Ciudad de México.- «No queremos ser irresponsables de proponer algo que no podamos cumplir», de esta manera, la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, refirió que se tendrá que pisar un freno paulatino al programa para mujeres de 60 a 64, una de sus promesas de campaña más sólidas y reiteradas dentro de su «agenda para las mujeres».
En conferencia de prensa, Sheinbaum señaló que este programa tendrá que esperar, probablemente, hasta el siguiente año para alcanzar a toda la población como se había prometido durante su periodo de candidata, pues explicó, primero se iniciará con sólo 1 millón de mujeres, las cuales, serán pertenecientes a comunidades indígenas y reconocidas por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI).

Con esto, el programa de ayuda para mujeres de 60 a 64 años tendrá que comenzar a desarrollarse de manera progresiva, pues si se estima que esta ayuda será obtenida por las mujeres indígenas el primer año de su mandato, entonces, podría continuar avanzando con otros sectores y comunidades para el 2026, aunque de esto dependerán otros factores presupuestales importantes.
Mientras estos ajustes sobre la marcha se van realizando, a la espera, quedan 5 millones 375 mil 841 mujeres de 60 años y más, la mayoría, quienes trabajan en la informalidad y de este universo, la mitad de ellas, recibe el salario mínimo, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del 2022.
Promesa sólida de campaña y mujeres sin registro en el INPI
Cimacnoticias documentó en «Sheinbaum: Evolución de su discurso para consolidar la República de las Mujeres«, cómo la promesa del programa para mujeres de 60 a 64 años era uno de sus bastiones más importantes desde los debates presidenciales.
Durante el primer debate, la entonces candidata, refirió que este programa sería prioritario cuando se le preguntó sobre sus políticas a favor de grupos vulnerables.

Un punto importante a cuestionar es cómo se gestionará este programa social que apuesta por ir primero por las mujeres originarias de comunidades indígenas reconocidas por el INPI; ¿qué trámite se necesitará para obtener esta acreditación?, ¿cómo se hará llegar esta información a las comunidades rurales?
Por ejemplo, en comunidades de la península yucateca, una manera de ser reconocida como una persona indígena, es a través de cartas que acrediten el vínculo comunitario y que son expedidas por el Comisario Ejidal o una autoridad estatal – municipal o federal.
Sin embargo, la página del INPI no cuenta con información pública que apunte a este registro que señaló Claudia Sheinbaum como estatuto para recibir el apoyo. Asimismo, la página oficial de «programas sociales del INPI», se encuentra vacío.
De lo que sí se tiene registro, es del Cuestionario Ampliado del Censo de Población y Vivienda 2022, donde se contabilizó a un total de 11.9 millones de mujeres (desde infancias hasta mujeres de más de 70 años) que se reconocieron como indígenas. Lo que resulta en un ejercicio de cuestionamiento importante sobre cómo este registro del INPI logrará llegar a la población indígena conformada por mujeres adultas con el objetivo de aprobar la «acreditación«, cuando la inaccesibilidad social – geográfica, las costumbres y la precariedad informativa puede obstaculizar la garantía de implementar el 60 – 64.

Es importante referir que el INPI se creó hace apenas 6 años por decreto del actual presidente Andrés Manuel López Obrador y que llegó para sustituir el Instituto Nacional Pueblos Indígenas.
Esto podría dejar en el tintero cómo, con tantas promesas de campaña que requieren de una fuerte inyección monetaria, como el Sistema Nacional de Cuidados, realmente se podrían consolidar de manera segura y responsable para el presupuesto federal.