Inicio Columna Nueva normalidad aspiracional: reducir la desigualdad y elevar el bienestar social

Nueva normalidad aspiracional: reducir la desigualdad y elevar el bienestar social

Por Carmen R Ponce Meléndez
CIMACFoto: César Martínez López

De acuerdo con la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo, aplicada por el Instituto Nacional de Estadística (Inegi)  en el mes de abril y publicada el pasado lunes 1 junio,  los efectos mas graves de la Pandemía  de marzo a abril de 2020 son:

  • 12.5 millones de personas desocupadas
  • Las y los trabajadores suspendidos temporalmente sin pago crece en 11.3 millones (pobreza)
  • La tasa de participación laboral disminuyó 12.3 puntos porcentuales
  • Las personas de micronegocios disminuyeron en 8.1 millones (personas sin salario social, si no trabajan, no tienen ingreso)
  • Se perdieron 2.1 millones de empleos formales frente a 10.4 millones de empleos informales
  • La población subocupada (con necesidad de más de un ingreso), aumentó en 5.9 millones
  • La población ocupada con un salario mínimo aumentó en 19.3 millones (más pobreza)
  • Las y los ausentes temporales se incrementaron en 20.2 millones, al pasar de 1.7 a 21.9 millones (ver gráfica)

Es un efecto desastrozo, que también se refleja en los escenarios futuros del PIB, tanto del Banco central como de los organismos internacionales, lo que la filósofa Jodie Bottler llamó: “un capitalismo de pandemia”.

Precisamente debido a la contingencia sanitaria, el Inegi suspendió esta encuesta en forma presencial, sin embargo no presenta información desagregada por sexo. No se conocen los datos sobre la situación laboral de las mujeres ¿cómo fueron afectadas por esta crisis sin precedentes?, seguramente con graves efectos en la pobreza femenina, que ya se habían advertido por la Organización Internacional del Trabajo.

Se consultó directamente con el Inegi para saber sobre esta desagregación y ésta fue la respuesta que dio por escrito: Por este medio le informamos que en esta ocasión el Inegi no cuenta con tabulados desagregados por sexo”. A la fecha no se ha determinado por cuánto tiempo se cancelan las encuestas presenciales y si todas las telefónicas no proporcionarán información por sexo.

Pero ¿a quién le importan las eternas invisibles?, otro retroceso en el avance de la humanidad, vamos hacia la Edad Media, en materia de género y para empezar.

Como la crisis también es internacional, el desempleo de Estados Unidos (y su racismo) es otro tema que afecta al país. El desempleo latino es del 18.2, y el general 14 puntos porcentuales, implicó menos remesas en abril y durante otros meses más.

Salud no sólo es atender una enfermedad, implica todo aquello que conlleva el bienestar de las personas y en bienestar están incluidos: tipo de empleo, ingreso, educación alimentación y vivienda, entre otros aspectos. Entonces cuando se consideran los efectos del COVID o de la pandemia en este país se debe partir del análisis de  esas condiciones: bienestar de la población.

Los especialistas del Sector Salud tienen muy claro sus “enfermedades”. Segmentación; un gasto público respecto al PIB del 3 por ciento desde hace más de 20 años (1966-2020), reducidos recursos; 40 por ciento es gasto de bolsillo; un enfoque curativo y de especialización y que amplios sectores de la población prácticamente no tienen acceso a las instituciones de salud, solamente 2 por ciento de la población tiene acceso a la medicina privada. En estas condiciones se trata de atender lo mejor posible una crisis humanitaria.

Los prónosticos para el crecimiento económico no pueden ser positivos, Banxico estima un PIB bajo durante 2020 –(-7.6) por ciento en el 3er trimestre de 2020-,   con recuperación en el segundo trimestre de 2021 (5.9) . La caída es fuerte y la pobreza de las mujeres también, además la recuperación de los ingresos está sujeta a varias condiciones.

La meta es y debe ser bienestar y combatir desigualdad. En esa línea hay una propuesta que va cobrando fuerza, recientementemente se autorizó en España: el Ingreso Mínimo Vital.

De acuerdo con la profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, Rosa Albina Garavito en su libro “El Ingreso Mínimo vital a debate”, coordinado por Elisa Gómez y Luis F. Fernández, de la Fundación Friedrich Ebert, “un ingreso mínimo vital (IMV), renta básica o ingreso básico, como también se le denomina, es una dotación periódica y permanente de recursos monetarios por parte del gobierno a todos los ciudadanos.

Se trata entonces de un ingreso universal garantizado por el Estado. Su virtud es que hace abstracción de la derrota mundial de los asalariados en su lucha por mejorar sus condiciones de vida y se centra no en el sujeto social asalariado, sino en el sujeto social ciudadano. Así, la ciudadanía, sin distinción alguna por sus características sociales, económicas, demográficas, de lugar de residencia, étnicas o cualesquier otra, recibirían ese ingreso vital, es decir un ingreso que garantice condiciones mínimas y dignas de existencia”.

Restringir la población elegible a trabajadores informales, desempleados y grupos vulnerables significa una política de asistencia social como las pensiones a adultos mayores o las becas Benito Juárez.

Las medidas para contener la crisis económica actuales no son suficientes. Los créditos a empresas no garantizan que sus trabajadores sigan empleados ni que sus productos sigan consumiéndose.

Otra propuesta igual de importante es una política fiscal progresiva, y proviene de Morena. Pero ya existía y existe entre académicos como Rolando Cordera. Hay  un consenso entre los especialistas sobre la necesidad de aplicar una reforma haciendaria, que ayude a fortalecer las finanzas públicas y por ende los programas sociales; represente un factor de redistribución del ingreso y por lo consiguiente disminuya la desigualdad o fortalezca la capilaridad social, tan baja en las mujeres.

¿Cuál es la población más afectada, incluso sacrificada? Para Jodie Buttler son las personas trabajadoras y adultas mayores. Aquí, y según la OIT, además jóvenes y mujeres. Por ejemplo: el 15 de este mes regresa VW a actividades escalonadas, pero con 65 por ciento de su sueldo y el Sindicato (que es fuerte), tuvo que aceptar.

Zoé Robledo del IMSS, dijo que serán los propios trabajadores quienes denuncien si no se están aplicando los protocolos de salud y corren riesgos.  ¿Ignoran que tienen encima la espada de Democles de su propio desempleo si llegan a denunciar? Su opción real es morir en la raya, esa es la cruel realidad, como en Italia.

El reto: pasar del YO al nosotras

20/CRPM/LGL

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