano

De derechos y poesía: ser niña o niño en un país centroamericano

Por Maya Cu*

La Declaración de los Derechos del Niño fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959.

A la fecha la pregunta obligada es: ¿Qué hemos hecho para que la declaración sea una realidad para las miles de niñas y niños centroamericanos? ¿Qué hacemos hoy para que a todas las niñas y niños se les garantice el cumplimiento de sus derechos?

La declaración fue aprobada en un contexto de posguerra. El mismo contexto que como una sombra fatídica nos acompaña desde las décadas de los 80 y 90 a la mayoría de países centroamericanos.

El contexto sigue siendo tanto o más espeluznante que la guerra. El narcotráfico ha convertido al sicariato en una de las actividades a las que se dedican miles de niños.

Al mismo tiempo, a muchas niñas y adolescentes se les extrae de sus familias para convertirlas en esclavas domésticas y sexuales de los narcotraficantes.

El contexto, pues, acomete desde su rostro más desesperanzador. La juventud se debate ante la incertidumbre de la privatización de la educación pública y la obligación de insertarse a la vida laboral en una edad en la que deberían dedicarse a completar su desarrollo intelectual.

DERECHOS INCUMPLIDOS

Si revisáramos cada uno de los principios de los Derechos del Niño, tendríamos miles de ejemplos de su incumplimiento.

Acá revisamos únicamente el principio 9: «El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral».
Sin embargo, niñas y niños son obligados por la precariedad económica en la que viven a trabajar a temprana edad al lado de sus padres y madres, en el mejor de los casos.

Lo peor para ellas y ellos es encontrarse en el círculo vicioso de la trata para la explotación sexual. Un negocio que deja abundantes ganancias para un sector a quien no le importa la vida humana, para quienes estos seres son simples objetos de su propiedad, mercancía para el intercambio comercial.

DE ENGAÑOS Y SALVAMENTOS

En Guatemala, las notas de prensa dan cuenta de recientes hallazgos de adolescentes que fueron contactadas a través de las redes sociales y luego fueron encontradas muertas.

Los medios de comunicación masiva presentan estas redes como la maravilla y las jóvenes, deslumbradas por la novedad, caen en los hilos más oscuros y son enredadas en historias de horror y muerte.

Frente a ello, organizaciones que trabajan con víctimas de la violencia y promoviendo los derechos de las mujeres han iniciado campañas de advertencia dirigidas a la población femenina, con el fin de evitar que más niñas y adolescentes caigan en estas redes.

Mientras tanto, la sociedad y los Estados mantienen una deuda: garantizar la vida de las niñas y adolescentes, y para ello deben cumplir con los principios de la declaración citada, en especial los relativos a la educación, salud y protección.

LA POESÍA SE APIADA DE ELLAS Y ELLOS

Una de las poetas emblemáticas de nuestro continente, Gabriela Mistral, escribió mucha de su poesía dedicada a la niñez. Recibió el Nobel de Literatura en 1947. Al fallecer donó toda su obra y fortuna a las niñas y niños de Montegrande, pueblo donde nació. Dice Gabriela Mistral en su poema «Piececitos»:

¡Piececitos heridos
por los guijarros todos,
ultrajados de nieves
y lodos!

Tristemente el poema sigue vigente, retratando a niñas y niños que, aunque hoy lleven zapatos y celular, siguen descalzas y descalzos de protección. Cerramos citando de nuevo a Mistral:

«Nosotros somos culpables de muchos errores y muchas faltas, pero nuestro peor crimen es el abandono de los niños negándoles la fuente de la vida.

«Muchas de las cosas que nosotros necesitamos pueden esperar, los niños no pueden, ahora es el momento, sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando, a ellos nosotros no podemos contestarles mañana, su nombre es hoy».

Fuentes:
http://www.chileparaninos.cl/temas/gabrielamistral/index.html

http://es.wikiquote.org/wiki/Gabriela_Mistral

*Corresponsal en Guatemala, integrante de Red Mujeres al Aire/Voces de Mujeres.

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