Ciudad de México.- La militarización del país es un proceso que, además de afectar la democracia, aumenta la probabilidad de que las mujeres sean víctimas de algún tipo de delito, no solamente perpetrados por las instituciones de las fuerzas armadas, sino derivada de sus intervenciones violentas, las cuales hacen a las comunidades más agresivas, específicamente para las niñas, adolescentes y mujeres, acusó la internacionalista y especialista en militarización, militarismo y empleo de la fuerza bajo estándares internacionales de derechos humanos, Daira Arana Aguilar.
Lo anterior debe colocarse como alerta luego de que la madrugada del 9 de septiembre y a más de 12 horas de discusión, el Senado de la República votó a favor del dictamen que desvincula la Guardia Nacional (GN) de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (@SSPCMexico), para que ahora sea adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), lo cual significa una profundización a la militarización en el país y terminar con el carácter civil con el que dicha institución contaba en la Constitución.
Con 71 votos a favor, 51 en contra y una abstención, de madrugada, la Cámara de Senadores aprobó en lo general el dictamen sobre la Guardia Nacional. Tras darse a conocer la decisión, el bloque opositor adelantó que promoverá una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dentro de los próximos 30 días.
¿Qué votó el Senado de la República?
El pasado mes de agosto el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso entregar a la Secretaría de la Defensa Nacional el control operativo, administrativo, y financiero de la Guardia Nacional. Fue así como se abrió uno de los debates más importantes de México, pues esta iniciativa convierte a la Sedena en la segunda secretaría de Estado más grande (en materia de servidores públicos) y la que tendrá mayor presupuesto a nivel federal; por otra parte, incrementa el riesgo de afectaciones a los derechos humanos de las y los mexicanos, además de perpetuar un sistema misógino y machista desde las instituciones hacia las mujeres.
¿Cómo es que este decreto profundiza la militarización? El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (CentroProdh) explica:
- Militariza totalmente la cadena de mando
- Otorga a la Sedena el control de aspectos sustantivos de la GN
- Amplía la intervención de la GN en investigación de delitos e inteligencia
- Extiende los alcances del fuero militar
- Dota de más recursos presupuestales a Sedena, sin controles civiles externos robustos
¿Cómo impacta a las mujeres la decisión del Senado?
En entrevista con Cimacnoticias, Daira Arana Aguilar destacó que con este dictamen, delitos y violaciones a derechos humanos verán un incremento, y es que no habrá una clara identificación entre las atribuciones militares y las atribuciones civiles, lo que dificultará contar con indicadores que midan el impacto sobre la intervención de las fuerzas armadas en las comunidades y en específico en la vida de las mujeres.
“Tomando como ejemplo el que los homicidios a nivel general no han aumentado drásticamente, pero tampoco han disminuido (se han estancado) y que los feminicidios por el contrario parece que van en aumento, lo que podríamos esperar desafortunadamente es que con esta estrategia los delitos van a incrementar”.
En ese sentido, la especialista aseguró que al no contar con perspectiva de género en las instituciones de seguridad y en las Fuerzas Armadas, la violencia contra las mujeres al interior de estas y fuera de ellas, continuará siendo una constante.
Durante los últimos 20 años, explica Arana Aguilar, las estrategias en materia de seguridad en América Latina, han tenido como eje principal ser combativas y buscar “instaurar” el poder por sobre “las amenazas”, las cuales -para ellos- van desde el crimen organizado hasta las protestas ciudadanas. Esta ideología surge de una masculinidad hegemónica que está representada en las instituciones militares.
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“Estas dinámicas súper violentas con las que entran las instituciones de seguridad y las Fuerzas Armadas en las comunidades para reducir el impacto del crimen organizado, lo que generan al mediano y largo plazo son dinámicas más violentas dentro de las comunidades porque exacerban la noción de masculinidad violenta, bélica, que lo que hace es combatir a todo aquello que no corresponda a lo que a lo que ellos representan”.
Esta postura instaurada por las fuerzas armadas les dice que las mujeres son un grupo poblacional que tiene que ser sometido, incluso en mayor medida, cuando es subversivo con el orden que ellos están estableciendo. En ese sentido, la especialista añadió que cuando las fuerzas militarizadas tienen contacto con las mujeres -sobre todo en detenciones- hay más probabilidades de que haya violencia sexual en la detención o de que se perpetre tortura.
Al hablar de la incursión de las fuerzas armadas en las comunidades, Daira Arana explicó que esto también ha repercutido en la violencia contra las mujeres, pues no solamente se desarrolló el medio para el uso de armas en casos de feminicidio, también ellas han sido sometidas a actos que vulneran su dignidad.
En conclusión, refirió la especialista, el decreto aprobado por el Senado no conlleva a mayor seguridad o protección y cuidado para las mujeres, sino más bien al aumento de las probabilidades de sufrir algún tipo de violencia.
