Ciudad de México.- De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), México necesita incluir a 18.6 millones de mujeres a la economía para alcanzar la participación de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE); sin embargo, de hacerlo podría incrementar el PIB nacional en 6.9 millones de pesos durante la próxima década.
En el marco del Día Internacional de la Mujer 2025, el IMCO calculó el beneficio económico si México alcanzara la participación económica promedio de las mujeres en los países de la OCDE. Como resultado, se encontraron dos escenarios que permiten medir el impacto de alcanzar la meta.
El primero proyecta cómo se vería afectada la económica mexicana en 2035 de continuar la tendencia de excluir la participación económica de las mujeres; mientras que el segundo, muestra los avances que se tendrían si México alcanzara a los países de la OCDE en un menor periodo.
Si el país opta por esta última opción, en 2035 el PIB podría ser de 2.7% mayor a comparación del primer escenario, además el valor económico del trabajo de las mujeres aumentaría 35% pasando de 3 billones de pesos a 4.1 billones de pesos.

A nivel estatal, el IMCO calcula que, Chiapas y Tabasco tendrían que aumentar más que el doble a su población de mujeres económicamente activas y Ciudad de México o Colima tendrán que hacerlo a un 40%, debido a que actualmente Baja California Sur, Colima y Ciudad de México registran una participación económica cercana a 60%, en Chiapas o Tabasco esta cifra se ubica por debajo de 40%.
La principal conclusión sobre las acciones a tomar a nivel estatal es que las entidades con la menor participación económica de mujeres son las que beneficiarían en mayor medida de incluirlas.
Por ejemplo, con la cooperación de Ciudad de México y Querétaro, donde hay mayor tasa de participación económica femenina, el PIB estatal de 2035 aumentaría entre 2% y 4%, en comparación con la tendencia actual. En Chiapas, el PIB llegaría al 32% y en Oaxaca, Hidalgo y Tlaxcala aumentaría alrededor de 11%.
«Para los estados es una oportunidad de impulsar su economía local, ya que, al acercarse a la meta, las entidades federativas podrían aumentar su PIB en promedio 8.4% en 2035» explicó el IMCO.

No obstante, la organización advirtió que, sin medidas para acelerar la inclusión de las mujeres en la economía, México continuará sin oportunidades de crecimiento, innovación y desarrollo en el que, cada año se volverá más difícil alcanzar el objetivo mientras que el resto de los países de la OCDE avancen hacia la igualdad de género en el mercado laboral.
Panorama actual de México
De acuerdo con los datos del INEGI, durante la última década, la participación de las mujeres en la economía incrementó del 43% al 46% colocando a México por debajo del promedio de los países de la OCDE que se encuentran en un 67%.
El IMCO señaló que, de no atender esta problemática y diseñar estrategias oportunas a México le tomará 56 años alcanzar la tasa de participación económica de estos países y enfatizó la necesidad de acelerar el cambio para impulsar una mayor participación económica de las mujeres.
Para la organización aprovechar el talento de las mujeres en el mercado laboral es clave para que incremente el crecimiento económico de forma sostenible e inclusivo. Sobre todo, como parte del esfuerzo para reducir la informalidad y mejorar la productividad. Entre 2014 y 2024, se evidenció que México se aleja cada vez mas de reducir la brecha de género en el mercado laboral.
«México tiene un gran potencial económico en el talento desaprovechado de las mujeres. Tanto los gobiernos como las empresas tienen un papel clave para incentivar la participación de las mujeres en la economía y potenciar la competitividad del país y de las entidades» -Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)
La OCDE calcula que, en promedio, el incremento de la participación económica de las mujeres impulsó un crecimiento anual del PIB per cápita de 0.37 puntos porcentuales entre 2000 y 2022. Los hombres contribuyeron con menos de la mitad de esta proporción (0.14 p.p), de ahí su importancia de incluirlas.
El estudio muestra que aquellos países con las tasas más bajas de participación económica de las mujeres como Italia, México y Turquía son los que tienen mayor potencial
de crecimiento económico.

Política de cuidados, un eje fundamental para el avance
De acuerdo con el IMCO, para acelerar la inclusión de mujeres al mercado laboral se necesita de mejores políticas de cuidados desde los sectores públicos y privados, debido a que existe evidencia de demuestra que las labores de cuidados recaen desproporcionadamente en las mujeres impactando en sus proyectos profesionales y el acceso al trabajo bien remunerado.
Datos de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados de 2022 mostraron que en México hay 58.3 millones de personas susceptibles de recibir cuidados en los hogares. Entre ellos se encuentran personas con discapacidad o dependientes, infancias y personas adultas mayores. No obstante, son las mujeres de 15 años en adelante quienes mayormente se dedican a esta tarea conformando el 75.1% de personas cuidadoras.
Además, ellas dedican en promedio de 37.9 de horas a la semana a esta tarea y atienden principalmente a niñas y niños, así como se hacen cargo de los cuidados del hogar. De las mujeres que proveen cuidados, el 39.1% afirmó tener cansancio; 31.7% disminuyó su tiempo de sueño; 22.7% sintió irritabilidad; 16.3 sintió depresión y el 12.7% vio afectada su salud física.
Algunas mujeres también tienen un empleo remunerado que balancean con el trabajo de cuidados. La encuesta reveló que la tasa de participación de las mujeres económicamente activas que brindan cuidados es de 56.3%.
Siguiendo la encuesta, personas de entre 15 a 60 años, el 42.7% estuvo en desacuerdo con llevar a las infancias a una guardería o estancia infantil y el 50.6% manifestó no estar de acuerdo con dejar a las personas mayores a una institución para su cuidado. Ligado a esto, hay una negativa de delegar el trabajo de cuidado a alguien más que no sean las mujeres.
Ante este contexto, el IMCO propone:
- Desde el sector público: la construcción del Sistema Nacional de Cuidados (SNC) asequible y que garantice los servicios y derechos a todas las trabajadoras, incluyendo a aquellas que se encuentran en la informalidad para que tengan acceso a servicios de salud, cuidado infantil y educación. También se necesita promover la corresponsabilidad de cuidados a través de licencias de paternidad obligatorias que permitan a los padres destinar tiempo a las responsabilidades del hogar.
- Desde el sector privado: las empresas deben implementar e institucionalizar lineamientos claros para el desarrollo de estrategias de flexibilidad laboral y políticas de cuidados como licencias parentales extendidas y remuneradas, subsidios para el cuidado infantil, horarios flexibles y estancias de cuidado infantil en los centros de trabajo. Actualmente, las reglas de operación de las guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) permiten a las empresas ser corresponsables en la operación de estancias exclusivas para sus trabajadores. Esta modalidad será renovada bajo el nuevo formato de Centros de Educación y Cuidado Infantil (CECI), lo cual puede ampliar la accesibilidad de dicho servicio.
Atendiendo a estas problemáticas