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Sin perspectiva de género Guía de acción para los centros de trabajo ante el COVID-19, de la STyPS

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Ciudad de México. La guía de acción para los centros de trabajo ante el COVID-19 que publicó la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STyPS) no tiene perspectiva de género ni integra las solicitudes que han hecho organismos internacionales para evitar que las medidas de mitigación generen desigualdad para las trabajadoras.

Cuestionado por esta agencia de noticias durante la conferencia matutina del pasado 20 de marzo, el Secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, aseguró que México tiene un plan con perspectiva de género para enfrentar el COVID-19. 

Sin embargo, entre las acciones que ya se impulsan desde las distintas dependencias que forman parte del Consejo General de Salubridad no existe la perspectiva de género ni se incluyen medidas que contribuyan a reducir el impacto desigual que traerán las acciones de mitigación a la vida de las mujeres.

Un ejemplo de esto es la «Guía de acción para los centros de trabajo ante el COVID-19» que publicó el 20 de marzo la STPS (que participa en el Consejo General de Salubridad).  Su objetivo es “que los empleadores en conjunto con los trabajadores, adopten medidas que colaboren en la prevención y atención del coronavirus”.

La guía no considera a las mujeres desde su redacción, pues está escrita en masculino genérico y no con lenguaje incluyente. Además, ninguno de sus siete principios rectores para la toma de decisiones, reconoce en la sobrecarga de trabajo de limpieza y de cuidados en los hogares que podría representar la epidemia por el cierre de escuelas y el aumento de personas enfermas.

Entre las acciones que describe este documento para la atención en los centros de trabajo está: 1) designar al personal responsable de mantener informado a todos los colaboradores del centro de trabajo respecto a las indicaciones de la autoridad sanitaria, 2) identificar dentro del centro de trabajo al personal en mayor riesgo por su condición, 3) identificar las tareas o funciones susceptibles de flexibilizarse o realizarse desde casa, 4) identificar las funciones que por su grado de exposición o atención al público sean más riesgosas, y 5) identificar las actividades esenciales para mantener la actividad del centro de trabajo.

Y entre las políticas temporales, la STPS recomendó: la suspensión temporal de actividades no esenciales en función de las medidas establecidas en la Jornada Nacional de Sana Distancia y flexibilizar el trabajo, permitir la reorganización de los turnos y el escalonamiento de las jornadas laborales, así como el uso de las tecnologías para minimizar el contacto directo, incluyendo el trabajo a distancia. 

También reducir la asistencia del personal en condición de vulnerabilidad alta; evitar el retorno de trabajadores enfermos sin contar con la evaluación médica pertinente; y fomentar y brindar confianza para que las y los trabajadores se retiren ante la presencia de síntomas de la enfermedad, a través de la simplificación de trámites de incapacidad y la eliminación de descuentos por ausencia.

Acciones con perspectiva de género que se podrían implementar

El 19 de marzo, el Comité de Expertas de la Convención de Belém do Pará y la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) señalaron que a fin de evitar aumento de los trabajos de cuidado, se requieren políticas dentro de las empresas, instituciones y organizaciones para que las mujeres y los hombres puedan hacerse cargo de sus hijas e hijos a partir del cierre de escuelas sin que esto afecte sus prestaciones o derechos laborales.

Las expertas sugirieron que quienes tengan a cargo el cuidado de otras personas puedan contar con políticas flexibles para atenderles sin afectar su estabilidad en el empleo o sus prestaciones laborales; y que, en caso de que se decrete una cuarentena generalizada, se generen planes de contingencia para que las labores que realizan las mujeres a cargo el cuidado de otras personas puedan ser subsumidos por otras personas sin que esto afecte su ingreso o sus derechos laborales.

El Comité también llamó a generar esquemas de pagos únicos por causa de fuerza mayor en las instituciones, organizaciones y empresas que no formen parte del salario cotidiano para que las familias puedan enfrentar el aislamiento sin que se vean afectados sus derechos mínimos a la alimentación, a la salud y a la vida digna, entre otros; así como subsidios por parte de los gobiernos para las mujeres y hombres que trabajan en la informalidad o que su sustento dependa de la reactivación de la economía. 

Por su parte, ONU Mujeres publicó un material informativo en el que destaca que la carga de trabajo no remunerado en los hogares para el cuidado de las personas –que en un contexto sin contingencia representa 59 horas de trabajo sin paga– aumenta por el cierre de escuelas y guarderías, la coordinación logística del hogar en cuanto a las tareas de limpieza y la educación y las actividades de entretenimiento de la infancia; la contención emocional de las personas de la familia: y el cuidado de personas enfermas o adultas mayores. 

Al respecto, el organismo recomendó a los centros de trabajo reconocer estas dobles jornadas para las mujeres, establecer una lista de este personal, dividido por áreas, y solicitar una repartición de tareas que tome en consideración este nuevo contexto; también sugirió revisar los objetivos de trabajo para reducir el horario laboral, y no afectar el ingreso de las personas con estos ajustes.

Y en el caso del personal de limpieza que sólo puede realizar su trabajo en las instalaciones laborales y no puede hacer teletrabajo, adoptar medidas especiales como autorizar días de incapacidad con pleno goce de sueldo y sin necesidad de certificado médico. 

En un informe reciente, la Organización Internacional del Trabajo también dijo que en el caso de las mujeres, ellas tienden a predominar en los empleos de baja remuneración y están sobrerrepresentadas en los sectores más afectados, como los servicios, pues a nivel mundial 58.6 por ciento de las mujeres empleadas trabajan en ese sector, lo que las coloca en mayor vulnerabilidad de perder el empleo durante esta contingencia sanitaria. 

Esta agencia solicitó al Consejo General de Salubridad una entrevista o información en la que consten los elementos con perspectiva de género que integran las acciones para la atención de la emergencia sanitaria; sin embargo, al cierre de esta edición no se ha obtenido respuesta. 

20/AJSE/LGL

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