Ciudad de México.- «Con la Primavera Oaxaqueña, vienen los buenos tiempos», fue el comentario de Salomón Jara, gobernador oaxaqueño que este 5 de mayo ha dado inicio a esta temporada anual que emprende acciones focales en mejorar las condiciones de vida de la población a través de programas públicos. A la par, Consorcio Oaxaca da un revés a este escenario recordando que, en la entidad, las mujeres, activistas e infancias enfrentan una de las olas de violencia feminicida más recrudecida de los últimos años.
Según ha documentado la Plataforma de Violencia Feminicida de Consorcio Oaxaca, desde su arribo al poder, el primero de diciembre del 2022 a la fecha, el gobierno de Jara ha registrado un total de 241 feminicidios en las 8 regiones del estado, siendo una de las líneas más consistentes en estos crimenes la impunidad.
La asociación civil condena que en los últimos 3 años se ha registrado un avance preocupante de la violencia feminicida donde las agresiones contra mujeres «son crueles y con saña». Además, de que Jara mantiene hermetismo al intentar mediar con la sociedad civil por mejores políticas públicas, según Consorcio Oaxaca, el político también mantiene cerca de su gabinete a agresores, como Donato Vargas, acusado de violencia familiar y presunto vinculado con la desaparición y asesinato de la activista Sandra Domínguez.
Sólo en lo que va de mayo, Oaxaca ha registrado dos feminicidios; el primero el pasado 2 de mayo cuando Virginia J, de 68 años fue asesinada en su domicilio localizado en Tehuantepec, en el Istmo; el segundo al día siguiente, el 3 de mayo, cuando una mujer de iniciales A.H.D (22 años) fue víctima de feminicidio al interior de su domicilio en Santa Cruz Xoxocotlán. El responsable de este hecho es su pareja, identificado como Franco Darío de 29 años.
Sólo en abril, 10 mujeres fueron víctimas de feminicidio, el último, el pasado 28 de abril. En el registro, las víctimas van desde los 17 hasta los 40 años, la mayoría, asesinadas con armas de fuego y lesiones producidas por golpes; los principales agresores son hombres desconocidos que arriban a los hogares de las mujeres para dispararles a quemarropa y en segundo lugar de incidencia, son las parejas, quienes luego de una discusión, cometen el delito de feminicidio al interior del domicilio.
Esta no sería la primera vez que Oaxaca está bajo la lupa, pues desde el primer año de gestión de Jara, se advirtió que la violencia feminicida se estaba desembocando en la entidad y a sólo un par de meses de su gestión, el sello del feminicidio se convirtió en la sentencia del gobierno de Jara que no ha brindado solución expedita a este fenómeno en su entidad.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en enero del 2022, Oaxaca alcanzó la cifra de diez feminicidios, lo cual la colocó en primer lugar en violencia feminicida, aunque la cifra podría ser mayor debido a errores de clasificación.
De hecho, según la Plataforma de Violencia Feminicida de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, entre el 1 de diciembre de 2022 y el 7 de febrero de este 2023 (es decir, los primeros dos meses del gobierno de Salomón Jara Cruz) se registraron 26 casos de feminicidio. Por su parte, el Grupo de Estudios sobre la Mujer “Rosarios Castellanos” A.C. (GESMujer) identificó 12 casos más de posible feminicidio en este 2023 que no están contemplados dentro de las cifras del SESNSP.
En respuesta, Salomón Jara ha mantenido a lo largo de su gobierno un discurso de cero impunidad en materia de feminicidio, señalando que su administración ha trabajado «como nunca» en todos los frentes para la prevención y erradicación de este crimen.
«La violencia contra las mujeres no tiene cabida en el proyecto de la Primavera Oaxaqueña; su erradicación y prevención está al centro de nuestras prioridades, de ahí que la agenda de género sea una política transversal de mi gobierno”, (Salomón Jara)
Justicia para Virginia y Adriana: Eulalia en riesgo
El territorio oaxaqueño no sólo se ha vuelto fértil para el feminicidio, sino también, para la desaparición, la persecución y el asesinato de las mujeres activistas.
En este tenor, se recuerda que el pasado 8 de noviembre las hermanas Adriana y Virginia Ortiz García fueron víctimas de feminicidio en la ciudad de Oaxaca, luego de que hombres armados que viajaban en una motocicleta dispararan a las defensoras cuando descendían de un taxi a la puerta de su casa en el centro histórico de la capital oaxaqueña.
Ambas militaban en el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT); Adriana, servía como asesora jurídica comunitaria desde hace quince años y junto a su hermana, Virginia, fueron las principales buscadoras de otras dos mujeres identificadas como Daniela y Virginia; sus primas, quienes desaparecieron el 5 de julio del 2008 en la región mixteca.
Sobre este hecho, no existe ninguna persona detenida y se ha perdido registro sobre cuál es el estado actual de estas investigaciones a medio año del doble homicidio.
A la par, la tercera hermana de la familia Ortiz García, Eulalia, exigió el pasado 24 de abril a la fiscalía de Oaxaca, así como a la presidenta Claudia Sheinbaum que garanticen su seguridad, pues durante todo el mes de abril, Eulalia fue víctima de ataques diversos, hostigamiento y persecución.
El pasado 22 de abril allanaron el hogar de la activista; rompieron las chapas de sus puertas y quebraron sus ventanas, los agresores robaron los documentos de las denuncias por asesinato de otros compañeros del MULT y sus pertenencias. Esta no sería la primera vez que persiguen a Eulalia, sin embargo, desde los feminicidios de sus 2 hermanas, la activista denuncia que el hostigamiento se ha recrudecido. Mientras las autoridades oaxaqueñas no dan respuestas.
«Todavía cargo el sufrimiento en mi corazón y aparte, me andan persiguiendo personas desconocidas que constantemente llegan a los lugares donde trabajo y duermo. No me han encontrado, pero mi vida está en riesgo de muerte», refirió Eulalia, quien es miembro activa del Movimiento de Unión y Lucha Triqui (MULT).
De acuerdo con la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México y la IM- Defensoras, desde hace 10 años Oaxaca se ubica, de manera sistémica, entre los estados con los ataques más frecuentes y graves contra mujeres defensoras y también, entre las entidades con mayor impunidad en casos de asesinatos y desaparición forzada.
Aunado a esta crisis de violencia e impunidad, se suma el incremento de grupos paramilitares que han anidado en la región mixteca, una de las zonas más precarizadas y marginadas a nivel nacional. Como resultado, decenas de familias han sido desplazadas a causa de los amedrentamientos reiterados y la impunidad derivada de la escueta acción estatal.
De acuerdo con «Alas y Raíces», informe producido por Servicios para una Educación Alternativa (Educa Oaxaca), sólo en el último sexenio 58 personas defensoras han sido asesinadas en la entidad; 27 en la región mixteca. Durante el gobierno de Salomón Jara, se han registrado 54 agresiones contra activistas, siendo la criminalización y la persecución las principales herramientas de violencia; las autoridades estatales fungen como los principales responsables.
«¡Las oaxaqueñas vivimos un oscuro invierno!
¡Para nosotras no ha llegado la primavera oaxaqueña!» (Consorcio Oaxaca)