Inicio Columna “Bajaron” las violaciones en Sonora, pero subieron los números

“Bajaron” las violaciones en Sonora, pero subieron los números

Por Silvia Núñez Esquer
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CIMACFoto: César Martínez López

El título de la columna de hoy, parece una total contradicción, pero no es otra cosa que la situación del tratamiento que se da a la violencia contra las mujeres en México.

Hoy, jueves 6 de agosto, el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia matutina realizada en Ciudad Obregón, Sonora, que las violaciones en Sonora bajaron. También dijo que el feminicidio bajó y que todos los días lo ven en la mesa de seguridad.

“Se le da un trato especial” le dijo al reportero que le preguntó sobre el tema, mientras esperaba que el Almirante José Rafael Ojeda Durán “encontrara” las cifras que el mandatario le solicitó pusieran en la pantalla.

El comandante de la Guardia Nacional hizo la comedia de estar buscando entre sus papeles, como si no supiera que no estaban entre esos apuntes con los que se apoyó mientras exponía al principio de la conferencia los datos de la incidencia delictiva en el municipio de Cajeme, y en Sonora en general.

La cara que puso el presidente mientras le inquiría por los datos, el almirante que no los encontraba, y sabía que no los encontraría porque no los tenía, es la misma que ponemos nosotras como periodistas y defensoras de Derechos Humanos, cada que vemos que el feminicidio no está contemplado en sus reportes que exponen en las conferencias matutinas que dan en los municipios a los que visitan.

Quienes documentamos casos de violaciones a Derechos Humanos de las mujeres y la más grave, el feminicidio, no entendemos por qué esconden las cifras de ese delito y lo minimizan al quitarlo del conjunto de delitos graves.

Quedará como una mañanera de antología en la que el gobierno federal, hoy con la instancia más confiable para los números sobre incidencia delictiva incluso de los delitos de género, -el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública- presente a través del Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, no supo qué decir y al final tuvo que echar mano de los datos locales, que tienen qué ver con el poder judicial estatal, pero que son orgullo de quien le auxilió en el vergonzoso momento: la Fiscalía General de justicia del estado de Sonora.

La violación en Sonora es uno de los delitos que más incrementó, dicen los reportes del 2020. Un total de 95 violaciones simples y 27 violaciones equiparadas, mientras que en 2019 el reporte fue de 76 violaciones simples, y 31 violaciones equiparadas.

Pero el presidente afirmó que la violación había bajado en Sonora y que eso era muy bueno. Por supuesto que no se apoyó en ninguna cifra, sino en su memoria, o en la percepción de lo que él sabe, de acuerdo a lo que le informan.

Y eso es preocupante, pues en la entidad es público y está muy documentado el incremento no sólo en las denuncias, sino en la crueldad de los ataques tanto de violación como de violación en grado de tentativa. De hecho, todos los delitos sexuales han presentado aumento.

Fue un momento incómodo donde quedó claro que así como el coronel de García Márquez no tenía quién le escribiera, el presidente no tiene quién le informe.

Y mientras él se conducía con aparente naturalidad, el almirante hacía como que buscaba, mientras seguramente se preguntaba: “¿por qué pregunta por el feminicidio? Si nosotros solo registramos y reportamos los delitos graves, importantes”.

El robo de combustible, el homicidio doloso –que en las conferencias mañaneras no desagregan por sexo-, robo de vehículo y robo a casa habitación, son los delitos que se consideran relevantes para estar actualizando en cada estado que visitan.

Estamos ante el re auge de la creencia de que los asesinatos de mujeres y otros delitos que se cometen primordialmente contra las mujeres son asuntos de mujeres.

Ante esa percepción, deben ser el Inmujeres, la Conavim y las instancias de las mujeres las que atiendan esos asuntos, por lo que no constituyen un interés institucional de seguridad nacional.

Y es que mientras en los primeros delitos no sabemos quiénes puedan ser los delincuentes que los cometan ni contra quiénes los van a cometer, hasta que se produce la acción, en el caso de los delitos de género sí hay una presunción, de antemano si se investigan y se juzgan con perspectiva de género.

El feminicidio, la violación, la trata de mujeres y la violencia sexual generalizada contra las mujeres y niñas, son delitos en donde la mitad de la población es potencialmente agresora y la otra mitad es potencialmente víctima, y eso no es fácil de asimilar.

Por ello es más fácil desde la visión androcéntrica ver a las mujeres como un sector “vulnerable”, al que agreden, pero “igual que lo pueden hacer contra los hombres”.

No hay una política pública con enfoque de género, pues a menudo cuando al presidente le preguntan qué está haciendo para prevenir el feminicidio y la violencia de género en general, responde con los beneficios económicos que su gobierno ha traído para las comunidades “vulnerables”.

Es así que al no haber un enfoque de género en su visión de gobierno, igual puede dar pensión a un feminicida que a su potencial víctima, a la que esté agrediendo sistemáticamente, siempre y cuando sean ambos mayores de 65 años.

De igual forma, un joven violador puede acceder a una beca de “Jóvenes construyendo el Futuro”, al igual que una niña a la que éste haya agredido sexualmente, mientras ella sea discapacitada.

Un indígena que haya abusado sexualmente de su esposa, su hija, y de su nieta puede acceder a las pensiones preferenciales por el solo hecho de pertenecer a una etnia de pueblo originario.

Se lee fuerte, pero así es posible que suceda en este gobierno, cuyo principal objetivo es combatir la corrupción, pero no la violencia de género y la discriminación histórica hacia las mujeres.

Habla de llegar a las comunidades indígenas con beneficios de salud, en su idioma, pero recorta los recursos a las Casas de la mujer indígena que son las únicas que pueden hacerlo pues están integradas a la comunidad y son constituidas por personas de confianza, que hablan el idioma.

Pero no, no bajó la violación y el feminicidio registra menos casos, pero eso lo decide la Fiscalía General de Justicia al clasificarlos así, y eso al presidente no se lo han informado.

20/SNE/LGL

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