Ciudad de México.- Ante la incapacidad de los hombres de Esparta y Atenas para terminar la Guerra del Peloponeso, Lisístrata tomó el rol de mediadora y pacificadora convenciendo a las mujeres de hacer una huelga sexual contra sus esposos para presionarlos a buscar la paz. Actualmente, gracias a la comedia de Aristófanes, ella se convirtió en la primera heroína del teatro clásico y un símbolo femenino frente los conflictos bélicos creados por los varones.
La comedia de Lisístrata, escrita por Aristófanes, se representó por primera vez en 411 a.C. durante un periodo de crisis en Grecia. Las ciudades de Esparta y Atenas estaban pasando por la Guerra del Peloponeso, un conflicto marcado por el control del territorio que provocó cambios en el mapa durante las dos décadas que duró la pelea.
Sin embargo, la situación se tornó crítica para los atenienses gracias al desastre naval de Sicilia en el 413 a.C. por la pérdida de recursos humanos y materiales. En adherencia, el destacamento espartano en Decelia, cerca de Atenas, y la separación de las ciudades que fueron sometidas por el imperio ateniense, provocaron preocupación y desesperanza.
En medio de esta situación, las familias estaban fragmentadas, ya que al estar los hombres ausentes en el frente, las mujeres quedaron relegadas al cuidado de los hogares y sufriendo de pobreza. En medio de las tensiones políticas y sociales, la comedia de Aristófanes presentó una solución humorística y utópica sobre la intervención activa de las mujeres en la guerra, según Juan Antonio López en su texto ‘Una lectura de la Lisístrata de Aristófanes’.
La comedia de Aristófanes
La obra comienza con Lisístrata, quien convoca a las mujeres de toda Grecia para ejecutar un plan que dará fin a la guerra: abstenerse de tener relaciones sexuales hasta que los hombres acuerden de forma pacífica el cese al fuego. Al inicio, las mujeres reaccionan con escepticismo y temor, no obstante, ella las convence recalcando que se trata de un sacrificio para salvar a Grecia.
Por ello, todas juran cumplir el plan mientras las adultas mayores tomarían Acrópolis, donde se encontraban los tesoros públicos que financiaban el conflicto. Para Lisístrata, el control de los recursos económicos era una parte fundamental para frenar la disputa y a la vez tomar el poder por las mujeres, quienes históricamente han sido apartadas de los asuntos políticos.
La ocupación de la Acrópolis generó una tensión causando que un grupo de ancianos intenté desalojar a las mujeres, quienes los enfrentaron al punto de ridiculizarlos. En medio de la pelea con el delegado del Consejo, Lisístrata advierte que ellas son capaces de manejar los asuntos públicos, así como solucionar el conflicto bélico y no solo gestionar el hogar.
Desesperados por la abstinencia, los hombres comenzaron a presionar para llegar a un acuerdo. Su frustración sexual se convirtió en una herramienta para desestabilizar la guerra, por lo que intentaron implementar diferentes estrategias para convencer a sus parejas como la intimidación o seducción.
Por otro lado, aunque en algunos momentos dudaron de la tentación, se mantuvieron firmes gracias a las palabras de Lisístrata. La tensión se reflejó entre Mirrina y su esposo Cinesias, ambos se encontraban desesperados, pero ella recurre a formas ingeniosas para retrasar el acto sexual, reflejando la creatividad y habilidad de las mujeres de controlar la situación.
Agotados de la resistencia de sus esposas y la falta de una solución al conflicto bélico, los hombres acceden a negociar el fin. Lisístrata empleó el uso de los valores en común y la inutilidad de las luchas internas entre griegos para determinar los términos de paz. Además, subrayó la necesidad de que la guerra se reserve para los enemigos externos o con quienes no comparten una historia y cultura en común.
La historia concluye con una celebración en conjunta donde se reconcilian de la mano del humor y la esperanza de un futuro mejor. La tranquilidad se restablece y tanto hombres como mujeres conversan sobre la unidad y el entendimiento mutuo.
Lisístrata, símbolo femenino
Aunque la heroína de esta historia es un personaje ficticio, Lisístrata rompió con el esquema de los roles de género convirtiéndose en un símbolo femenino. Su nombre significa “la que disuelve el ejército” y gracias a su inteligencia, liderazgo y determinación; representó una mujer atípica para la época ganándose el título de primera heroína del teatro clásico.
Aristófanes utilizó a este personaje para reflexionar sobre el papel de las mujeres en la sociedad y cuestionar la forma en la que los hombres abordaban los asuntos políticos y militares en un periodo donde ellas tomaban un papel pasivo y subordinado en la sociedad patriarcal griega.
De acuerdo con el texto ‘La mujer ateniense en la Antigüedad clásica. Perspectivas del rol femenino en la sociedad en la comedia de Aristófanes ”La Asamblea de Mujeres”’, ellas fueron excluidas del espacio público al privado. Debido a la estructura patriarcal, incluso eran vistas como menores de edad de forma permanente que dependen de la tutela de los varones como un padre, hermano o esposo.
Además, ellas fueron responsable de las tareas domésticas; la crianza de los hijos e hijas; y trabajos de lavanderia, costura, cocina o incluso trabajo sexual. Asimismo, su educación fue limitada y enfocada a desenvolverse como esposas y madres. Tampoco podía heredar alguna propiedad o posesión y ante el discurso literario eran retratadas con un carácter subordinado desde una mirada masculina.
Por ello, la comedia de Aristófanes imagina un mundo en el que las mujeres toman el control y ofrecen soluciones a los problemas creados por hombres. De esta forma nos muestra la necesidad de cooperación, reconciliación y cuestionamiento en tiempos de crisis.