Ciudad de México.- Se cumplen 3 días sin algún indicio, ni respuesta de las Fuerzas Armadas, luego de que elementos de la dependencia asesinaran a personas en distintos casos: este fin de semana a Lidia Iris de 8 años; a Yuricie, enfermera y al joven Diego de 18 años; 3 asesinatos que se suman a la lista de violaciones castrenses en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Se cumplen menos de 15 días del ascenso al poder de Claudia Sheinbaum Pardo, y en este lapso de tiempo, un total de 9 personas han perdido la vida a manos de miembros del Ejército y de la Guardia Nacional; hasta la publicación de este artículo, no hay respuestas por parte de las autoridades correspondientes y las plataformas oficiales de la Sedena se mantienen sin reconocer su participación en el multihomicidio de Nuevo Laredo.
El silencio ha sido largo para las familias de las víctimas y para las y los defensores de los derechos humanos que cuestionan cuál será el paso siguiente para imputar a los responsables de estos 3 agravantes acontecidos este fin de semana; no hay certeza si la Fiscalía General de la República intercederá o si al interior de la Sedena, se ha desplegado una investigación para dar con los responsables. La única certeza a 3 días de estos hechos es la ausencia de un posicionamiento.
Paralelamente, esto se contrapone a las políticas de seguridad del sexenio en las que Claudia Sheinbaum Pardo, ha reafirmado que las fuerzas armadas tienen una fuerte «historia civilista» y los discursos donde pide a la población civil nunca temer a las fuerzas armadas, por el contrario, sentir esperanza al verles.
Esto mismo, secundado por otras figuras políticas, como la senadora morenista Andrea Chávez quien sentenció durante la reforma a la Guardia Nacional que no entendía el porqué se habla de desapariciones forzadas, de ejecuciones extrajudiciales, «cuando eso no está pasando en nuestro México«.
Las 3 víctimas de la Sedena en Nuevo Laredo
Lidia Iris, 8 años
Siendo las 19 horas del sábado 12 de octubre, Lidia Iris, en compañía de su abuela, Lidia Galván, viajaban abordo de una camioneta con dirección a la papelería de su camioneta, cuando quedaron a la mitad de un fuego cruzado entre elementos de la Guardia Nacional y presuntos miembros del crimen organizado.
El auto de la mujer quedó entre dos camionetas de la GN; Lidia, la menor de 8 años, se cubrió la cabeza y encontrando refugio con el asiento delantero, esperó al cese del fuego. Sin embargo, elementos de la Guardia Nacional comenzaron a disparar en contra del auto particular; las balas alcanzaron a la menor, quien murió poco después a causa de un impacto de bala en la cabeza.
«Me chocaron y me hirieron a la niña», denunció la abuela de la niña para el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo.
No hay responsables, ni pronunciamiento hasta la publicación de este artículo.
Diego, 18 años
Al igual que Lidia, Diego perdió la vida en este mismo enfrentamiento acontecido la noche del sábado en el Fraccionamiento Palmares, Tamaulipas.
Elementos de la Guardia Nacional y el Ejército también perseguían a una camioneta que, presuntamente, tenían nexos con el crimen organizado. El ataque fue violento y veloz; al interior del vehículo se encontraba Diego, un adolescente de 18 años a quien su madre buscaba.
Diego había sido reportado como desaparecido y murió a causa de los impactos de bala. Su cuerpo presentaba huellas de tortura y no portaba ninguna clase de arma; se apunta a que el joven era víctima de desaparición forzada.
Murió en el lugar.
Yuricie Rivera
En el fraccionamiento La Fe, la enfermera Yuricie Rivera viajaba en su camioneta junto a su hijo y esposo con dirección a una cena familiar cuando se desató un conflicto entre miembros del ejército y presuntos civiles armados justo en el cruce de Eva Sámano y Miquihuana.
El fuego se desató de forma inmediata y los miembros castrenses abrieron ofensiva sin importarles la población civil que se encontraba en las calles; habían más infancias y personas cenando.
Un impacto de bala en la cabeza es la causa de muerte de Yuricie Rivera. Uno de los testigos, pidió auxilio para apoyar a la familia Rivera, sin embargo, miembros de la Sedena lo ignoraron y siguieron su marcha.
El asesinato de 6 migrantes
Definido como «confuso» militares de la Secretaría de la Defensa Nacional de México dispararon en contra de una camioneta luego de que el vehículo evitara detenerse en un retén en la carretera de Villa Comaltitlán Huixtla en Chiapas.
El saldo, 6 personas migrantes provenientes de El Salvador, Egipto y Perú fueron asesinadas, asimismo, se registró un cúmulo de denuncias por población civil que resultó herida a causa del rafagueo de las fuerzas armadas.
Sheinbaum dedicó parte de su mañanera del 3 de octubre calificar como «lamentable» la situación y refirió que la Fiscalía General de la Nación se encontraba trabajando en el caso; han pasado 11 días y aún no hay algún pronunciamiento de la FGR.
Los hechos que atravesaron este fin de semana a Nuevo Laredo Tamaulipas no representan los primeros registros de agresiones, más bien, representan un aditamento a las cifras de abuso y asesinatos contra personas civiles en la entidad; las ejecuciones y muertes accidentales han sido el sello de la Sedena y Guardia Nacional desde el sexenio pasado.
Como registro, Cimacnoticias realizó un mapeo de estas presuntas confusiones y ataques directos contra vehículos particulares,
El foco sobre Nuevo Laredo: Impunidad y Fuerzas Armadas
Armando Hernández
Se cumplen 2 meses del asesinato de Armando Hernández de 16 años en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Durante las vacaciones de verano, el adolescente -empleado de una verdulería- se ofreció para podar la entrada de un local y así ganar dinero extra.
Se llevó a su hermano pequeño y a un amigo para dedicar esa tarde al trabajo, cuando se desató un enfrentamiento armado entre miembros del ejército y civiles, presuntamente, inmiscuidos con el crimen organizado.
Armando barría el local cuando recibió un impacto de bala en el estómago que implicó el perforamiento de intestinos; ninguna autoridad lo auxilió. La familia lo trasladó a diferentes centros de salud, sin embargo, se negaron a brindarle atención, pues no era derechohabiente.
Tras una odisea de 5 horas para internarlo, una lucha por recaudar 25 mil pesos para que accediera a clínicas privadas y demás burocracia que le exigía papeles a su mamá, el joven Armando murió sin recibir atención y sin justicia por un choque séptico.
No hay detenidos y Karina Gallardo, su madre, continúa exigiendo justicia y castigo a los responsables.
Miriam, su bebé y Don Felipe
En Nuevo Laredo, Tamaulipas, Miriam (15 años, embarazada de 8 meses) y su papá Felipe fueron agredidos directamente por elementos del ejército, quienes al percatarse de los hechos, subieron a sus vehículos y emprendieron su huida hacia Apodaca, Nuevo León; no llamaron al 911, ni brindaron auxilio por la «confusión cometida».
Lidia y sus nietos
El 29 de septiembre del 2023, Lidia viajaba en una Jeep Cherokee en Nuevo Laredo acompañada de sus nietas y nieto, tres menores de edad de entre 5 y 12 años.
La camioneta fue interceptada por miembros de la Guardia Nacional y de forma inmediata, se abrió fuego en contra de la camioneta; la adulta mayor y sus nietos se cubrieron entre los asientos. El menor, de 5 años, recibió un pacto de bala en el brazo.
Las y los vecinos salieron rápidamente a defender a la familia, así como a cuestionar a los elementos castrenses; fueron amedrentados y acto seguido, los hombres armados continuaron su huida. De nueva cuenta, no ofrecieron apoyo, no llamaron a urgencias, ni hay detenidos en este hecho que ya ha cumplido un año en impunidad.
Los abarrotes de la familia Puente
El mismo día del ataque a la señora Lidia y sus nietas y nieto, una tienda de abarrotes fue atacada sin mediar palabra; al interior, la hija de Raúl Puente, quien tiene 12 años, atendía el negocio familiar.
El establecimiento fue rafagueado luego de que una camioneta se estacionara frente a ella; se tiró al suelo y cubrió su cuerpo, sin embargo, recibió un impacto de bala en la pierna. No hubo detenidos.
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