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Mujeres periodistas y maternidad en redacciones masculinizadas

Por Wendy Rayón Garay

Ciudad de México.- El día de hoy, las periodistas Jade Ramírez, Zorayda Gallegos y Alfonsina Ávila discutieron en el conversatorio ‘Mujeres periodistas y maternidad’ moderado por la periodista Lucía Lagunes Huerta, sobre los desafíos a los que se han enfrentado al maternar mientras ejercen su labor periodística en tanto laboran en redacciones masculinizadas.

En el mundo, el trabajo de cuidados recae en las mujeres, considerada como una responsabilidad inherente y esta división de roles la que ha perpetuado la desigualdad, limitando sus oportunidades de profesionalización e inclusión en el mercado laboral, lo que refuerza estereotipos y roles de género.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hablamos del trabajo de cuidados cuando englobamos aquellas actividades que dan respuestas a necesidades físicas, psicológicas y emocionales de una o más personas en la esfera pública y privada, así como en la economía formal, informal, el cual no está remunerado. 

Datos de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022 mostraron que en México hay 58.3 millones de personas susceptibles de recibir cuidados en los hogares. Entre ellos, la población infantil entre 0 a 5 años representó el porcentaje más alto de cobertura de cuidados llegando a conformar el 99%; pero también se encuentran personas con discapacidad o dependientes, infancias y personas adultas mayores. 

No obstante, son las mujeres de 15 años en adelante quienes mayormente se dedican a esta tarea conformando el 75.1% de personas cuidadoras. Además, ellas atienden principalmente a niñas y niños, así como se hacen cargo de los cuidados del hogar. De las mujeres que proporcionan cuidados, el 39.1% afirmó tener cansancio; 31.7% disminuyó su tiempo de sueño; 22.7% sintió irritabilidad; 16.3 sintió depresión y el 12.7% vio afectada su salud física. 

Algunas mujeres también tienen un empleo remunerado que balancean con el trabajo de cuidados. La encuesta reveló que la tasa de participación de las mujeres económicamente activas que brindan cuidados es de 56.3%. Además, personas de entre 15 a 60 años, el 42.7% estuvieron en desacuerdo con llevar a las infancias a una guardería o estancia infantil y el 50.6% manifestó no estar de acuerdo con dejar a las personas mayores a una institución para su cuidado.

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Maternar siendo periodista

«¿Cómo es ser madre y periodista a la vez?» Fue la pregunta con la que Lagunes Huerta abrió el conversatorio ‘Mujeres periodistas y maternidad‘. Para Jade Ramírez, periodista de larga data en Jalisco, quien es madre autónoma y quedó a cargo de la crianza y esto supuso un desafío extra al dedicarse a su labor periodística en un país donde ya se han asesinado a 171 periodistas, según reportó Articulo 19.

Debido a este panorama, ha tenido que renunciar a coberturas y elegir el bienestar de su núcleo familiar y el de la maternidad dejando de exponerse a escenarios peligrosos que pueden surgir al ser periodista: «Hay que aplicar métodos de autocuidado y decir, «Mira, en esto sí que no le voy a entrar porque evalúo los riesgos, evalúo las variantes de complicación y en este momento la vida, la integridad de mi familia no se va a volver a poner en riesgo», mencionó.

Para la periodista Alfonsina Ávila, no solo se ha enfrentado a priorizar las coberturas o ajustar los tiempos, sino a limitaciones por parte de las redacciones, espacios que han estado masculinizados invisibilizando las necesidades de las mujeres. Desde su experiencia, han tomado decisiones por ella al ser madre relegándolas al trabajo de cuidados y ejerciendo un aislamiento profesional, por lo que señaló la falta de protocolos en estos espacios.

A la periodista de investigación Zorayda Gallegos le costó elegir la maternidad, ya que por mucho tiempo solo conocía aquella dictada por el patriarcado donde las mujeres debían entregarse completamente a esta labor desde que son jóvenes. Fue hasta que conoció la maternidad libremente elegida por el deseo y no la imposición que decidió ser madre a los 36 años.

Sin embargo, tuvó que enfrentarse a cuestionamientos sobre su decisión, violencia obstétrica, el posparto o el amamantamiento con la lactancia exclusiva. Sobre todo, como todas las mujeres periodistas que deciden ser madres, se preguntó sobre cómo equilibrar el trabajo de cuidado y su labor periodística siendo que no se sentía con estabilidad mental para afrontar ambas cosas después de que terminara su licencia de maternidad.

«Eso te lleva a reflexionar y a darte cuenta de que tenemos un sistema muy hostil para las madres, un sistema que no te ofrece licencias de maternidad de larga, sino solamente de 3 meses y empiezas a ver que en otros países del primer mundo hay licencias hasta de 1 año o más tiempo y por qué nosotros no lo tenemos. Ahí empiezas a darte cuenta de muchas situaciones que nunca habías reflexionado» -Zorayda Gallegos

La elección de ser madres, un precio que les hacen pagar

¿Qué hace una periodista que es madre ante este panorama? Actualmente, aguantar y continuar trabajando. Lucía Lagunes apuntó que, las redacciones hacen sentir a sus periodistas que están pagando por elegir ser madres criminalizándolas y sin detenerse a pensar que el ritmo que lleva el periodismo y cómo se ejerce puede implicar limitaciones en ellas y sus crianzas

También señaló que, si bien se trata de maternidades elegidas, lo que no fue de su elección es que la sociedad no normalice o estandarice a una mujer maternando en espacios públicos donde deben lactar o atender a sus hijas e hijos. Asimismo, señaló la falta para encontrar una agenda que les de esa libertad de maternar sin dejar de vivir la intensidad del periodismo sin que tengan que ser limitadas.

«No se trata de hacer diferencias con quienes deciden no tener hijos, sino entender las condiciones circunstancias de quienes son madres» -Lucía Lagunes

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Redacciones que no escuchan y omiten

¿Existen condiciones por parte de las empresas para que las periodistas puedan maternar? Las periodistas concluyeron que no. Ni desde las empresas o la sociedad quienes las han dejado solas.

La actitud de las redacciones no se ha abierto a entablar conversación con sus periodistas para atender sus necesidades. Para ese a que las periodistas no son obligadas a realizar ciertas coberturas han sentido que se omiten aspectos de una mujer que es madre y a su vez las empresas ponen distancia del tema.

Además, es más difícil que sean contratadas perdiendo así «su valor o plusvalía» en un campo que es muy competitivo. Frente a esta situación, las periodista concluyeron que, su camino en la maternidad les nutrido la forma en que hacen periodismo desde procesar información, cuadrar coyunturas o hacer análisis, pero que muchas veces no es valorado.

«Recuerdo que cuando empecé de reportera, dos compañeras salieron embarazadas y casualmente las despiden. Entonces era como este asunto de «te voy a despedir porque ya no vas a ser productiva, porque te me vas a ausentar tres meses por tu licencia de maternidad, porque vas a estar más cansada». Entonces es ver a las mamás en esa etapa del embarazo como una carga para el medio. A mí me ha costado mucho entender que el problema no soy yo» -Zorayda Gallegos

Esta situación ha permeado la salud mental de las periodistas quienes se sienten responsables o piensan que no lo están haciendo bien. Según contó Zorayda Gallegos, el problema viene de una sociedad hostil con la maternidad, la lactancia y con las infancias a quienes no se les permite entrar en muchos lugares y en consecuencia las madres son las juzgadas y recriminadas.

Desde los espacios de poder en las redacciones terminan violentando las experiencias de la maternidad siendo que, ellas son alejadas y recluidas al trabajo del cuidado desde lo privado, sin crear condiciones para hacerlo en lo público.

Expresó que las situaciones de hostilidad han permitido pensar a las madres «como una carga» orillándolas a renunciar a los préstamos de ley y seguridad social para tener mayor libertad para maternar desde el freelancer. No obstante, dicha modalidad de trabajo también está ligado a un sistema de producción: «si produces te pagana, si n produces no te pagan», afectando así su labor periodístico.

La libertad de expresión y su seguridad, otro eje afectado

Desde la experiencia de las periodistas Lucía Lagunes Huerta, Jade Ramírez, Zorayda Gallegos y Alfonsina Ávila, la libertad de expresión se ve afectada ya que, en la mayoría de las veces son amenazadas con sus hijas e hijos, sobre todo en estados donde hay mayor presencia de violencia como Jalisco o Sonora.

Esta situación ocurre incluso cuando mantienen su identidad oculta, su vida en privado y apliquen el autocuidado y los protocolos de seguridad correspondientes. Incluso estos mecanismos no tienen perspectiva de género por lo que no toman en cuenta las vulnerabilidades a las que se enfrentan las mujeres periodistas que son madres cuando están en peligro.

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