Oaxaca, Oax. Con una iniciativa de reforma a la constitución de Oaxaca, un grupo de cinco integrantes de la 64 legislatura local, buscan mantener vigente en el estado la objeción de conciencia como un candado contra la interrupción legal del embarazo.
Tras la despenalización del aborto en Oaxaca desde septiembre el 2019, la objeción de conciencia es utilizada por personal del área médica como un instrumento para negarse a atender a las mujeres que así lo requieren.
De hecho, de acuerdo con los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), son dos las personas amparadas como objetoras de conciencia, pero en todas las unidades médicas hay personal que se declaró como tal.
Con la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en la Ley General de Salud, el personal médico y de enfermería ya no podrían negarse a practicar ciertos procedimientos por razones ideológicas o religiosas, pues consideró que la objeción de conciencia es un riesgo para otros derechos, principalmente al de las mujeres a decidir sobre su cuerpo.
El alto tribunal instó al congreso a revisar la norma actual al no fijar límites claros para el ejercicio de esa facultad “sin poner en riesgo los Derechos Humanos de otras personas”.
En este sentido, la iniciativa de reforma presentada por la Comisión Permanente de Estudios Constitucionales del congreso de Oaxaca, que encabeza la diputada Delfina Guzmán Díaz, busca hacer contrapeso y establecer en el artículo 19 de la Carta Magna de Oaxaca la objeción de conciencia.
El dictamen que será discutido en el pleno fue aprobado por Delfina Guzmán Díaz, Maritza Escarlet Vázquez Guerra, Elena Cuevas Hernández, Noé Doroteo Castillejos y Fabrizio Emir Díaz Alcanzar.
Actualmente la Constitución de Oaxaca señala en su artículo 19 que toda persona es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos de culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley (…).
El texto que proponen en el dictamen es “toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos de culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley (…).
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