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¿Qué pasó con Paimef y Proabim, programas clave del Inmujeres?

Por Arantza Díaz

Ciudad de México.- La instauración de la Secretaría de las Mujeres implicó una serie de cambios estructurales y la absorción de 2 de los programas que piloteaba el -entonces- Instituto de las Mujeres y la Comisión (CONAVIM): El Programa para el Adelanto, Bienestar e Igualdad de las Mujeres (PROABIM), así como del Programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas, (PAIMEF), respectivamente y a 5 meses de que arrancara sus funciones la Secretaría de las Mujeres, ¿en dónde quedaron estos programas y quién quedó a la cabeza?


El 28 de febrero el Diario Oficial de la Federación publicó el acuerdo donde se emitieron los lineamientos del programa de atención integral para el bienestar de las mujeres para el ejercicio fiscal 2025. Dentro de esta publicación, se expresa que la Secretaría de las Mujeres ha asumido, oficialmente, la operación del PROABIM, así como del PAIMEF, en añadidura, reconoce que es indispensable contar con infraestructura de alcance comunitario y local que ponga al centro las necesidades de las mujeres a lo largo del territorio nacional, así como eficientar el gasto público.


Para esto, los lineamientos aseguran la complementariedad de acciones y sostienen que evitarán la duplicidad de los apoyos en conjunto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), como resultado, se logró una «exitosa fusión» de ambos programas para convertirlo en el nuevo Programa de Atención Integral para el Bienestar de las Mujeres (PAIBIM).


La nueva PAIBIM absorbió los recursos presupuestales de ambos programas, teniendo por objetivo, fortalecer institucionalmente las instancias de mujeres en cada una de las entidades federativas (conocidas como IMEF) y operando en conjunto con los 3 órdenes de gobierno para brindar servicios de atención integral a las mujeres que contribuyan a la promoción de sus derechos, la autonomía, la prevención y atención contra la violencia, así como el apoyo a redes comunitarias, la producción de un cambio cultural y el acceso a una vida digna de cada niña, mujer y adulta mayor que habita el país.
Ahora bien, ¿cuál era el poder del PROABIM y del PAIMEF y por qué su existencia fue una pieza clave?, ¿la nueva PAIBIM realmente implica un avance o es más bien un retroceso en el progreso alcanzado?


Cimacnoticias buscó a Marta Ferreyra, actual directora general de la Política Nacional de Igualdad y Derechos de las Mujeres y quien fuese la extitular del PROABIM antes de la instauración de la Semujeres para reconocer en dónde nos encontramos y cuál es el futuro que se avizora.

PAIMEF Y PROABIM: ¿Cuáles eran sus funciones?

Programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas (PAIMEF): Contribuyó a la generación de condiciones para el desarrollo humano, el ejercicio de derechos, el empoderamiento y la plena inclusión social de las mujeres en México. Lo anterior, mediante la prevención de las violencias contra las mujeres y la atención a las mujeres que se encuentran en situación de violencia por motivos de género y, en su caso, sus hijas e hijos, en el entendimiento de que la violencia es un factor que atenta contra el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, impide su acceso a la igualdad de oportunidades y restringe su incorporación a los procesos de desarrollo social.

Hace 19 años se creó el PAIMEF para el adelanto de las mujeres en los Estados; luego de casi de dos décadas de funcionalidad, el proyecto desapareció y la mayoría de sus trabajadoras, también.

El PAIMEF representó una de las políticas públicas pioneras en América Latina por su carácter focal en atender las violencias y ofertar refugio a las mujeres víctimas de violencia en zonas rurales de todo el país. Este proyecto fue operado desde el 2006 por el Indesol para promover los derechos humanos de las mujeres y garantizar su seguridad, a través de su protección, emancipación y autonomía.

PAIMEF nació como una iniciativa de la Comisión de Equidad de Género de la LIX Legislatura de la H. Cámara de Diputados como una respuesta ante la creciente violencia en razón de género, esto, en el marco de la Convención para la Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (Convención de Belém do Pará, 1994) y la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (1995). Pues en junio de ese 2006, México debía rendir cuentas sobre el cumplimiento de la CEDAW, siendo su mejor arma, la creación del PAIMEF.


Según refiere la propia revista del Indesol, el PAIMEF se constituyó con el trabajo de 5 secretarías, 26 institutos y un consejo, siendo así, el primer proyecto federal en implementar y ejecutar coordinadamente con los 3 niveles de gobierno; fue pionero en abrir servicios de atención especializada, armonizar marcos normativos, lanzar campañas de sensibilización y promover los derechos humanos de las mujeres a nivel local. Esto resulta fundamental, pues técnicamente, el PAIMEF fue punta de lanza en nuestro país un año antes de que se promulgara la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007)


Esta política pública nació, también, en un contexto de profunda violencia: El calderonismo. El sexenio de Felipe Calderón se catalogó como el más sangriento para las mujeres. De acuerdo con el diagnóstico La violencia feminicida en México: aproximaciones y tendencias (ONU Mujeres, 2020), de 2007 al 2012, 12 mil 429 mujeres fueron víctimas de homicidio. Antes del 2007 el feminicidio ocurría principalmente dentro de los hogares; después de esa fecha, los asesinatos de mujeres no solo incrementaron si no que se modificó la forma en que sucedían: con mayor frecuencia en la vía pública e incrementó el feminicidio cometido con armas de fuego “durante los momentos más cruentos de la violencia relacionada con el crimen organizado”.


Luego de una operación ininterrumpida de 19 años, el PAIMEF cerró sus filas para adecuarse a la nueva Secretaría de las Mujeres. Según información compartida con CIMAC, la mayoría del equipo que laboró en el programa fue rescindida; sus cargos fueron ocupados por otras personas y entre violaciones a los derechos humanos, se erigió el nuevo PAIBIM, que promete resanar las fallas del PAIMEF y garantizar una mejor atención en cuanto alcance el 100% de su operatividad, pero el PAIMEF no fue el único que terminó siendo absorbido, su par, el PROABIM corrió con la misma suerte.

Programa para el Adelanto, Bienestar e Igualdad de las Mujeres (PROABIM): Desde el 2018, se instrumentó una estrategia de empoderamiento para las mujeres, a través de la operación de los Centros para el Desarrollo de las Mujeres (CDM), con la coordinación entre los tres órdenes de gobierno, en los cuales se brinda atención y asesoría directa a mujeres interesadas en recibir información referente a sus derechos; en particular el derecho a los cuidados, educación, migración, a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar, así como sus derechos económicos. Según documentó el Informe de Gestión Gubernamental 2020 – 2023 del Inmujeres, sólo en esos 3 años, el PROABIM logró atender un estimado de tres millones de personas, en su mayoría mujeres.

La llegada del PAIBIM: El cambio de estructura

Lo primero que hay que entender, dice Marta Ferreyra, es que cuando se decide que CONAVIM se una a la Secretaría de las Mujeres, inició todo un ajusto de la política pública. Algo que, refiere, no solamente se trató de «la suma de todas las partes», sino de un hecho que potenció la política pública «como debió ser siempre», repara Ferreyra.


Hay que recordar que la absorción de la CONAVIM no fue laxa, por el contrario, como Cimacnoticias ha documentado con extrabajadoras, este proceso resultó en un lapso de tiempo de inconsistencias e inconformidad; mujeres que perdieron sus empleos, sin tregua, ni posibilidad de continuar con su trabajo, aún, cuando eran profesionistas de carrera. Tras 5 meses, estas extrabajadoras siguen en lucha y se les vio organizadas el pasado 8 de marzo.


Ahora bien, Marta Ferreyra explica en conversación que un hecho superior de esta transición se da porque, anteriormente, en el Instituto de las Mujeres -en la rectoría de la igualdad-, no había herramientas sólidas de prevención y seguimiento por la evidencia, entonces, la llegada del PAIBIM implica todo un cambio «fructífero» en la vida pública.


Para entender exactamente qué sucedió tras bambalinas, Cimac cuestionó cómo se habían dividido los programas de interés supremo -como los refugios o las alertas de violencia de género-, a ello, la funcionaria pública refiere que existen 2 grandes estructuras:
La primera: Manejados por la CONAVIM, los Centros de Justicia, las Alertas de Violencia de Género y los Refugios fueron referidos a la subsecretaría de atención a violencia que está bajo la batuta de Ingrid Saracibar.


El territorio: La PAIMEF, encargada de vigilar y robustecer los centros de las mujeres en los municipios implicaba un ejercicio riguroso; un trabajo de a pie, donde las y los trabajadores asistían a las zonas rurales más inaccesibles. Se decidió que la PAIMEF no caería sobre Saracíbar, sino más bien, hacia el área de proyectos estratégicos de territorio, precisamente, el de Marta Ferreyra.

«Esa fue una oportunidad de decir sí, bueno, ¿cómo lo estaba haciendo PAIMEF? Y entonces, PAIMEF estaba distribuyendo recurso en territorio y tenía una estrategia que nosotras nunca conocimos a fondo porque no la conocíamos; no la gestionábamos, sí era parecida (a su área de aquel momento, la PROABIM), pero no igual.»


La forma más sencilla de entender esto es que, siempre que había un Centro de Desarrollo para las Mujeres, que pertenecían a la PROABIM, estaban cerca los recursos de la PAIMEF. De manera conjunta, eran programas que se alimentaban a sí mismos y tenían las mismas causas: Impulsar la autonomía y garantizar la seguridad de todas las mujeres y niñas en cada entidad del país.

¿Cuáles son las diferencias más elementales?, según explica Marta Ferreyra, la PAIMEF gozaba de una herramienta apodada «la tríada de atención» que consistía en una abogada, una trabajadora social y una psicológica. Ahora, con la PAIBIM, se decidió mantener esta estructura, pero resultaba evidente que sería insostenible atender todas las necesidades; ya no sólo era la PAIMEF, ahora se trataba de un proyecto mucho más extenso que exigía más.


Así, el modelo más «básico» de la tríada permaneció en esencia y permitió la creación de una nueva modalidad para poner en marcha el ambicioso PAIBIM.


Primero, se decidió que todo recurso instalado debía continuar, por indicación de la presidenta, Marta Ferreyra y todo el equipo detrás de esta política acataron la orden que todas las mujeres debían continuar recibiendo servicios sin importar qué.


Sucintamente, se decidió robustecer la llamada «tríada», ahora, la PAIBIM promete tener en las instancias de las mujeres de cada entidad 5 mujeres abogadas, 3 personas que atiendan líneas telefónicas y en caso de necesitarse, unidades móviles. Así, el número total de abogadas es de 160 para todo el país y que obedece a la recién convocatoria lanzada «Las Abogadas de las Mujeres».


¿Y cómo cubrirán el territorio que ya tenía la PAIMEF?: Para dar seguimiento, Ferreyra explica que aquí se tienen los llamados Centros LIBRES (Inclusión, Bienestar, Recursos y Emancipación), que reunirán todos los servicios del PAIMEF, pero de una forma aún más «completa», pues se incluirán atenciones de atención de empoderamiento económico, nodos de creación de emprendimientos y por supuesto, la articulación de la tercera y cuarta herramienta presentada por Sheinbaum: Las tejedoras de la patria y la divulgación de la Cartilla de las Mujeres.

Esencialmente, se identifican 3 diferencias «novedosas»:

  • La divulgación de la Cartilla de las Mujeres
  • Participación de las tejedoras de la patria
  • Abogadas de las mujeres y con ello, un número más amplio de especialistas
  • Centros Libres*: Que, si bien pueden gozar de ciertas diferencias, esta política pública no implica necesariamente algo novedoso, pues hay que recordar que estos espacios existen desde hace años nombrados anteriormente como Centros para el Desarrollo de las Mujeres.

En materia de recursos, para Marta Ferreyra se puede hablar de que es una política «más ordenada, estable y dirigida«.

«La diferencia es que está más integrado el recurso, está menos disponible para discrecional. O sea, antes las cada estado y cada titular del IMEF decidía un poco en qué gastar el dinero de PAIMEF, ahora está más etiquetado, más controlado y entonces quizás es la diferencia más grande, pero en términos de recurso aproximadamente es lo mismo»

Y a todas estas estructuras y planes, ¿la PAIBIM ya está en operaciones y se prepara para poner en marcha todas estas herramientas? Esto, a consideración de que el programa de Abogadas de las Mujeres fue lanzado hace un día y Tejedoras de la Patria el pasado 23 de abril. La respuesta es que no, si bien está en aras, el ambicioso PAIBIM aún no está en facultad de bajar los recursos a las entidades y según brindó información Marta Ferreyra el PAIBIM comenzó a dar sus primeros pasos el día de ayer -primero de mayo- y como ya se advertía en un principio del texto, el programa tomará «carrera» hasta dentro de un mes.

«Todavía no estamos en marcha, o sea, el primero de mayo mañana empieza a funcionar todo, poco a poco. Yo creo que nos va a llevar un mes ponernos en marcha con el nuevo modelo. Es un modelo que está más centrado ahora más dirigido a la atención y al servicio de las mujeres más directo. Aún entregamos recursos, en ese sentido de directo, pero sí llegamos más directo a las mujeres.
Yo creo que la estrategia de las tejedoras de la patria va a ser fundamental. O sea, todas las mujeres que estén en las redes, que conozcan su territorio y que saben de estas problemáticas, seguramente van a traer los tema a sus redes. Es uan política pública muy pensada».

Algo esencial en lo que repara Ferreyra es que la PAIMEF fue un punto clave en la política pública, pero ahora, el PAIBIM implica una estructura mucho más sólida y etiquetada, «el PAIMEF tenía otra naturaleza, estaba más abierto, quizás, a algunas interpretaciones». Esto apuntando a que el PAIBIM presume un modelo más rígido bajo el ala de la Secretaría de las Mujeres.

Aun así, entre tanta estructura regulada, el único componente «libre» que han dejado es una serie de asambleas de mujeres que se darán por los territorios distintos del país; en estos espacios, adelantó Ferreyra, las mujeres podrán decidir qué tipo de capacitaciones y preparaciones desean recibir en sus instituciones. Podrán elegir entre yoga, tiempo libre, bordado, tejidos, cerámica, autocuidado o lo que sea que las mujeres demanden, pero mientras esto se gesta y la maquinaria de la PAIBIM apenas lleva un día empujando sus funciones, resulta inevitable cuestionar: ¿Cuánto tiempo tomará al PAIBIM desplegarse correctamente y alcanzar los objetivos que presume?

«Estamos haciendo lo necesario para poder radicar el recurso en los estados lo más rápido posible. Todo tiene trámite porque hay mucha transparencia y mucho control del recurso [algo] que es muy bueno. Yo creo que es una buena iniciativa que permite optimizar, a fondo, los recursos que son destinados a las mujeres en el territorio (…) Y, entonces, permitir que una mujer que tiene una situación de violencia contacte en su territorio, en su pequeño municipio. a la abogada que está ahí y que esa abogada llame a su colega de las Abogadas de las Mujeres porque ese caso tiene que ser litigado para que posteriormente se hable a la fiscalía y a los centros de justicia. es decir, está todo integrado, es una política bien pensada» (Marta Clara Ferreyra, directora general de la Política Nacional de Igualdad y Derechos de las Mujeres).


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