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Fuego amigo en el feminismo abolicionista

Por Teresa C. Ulloa Ziáurriz

Teresa C. Ulloa Ziáurriz[1]

Después de la Segunda Marcha Abolicionista celebrada el pasado 9 de marzo de 2024, en el que públicamente se hicieron evidentes diferencias en el Movimiento Feminista Abolicionista, se desataron los demonios con iniciativas que intentan reconocer la prostitución como trabajo y legalizar los vientres de alquiler, acciones que tienen como fundamento ideológico el neoliberalismo postmoderno, que quieren asumir como religión todas y todos los diputados locales y federales.

Por eso decimos que el fuego amigo debilitó nuestro movimiento y que sin una correcta evaluación, se nos debilitó y puso en riesgo los postulados del abolicionismo.

Tan es así, que el 22 de junio, cuando se presentó el informe de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre Violencia contra las Mujeres, Prostitución y Violencia contra las Mujeres y las Niñas, en el marco de la Reunión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, al responder o comentar el Informe, el Embajador mexicano Joel Antonio Hernández García, Subsecretario de Asuntos Multilaterales y de Derechos Humanos, dijo:

… “Que hay una diferencia entre “trabajo sexual” y trata sexual. Y que el Gobierno de México dejó de usar el término prostitución, porque es estigmatizante y que el término apropiado es “trabajo sexual”, lo que, por supuesto, resultó para las organizaciones feministas presentes en Ginebra escandaloso y terrible.”

Y esto es así, porque según el Artículo 1 de nuestra Carta Magna, se establece que los tratados de derechos humanos ratificados por nuestro país son parte integrante de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, como es el caso de la Convención para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres, que en su Artículo 6 establece que:

“Los Estado Parte tomarán todas las medidas apropiadas, incluso de carácter legislativo, para suprimir todas las formas de trata de mujeres y explotación de la prostitución de la mujer.”

¿Será que el Subsecretario de Asuntos Multilaterales y de Derechos Humanos conozca cuál es el origen del término “trabajo sexual”?

¿Se dará cuenta que el uso de ese término naturaliza a todos los actores de la industria del sexo?, tratantes, proxenetas, terceros locativos, lenones, vigilantes, presentadoras, mamis, madames, etc., convirtiéndolos en un negocio, como hombres de negocios.

Cuando es el gobierno quien asume ese término, resulta que nos encontramos con un Estado proxeneta, situación que se está dando no solo en México, sino en Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Perú, República Dominicana y Bolivia.

Sin embargo yo no creo que la población esté de acuerdo que sus impuestos se utilicen para brindarles prestaciones sociales a las personas en situación de prostitución, que muchas trabajadoras y trabajadores formales e informales no tienen.

Ya se hizo en la Ciudad de México un intento de reconocer a la prostitución como trabajo no asalariado, pero muy pocas personas en situación de prostitución fueron a registrarse, y esto sucede porque al lenón o proxeneta no le interesa que se registre a las mujeres que está explotando.

Ahora bien, se insiste en confundir que a las abolicionistas nos mueve una visión moral que estigmatiza a la prostitución. Y la verdad no es una visión moral, sino que analizamos que no puede, ni debe haber un grupo de mujeres que sirvan para brindar placer sexual a los hombres o que estén a su disposición a la hora que ellos quieran o lo deseen.

Alejandra Kollontai, destacada feminista y revolucionaria rusa, abordó la cuestión de la prostitución desde una perspectiva crítica. Aunque consideraba que la prostitución reducía a las mujeres a “un simple instrumento de placer”, se oponía a sanciones legales.

Para Kollontai, las prostitutas eran víctimas de condiciones económicas y sociales1. Su enfoque se centraba en cambiar las estructuras que perpetuaban la explotación sexual.

Rosa Luxemburgo, la destacada feminista y revolucionaria rusa, no se centró específicamente en la prostitución en su obra, pero sí abordó temas relacionados con la opresión de las mujeres y la lucha por la igualdad.

Clara Zetkin, destacada feminista y revolucionaria alemana, abordó la cuestión de la prostitución desde una perspectiva crítica. En su programa de liberación de las mujeres, presentado en el Congreso Internacional de Trabajadores en París en 1889, contrarrestó la oposición de partes del movimiento laboral hacia el trabajo remunerado de las mujeres fuera del hogar.

Zetkin defendió la importancia del empleo remunerado, la organización sindical, el sufragio femenino y la autodeterminación de las mujeres. Para ella, una revolución social era un requisito previo para la liberación de las mujeres.

Josephine Elizabeth Butler (nombre de nacimiento Josephine Elizabeth Grey) (13 de abril de 1828 – 30 de diciembre de 1906) fue una feminista y reformista social británica de la Era Victoriana especialmente preocupada con el bienestar de las prostitutas.​

Junto con otros esfuerzos, dirigió la larga campaña para derogar la Ley de Enfermedades Contagiosas tanto en Gran Bretaña como internacionalmente de 1869 a 1886, promovida por el gobierno británico por la cual las prostitutas podían ser arrestadas por la policía y sometidas a una revisión médica con el fin de detener el avance de las enfermedades venéreas entre las filas del ejército británico y porque la ley dañaba y encarcelaba injustamente a jóvenes mujeres sospechosas de ser prostitutas.

Se le conoce como una de las primeras abolicionistas de la prostitución.

Lo que es cierto es que la abolición no es lo mismo que la prohibición. En la historia hemos encontrado que la prostitución se ha abordado desde 3 enforques sociojurídicos:

  1. El Prohibicionismo, que sanciona a las mujeres en situación de prostitución y que cada vez está más extinta.
  2. El Abolicionismo, que pugna por abolir la prostitución, la pornografía, los vientres de alquiler, y cualquier forma de explotación sexual y reproductiva.

En un principio pugnaba por derogar las sanciones para las mujeres en situación de prostitución. Más adelante incluyó en su agenda la sanción a la demanda y la construcción de opciones de salida digna de la prostitución y que se escuchen las voces de las sobrevivientes.

  • El Reglamentarismo, que punga por medidas que tiendan a legalizar el ejercicio de la prostitución y más adelante por el reconocimiento legal del trabajo sexual.

Hoy que tenemos que estar más fuertes para enfrentar la ofensiva reglamentarista que enfrentamos en México y otros países de América Latina y el Caribe, nos preocupa que por una mal entendida guerra de egos, se siga dividiendo y debilitando el movimiento feminista abolicionista. 


[1] Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC por sus siglas en inglés).

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