El pasado 6 de febrero, la actriz y productora estadounidense Viola Davis hizo historia al entrar en el grupo de las y los artistas que han ganado premios Emmy, Grammy, Oscar y Tonny (EGOT) a lo largo de su carrera. Su triunfo y su trayectoria han dejado huella en una industria donde las desigualdades de género y el racismo han sido una constante desde hace años.
Viola Davis comenzó su carrera como actriz en 1998, cuando incursionó en el teatro. Después empezó a interpretar papeles en películas y diversos programas de televisión, siendo la serie How to get away with murder de 2014 lo que disparó su fama.
Precisamente, se ha señalado que esta es una de las pocas series donde el personaje principal es interpretado por una mujer de color. Además, la protagonista no se centra en encarnar temas raciales, sino que simplemente se desempeña como abogada. Con esto, Davis no solo ocupó un gran espacio de representación: también rompió los estereotipos que suelen imponerse a las actrices de color al ponerlas a a interpretar a trabajadoras del hogar, mujeres hipersexualizadas o mujeres habitantes de entornos violentos.
A pesar del avance que esto representa, el hecho es que si en Hollywood hubiera condiciones iguales para las actrices de color, esto sería mucho más cotidiano. No existiría un techo de cristal como el que Viola Davis ha podido traspasar.
La multipremiada Viola Davis y su crítica al racismo
La actriz afroestadounidense cuenta con un amplio catálogo de premios que reconocen su talento y su dedicación profesional. Algunos de estos galardones, además, la han hecho romper récords dentro de la industria. Muestra de ello es que Viola Davis es la actriz de color con más premios del Sindicato de Actores de Estados Unidos.
Por otro lado, su reciente triunfo en los Emmy la convirtió en la persona número 18 en convertirse en artista EGOT. Dentro de esta lista, Davis comparte espacio con otras dos mujeres afrodescendientes: Jennifer Hudson y Whoopi Goldberg. Pero el éxito de estas actrices no ha sido sencillo.
En diversas oportunidades, Viola Davis ha denunciado el racismo presente en el mundo hollywoodense, el cual —afirma— se expresa constantemente de diferentes maneras. En una ocasión, por ejemplo, recuerda que un director de cine la llamó con el nombre de su trabajadora del hogar como un acto discriminatorio pese a conocerla desde hace más de diez años.
Davis también ha declarado que, de acuerdo con su percepción, la cantidad de papeles que se le dan a actrices y actores negros continúan estando limitados por su color de piel. De igual forma, ha denunciado que son pocas las mujeres afrodescendientes con papeles principales en el cine y la televisión, y aún menos las que han sido reconocidas por su trabajo.
Ser mujer de color en Hollywood
Las cifras respaldan las afirmaciones de Viola Davis. Desde la primera entrega de los premios Oscar en 1929, solo en 5 por ciento de los premios a Mejor Actriz o Actor protagonista han sido otorgados a artistas afrodescendientes. Además, de ellos únicamente una es mujer (Halle Berry).
El panorama mejora un poco al hablar de la estatuilla para Mejor Actor o Actriz de reparto. Desde 1936 (año en el que se comenzó a premiar esta categoría en la ceremonia de los Oscar), 15 artistas afrodescendientes han sido premiados. Entre ellos se encuentran Whoopi Goldberg, Regina King y, justamente, Viola Davis.
Pero la falta de papeles y de representación en las pantallas no son el único problema al que se enfrentan las actrices de color en Hollywood. Muchas mujeres de la industria del entretenimiento han denunciado la disparidad salarial que enfrentan al trabajar en grandes producciones cinematográficas.
La actriz afrodescendiente Octavia Spencer, por ejemplo, afirma que ha tenido que negociar su sueldo en diversas ocasiones. Una de ellas fue en 2018, cuando trabajó con la actriz Jessica Chastain y juntas tuvieron que negociar para quintuplicar su salario.
Spencer ha denunciado que, al hablar de equidad salarial, es necesario poner en la mesa el tema de las mujeres de color. En general, las actrices en Hollywood suelen ganar menos que sus compañeros varones. Jennifer Lawrence, por ejemplo, ganó 25 millones de dólares por su participación en la película Don’t look up, mientras que el salario de su compañero Leonardo DiCaprio fue de 30 millones.
Si esta desigualdad atraviesa a las actrices blancas, según Octavia Spencer, para las mujeres de color es aún peor. La actriz asegura, además, que las ganancias suelen aumentar (aunque no tan considerablemente) cuando las actrices son galardonadas con un Oscar; pero esta es una situación que, como expusimos arriba, tampoco es tan común.
A pesar de esto, actrices como Viola Davis han sabido cómo abrirse paso en la industria. Actualmente, Davis dirige una casa productora junto con su esposo llamada JuVee. Su objetivo es crear contenido audiovisual con una mayor representación de la población afrodescendiente. Así espera contribuir a la equidad en una industria que, pese a relegarla a ella y a muchas actrices más, aún puede construirse desde otras miradas.
