“Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario. Es tiempo de altura de miras. Es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades. Es tiempo de mujeres”
Así dijo Ifigenia Martínez Hernández, presidenta de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión el 1 de octubre de 2024 cuando, con sus propias manos, pasó la banda presidencial a Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México en 200 años de historia.
Hoy, en este mismo recinto, la tribuna se vistió de flores para despedir a Ifigenia de cuerpo presente, quien falleció la noche del 5 de octubre, Día Mundial de las y los docentes.
Con júbilo colegas, compañeras, y compañeros; amigas y amigos, y familiares de la maestra, llevaron a cabo un homenaje luctuoso para honrar su vida así como su lucha política, económica y social que abrió paso para que otras mujeres llegaran a espacios de toma de decisiones.
La despedida
La participación de las mujeres en este evento se hizo notar. Senadoras y diputadas de todos los partidos subieron al podium para expresar sus condolencias, admiración y compañerismo por una mujer que si bien no fue maestra o amiga cercana, representó un referente político.
La senadora Amalia Dolores García Medina, de Movimiento Ciudadano, fue la primera en tomar la tribuna y abrir el micrófono para hablar sobre la trayectora de la maestra Ifigenia. Entre sus palabras sin guión, dijo que ella había sido una de las primeras mujeres en romper techos de cristal en la democracia de México.
Así mismo, honró las palabras que no pudo nombrar el 1 de octubre que tenía planeadas durante la toma de presidencia leyendo algunas de ellas y solicitando que estas se hicieran públicas para el conocimiento de todas las y los ciudadanos.
“Hoy despedimos a la presidenta del Poder Legislativo de la Nación, la maestra Ifigenia Martha Martínez Hernández” detalló la diputada Ivonne Ortega en tribuna. “Una mujer que nos dejó claro que en política por más hombres que estén, las mujeres somos las que abrimos brecha. Si hoy podemos hablar de paridad, de oportunidades e igualdades es gracias a mujeres como ella, que muchas veces, a lo largo de su vida, fue la única mujer en sesiones y debates”.
Por su parte, Anabell Ávalos Zempoalteca, senadora de Tlaxcala por el PRI, detalló la labor de Ifigenia en los movimientos sociales. En el ámbito académico, destacó como la primera mujer que dirigió la facultad de Economía entre 1967 a 1970; en lo legislativo, tanto como diputada federal y senadora de la república destaca su labor en las pasadas 64 y 65 legislaturas del Senado de la República con “una mirada de justicia y pluralidad”.

“Ifigenia Martha Martínez Hernández (…) representa el inicio y la culminación de la lucha histórica de las mujeres por acceder a una vida pública”, detalló la senadora.
Por su parte, la senadora Laura Itzel Castillo de Morena nombró fragmentos de la historia de Ifigenia, mismos en los que ella misma estuvo presente así como muestras de carácter: “Ayer amanecimos con la noticia del triste fallecimiento de la maestra Ifigenia Martínez (…) no es un eufemismo decir que ella dejó hasta el último aliento en esta Cámara”, concluyó la senadora.
Las palabras de una mujer de historia
Por último, el diputado Sergio Carlos Gutierrez Luna, vicepresidente de la mesa de Diputados, dio lectura al escrito que el 1 de octubre Ifigenia Martínez no pudo pronunciar en tribuna durante la toma de protesta de Claudia Sheinbaum Pardo:
A 01 de octubre 2024
Hoy nos encontramos aquí, en este recinto solemne de la democracia mexicana, como testigos de un momento que marca un antes y un después en nuestra historia: la Toma de Protesta de la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer Presidenta de México.
Su llegada a la Presidencia es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres, quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era.
Yo misma, que he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia, me siento profundamente honrada de presenciar este triunfo histórico. En 1988, formé parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, una lucha que, junto a muchas y muchos, iniciamos con la firme convicción de que el cambio verdadero era posible.
Hoy, esas convicciones han rendido fruto. No solo tenemos una Presidenta, sino que se vislumbra un presente donde las mujeres participemos en condiciones de igualdad en la construcción de futuros posibles y deseables para nuestra patria. Ser parte de esta transmisión histórica del Poder Ejecutivo y entregar la Banda Presidencial a la primera Presidenta es uno de los mayores honores de mi vida.
Agradezco profundamente la confianza de mis compañeras y compañeros legisladores para desempeñar este acto simbólico, que representa no solo un punto de inflexión en la historia, sino también el triunfo de nuestros valores: igualdad, justicia y democracia. Hoy, las mujeres, junto a los hombres, estamos listas para continuar construyendo el país que soñamos. El de un México libre e igualitario.
Un país donde el liderazgo femenino dejará de ser la excepción, para convertirse en norma. Desde esta soberanía, le decimos que no está sola. Que la lucha por la justicia y por la igualdad es de todas y de todos. Y que no descansaremos hasta lograr una democracia plena, donde no haya distinción de género, clase o condición. Que nuestras diferencias no nos dividan, sino que sean la fuente de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos que enfrentamos.
Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario.
Es tiempo de altura de miras. Es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades. Es tiempo de mujeres.
Sigamos dejando huella.