Este domingo 12 de marzo, el gremio cinematográfico de Hollywood se dio cita en el Dolby Theatre de Los Ángeles para la entrega número 25 de los premios Oscar. En la ceremonia, la estadounidense Jamie Lee Curtis y la china Michelle Yeoh se llevaron las estatuillas por sus actuaciones. Pero este triunfo no fue individual: con él rompieron paradigmas en una industria donde, en 2019, solo 25 de cada 100 actrices en la gran pantalla hollywoodense eran mayores de 40 años.
De acuerdo con la base de datos Statista, en 2014, la cantidad de actrices de 40 años o más en las películas de Hollywood era de 20 por cada 100. Conforme pasan los años, las cosas se mueven poco o casi nada en este terreno: según la misma base, en 2019 la cifra era de 25 actrices mayores de 50 años por cada 100.
Michelle Yeoh, de 60 años (quien además de actriz también es bailarina, modelo y experta en artes marciales) está al tanto de esta falta de representación en las pantallas de cine. Es por eso que, durante su discurso tras recibir el Oscar como mejor actriz por su papel en Everything Everywhere All at Once (2022), declaró: “Mujeres, no dejen que nadie les diga que ya pasó su momento”.
Y es que, así como en muchas esferas de la vida diaria, en la industria cinematográfica está muy vigente ese mandato de género que nos exige a las mujeres lucir siempre jóvenes y bellas dentro de los cánones hegemónicos. Cuando esta eterna juventud se agota, entonces la carrera de las actrices se ve en detrimento.
Así lo explica la comunicadora cultural Zoe González Mera en su tesis La representación de las mujeres a partir de la mediana edad en Hollywood (2022). Según explica la autora, la edad y el género son dos grandes brechas en la industria cinematográfica. Estas brechas de desigualdad provocan que, cuando las actrices rebasan la edad de los 30 años, sus participaciones en el cine se vean limitadas a papeles secundarios, estereotipados o poco complejos.
No obstante, este no es el caso de Michelle Yeoh, quien además de protagonizar el filme por el que fue premiado, lo hizo interpretando a un personaje complejo cuyas decisiones derivan en múltiples universos posibles. Tampoco es el caso de Jamie Lee Curtis, de 64 años, quien en la misma película interpretó a una inspectora del servicio Interno de Rentas de Estados Unidos.
Lee Curtis, además, no temió en presentarse a la ceremonia de los premios Oscar tal como es: con un cuerpo en el que el tiempo ha dejado sus huellas naturales, arrugas y un cabello convertido en una melena grisácea. De esta forma, la actriz y activista rompió también los estereotipos de representación de los cuerpos envejecidos.
De acuerdo con las investigadoras españolas Dolores Castaño e Isabel Martínez-Benlloch, estos cuerpos son uno de los mayores temores de las mujeres en las sociedades industrializadas. Esto no solo por la apariencia física, sino también por todo lo que envejecer implica dentro del sistema capitalista patriarcal.
Así, perder los atributos físicos que se nos han exigido históricamente significa también perder los espacios que nos brindan únicamente por ser poseedoras de tales características. Y esto, en industrias como el cine que se basan en gran medida en lo visual, puede tener repercusiones que quizá las mujeres con otras profesiones no podemos dimensionar.
Pero Michelle Yeoh y Jamie Lee Curtis están más allá de estos temores. Con ello han roto techos de cristal que siguen arraigados en una de las industrias con mayores exigencias para las mujeres.
