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Alika Kinan: Los hombres compran la humillación de las mujeres, no sexo

Por Lucía Lagunes Huerta

Primera de dos partes

Lima, Perú. En su brazo izquierdo ha escrito parte de su historia que la ancló a la tierra para romper con la explotación sexual de ella y de las mujeres de su familia. Enfrenta un proceso judicial que la ha llevado a resistir los ataques de los proxenetas, cambiar de domicilio una y otra vez y a ser militante abolicionista.

La historia de toma de conciencia de Alika Kinan y reconocerse como víctima del delito de trata con fines de explotación sexual inició en el año 2012 cuando fue rescatada del bar “El Sheik”, en la ciudad de Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina, tras 16 años en condición de prostitución.

Su primer expediente data de 1996 donde la policía asentaba que no tenía antecedentes penales y un médico certificaba que no tenía infecciones de transmisión sexual, requisitos de la municipalidad para “trabajar” en cualquier bar de la ciudad. Su último legajo data del año 2010 ya con la vigencia de la “Ley 26.364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas”.

Su testimonio fue fundamental para ganar el primer juicio contra el Estado por el delito de trata en Argentina. Autononombrada feminista radical, Alika Kinan, se declara abolicionista porque está “en contra de la esclavitud”.

 “Los hombres no compran sexo, compran la humillación de las mujeres”, afirma contundentemente, quien por años fue explotada sexualmente, como lo fueron las mujeres de su familia desde su abuela, sus tías, su madre, su hermana y ella.

Alika es el rostro y la vida que demuestra que con oportunidades reales las mujeres en contexto de prostitución salen de ella o nunca entran.

 “Las mujeres pobres estamos condenadas a ser víctimas de trata, ser víctimas de prostitución, si no eres rica y no tienes las posibilidades de estudiar, de ser, estás condenada a lo peor que le puede pasar a una mujer, entregar el cuerpo para sobrevivir, (la prostitución) es un método de subsistencia”.

Cimacnoticias: fragmento de entrevista Alika

La entrevista con Alika, te cala. Su voz cambia permanentemente, es un termómetro. Suave y casi un susurro cuando toca su dolor y el de otras; fuerte y vibrante cuando defiende, argumenta, se indigna. La mirada también cambia; te mira a los ojos o baja la mirada, todo depende del recuerdo que se clave como aguijón.

Alika decidió tatuarse los nombres de sus hijas e hijos antes de iniciar el juicio contra sus captores y contra el Estado argentino por la protección a los tratantes y por negarse  a cumplir con la  ley.

“El tatuaje son las iniciales de mis hijos, las coordenadas geográficas de donde nació cada uno de ellos, la fecha de nacimiento y la hora. Las víctimas de trata tenemos cierta tendencia a confundir eventos en nuestra vida y una falta de orden temporal sobre los acontecimientos. A mi lo que me ordena temporalmente son los nacimientos de mis hijos.”

Alika
Imagen retomada de Facebook

– Lucía Lagunes Huerta (LLH): ¿Por qué eres abolicionista?

– Alika: Porque estoy en contra de la esclavitud, ni más ni menos. Creo que cualquier feminista que se dice y se reconoce feminista, está en contra de la esclavitud. No sólo por reivindicar la lucha de mis ancestras, es la manera que encontré de poder cortar con lo que había pasado con mi vida, siendo que las mujeres de mi historia, mi propia genealogía, fueron mujeres que estuvieron en situación de prostitución, mis tías, mi madre, mi abuela, yo misma.

Tengo cuatro hijas, la única manera, el único camino para poder cortar con eso, no dejarles esa terrible marca, esa terrible herencia como destino. La herencia la tienen y la marca existe, pero yo espero que aprendan de eso para que no vuelva a suceder.

– LLH: ¿Cómo llegas a eso, cómo decides romper?

– Alika: Fui esclava durante 16 años de mi vida -hace una pausa larga y continúa- desde el momento en que a mí me rescataron, no podía comprender el delito de trata sin la figura del secuestro. Yo no había sido secuestrada, para mi era muy complejo poder comprender un delito tan complejo como es la trata de personas sin este imaginario, esa construcción desde el imaginario social de que para que sea trata de personas tiene que ser un secuestro, porque también desde lo social se buscó construir esa figura, para que las mujeres como yo no nos reconociéramos como víctimas de ese delito.

Por supuesto que las mujeres que estamos en situación de prostitución, hemos sido víctimas de trata, porque hemos sido captadas, trasladas y acogidas, pero no nos reconocemos como víctimas por la ausencia del secuestro que es sólo una agravado del delito.

La sociedad o el sistema acomodó esta construcción social, para no tener el trabajo de crear políticas de Estado, políticas públicas, para no combatir el delito. Mientras las mujeres no nos quejemos, no existe lucha, no existe el reconocimiento de delito y restitución de derechos económicos, culturales, sociales.

LLH: ¿Cómo llegas a esa conciencia?

– Alika: Es la parte más difícil de todas. A mi me rescataron en 2012, me captaron en el año 95 y fui rescatada en octubre de 2012, en un operativo que lideró la fiscalía federal de Ushuaia junto con el Ministerio Público Fiscal a través de Gendarmería Nacional….

-Suspira, baja la voz y juega con los dedos-. Alika regresa en el tiempo, pese a su fortaleza, el recuerdo le duele, su voz se apaga, se vuelve pausada, se detiene por unos segundos para seguir con su historia.

“Era una noche, estaba en mi habitación con mi compañera Fany … llevábamos como 15 días atendiendo tipos, … habían entrado muchos barcos, había pasado la fecha de cobro y estábamos realmente agotadas. Justo ese día estábamos descansando porque había bajado todo, nosotras dormíamos dentro del prostíbulo.

Por experiencias pasadas, Alika se alertó cuando escuchó que la música paró, pensó que un robo vendría, nunca imaginó que ese día su historia y la de otras cambiaría radicalmente, que aquello que creían normal dejaría de hacerlo para poder mostrar la violencia del delito de trata.

En medio de la entrevista Alika muestra la transformación en sí misma, mientras en otros momentos al hablar de asaltos en los prostíbulos en que ella estaba podría decir que:

“Se habían llevado toda la plata y las habrían cogido a todas gratis o entraron a robar y violaron a mis compañeras. Fíjate como esas dos ópticas son dos maneras de mirar una misma realidad”.

Cuando se percatan que no es un robo, sino una acción policial, temen ser encarceladas porque explica Alika: “hay una construcción social, una demonización sobre los procedimientos, los allanamientos que realizan las fuerzas de seguridad especializadas que investigan el delito de trata como causa judicial.

Se cree que nos van a llevar presas, como que nosotras estamos cometiendo un delito, pero nosotras no cometemos delito, somos víctimas. El delito existe, pero nosotras no somos las que lo cometemos, es un delito que recae sobre nosotras, sobre nuestros cuerpos, desde diferentes agentes que son externos: la pobreza estructural, el machismo, el capitalismo, son muchas cosas que nos afectan como sujetas de derechos”.

Cuando los guardias tocaron a la puerta de la habitación de Alika y Fanny, la defensa que encontraron fue decir “que era una casa de familia”. Al día de hoy creo que estos tipos se habrán recagado de risa porque era obvio que estábamos dentro de un prostíbulo y que no era ninguna casa de familia. Pero bueno, a nosotras nos descontaban dinero en concepto de alquiler, sí pagamos un alquiler, en nuestro imaginario pagamos un alquiler, la realidad es que nos descontaban guita por todo, nos quitaban guita porque menstruábamos, porque los tipos se quejaban, porque nos dolía la panza, porque no nos podíamos levantar porque estábamos agotadas.

Al otro día no sabía qué hacer, mis hijas no sabían nada, sentía muchísima vergüenza, estaba como rota, de la fiscalía no paraban de llamar, querían que fuera a declarar, estaban los proxenetas presos, habían encontrado pruebas suficientes. Esto te lo puedo decir hoy, en ese momento no sabía que estaba pasando, pruebas más que suficientes para comprobar el delito, (pero) necesitaban la declaración de las víctimas.

Nos liberan de una situación de explotación sexual, pero nosotras, la realidad es que cargábamos tremendo síndrome de Estocolmo, porque nosotras lo único que queríamos era que nos abrieran el prostíbulo que era lo que conocíamos.

Años y años con Pedro y Claudia, era nuestra familia, lo que conocíamos, eran los que creíamos que nos habían sacado de la condición de pobreza, (pero) seguíamos en condición de pobreza.

Es muy complejo poder explicar el daño psicológico que produce la trata como delito, como proceso de disociación, reconocerlo como violencia.

Yo decía ¡qué violencia¡ Claro, mi vida estaba plagada de violencia, la tenía naturalizada en la carne, en la piel, en los huesos, en la cabeza, en el corazón.

Yo no detectaba la violencia porque no sabía ya reconocerla, porque era un callo, se te hace callo, la vida se te hace callo.

Es muy raro y muy difícil que una víctima la reconozca como una violencia, pero en realidad la prostitución es violencia física, sexual, económica, simbólica, violencia estructural.

¿Quiénes son las que son prostituidas? Las pobres, las mujeres pobres, las que no tienen acceso a la educación, por eso te digo que hay un imaginario, un constructo social que llega a creer que si no hay secuestro no hay trata.

Las mujeres pobres estamos condenas a ser víctimas de trata, ser víctimas de prostitución, si no eres rica y no tienes las posibilidades de estudiar, de ser, estás condenada a lo peor que le puede pasar a una mujer: entregar el cuerpo para sobrevivir. La prostitución es un método de subsistencia.

– LLH: ¿Por qué van los hombres a consumir? ¿sólo por sexo?

– Alika: No, los hombres no pagan por sexo, el sexo es fácil, el sexo se consigue en cualquier lado, es fácil. Se paga por poder, se paga por el sometimiento, por la humillación de la mujer, eso no se consigue tan fácilmente sin que eso sea un delito.

Porque una violación es exactamente lo mismo, es el sometimiento, es la humillación, pero es una violación, ahora si ellos pagan por eso, limpian su conciencia, porque ellos (dicen) no, yo no violé, ya le pagué. ¿Y qué diferencia hay si le hiciste lo mismo que en una violación?

No sigamos creyendo en ese romanticismo en la prostitución.

La sociedad necesita creer que el hombre paga por sexo, porque si la sociedad cree que el hombre paga por sexo, no se compromete en erradicar el consumo de prostitución.

Cimacnoticias: Fragmento de entrevista Alika

– LLH: ¿Y por qué la sociedad no se compromete?

Alika: Porque es muy duro, porque es un negocio que mueve 152 mil millones de dólares al año. Está después el tráfico de armas. Tenemos las drogas, la trata, las armas. Es el segundo negocio ilícito más rentable del planeta.

Tenemos 152 mil millones de razones por los que los Estados y países no se comprometen en la erradicación de la trata de personas, porque son las niñas pobres, las mujeres negras, las mujeres indígenas, las mujeres pobres.

Si vamos a Holanda, que es donde está regulada la prostitución, está legalizada ¿son las holandesas las que están en prostitución? No. Son las latinas, las negras, somos las pobres, las menores de edad, las sin derecho, las que no reclaman.

– LLH: ¿Hay una corriente que dice es una elección ¿se elige estar en condición de prostitución?

Alika: No, una elige cuando tiene elecciones reales, cuando tenés caminos que podés elegir. La pobreza conduce a las mujeres a la prostitución. No nos podemos olvidar de la pobreza, porque es la gran generadora de la prostitución como único camino. La mujer pobre que no tiene recursos.

El hombre roba, es narco, tiene cientos de oportunidades ilícitas, porque la mujer cuando es pobre es víctima, es muy raro encontrar a una mujer pobre que te roba un auto, un camión, las mujeres no sabemos, no podemos, se nos ha educado. Si somos pobres nos someten, al hombre pobre se le educa para someter.

Insert pobreza

Cimacnoticias: Fragmento de entrevista Alika

Nos someten, nos esclavizan, no todas quieren ir a limpiar un baño. Y la que no quiere ir a limpiar el baño y tiene ojos lindos, culo lindo o cuerpo lindo está pa´ prostituta, con esta hacemos plata.

¿Quién hace plata? Ella no. Hace plata el Estado, el capitalista, el proxeneta, el del hotel, el de taxi, el de uber, ¡todos! menos ella. ¡Cómo no van a hablar los hombres a favor de que las mujeres “quieren prostituirse”, pero si a ellas les gusta, ellas hacen un montón de plata!

Y cuando habla una mujer, habla la proxeneta. A cuántas mujeres hemos escuchado hablando de prostitución, pocas, y las que hablamos, que hemos sido prostituidas, hablamos de manera negativa, como que ninguna quiere, ninguna lo elige.

Yo quería ser abogada, soñaba, los seres humanos somos un conjunto de sueño, pero fui pobre, entonces puta.

19/LLH/LGL

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