Ciudad de México.- El 9 de abril Shelma acudió a las oficinas del medio de comunicación Reporte índigo; se celebraría la junta editorial mensual para apuntalar los temas en la agenda y 20 minutos antes de la reunión, su superior, la llamaría para comentarle algo breve en su oficina: Emma Newsletter, el proyecto feminista y de género que Shelma y otras 7 mujeres habían empujado, había sido, oficialmente, eliminado del medio de comunicación. No hubo tregua, ni aviso que las blindara de este despido; despido que se manifiesta como un acto expreso de la violencia patriarcal, no sólo por el fin de la relación contractual, sino por las inconsistencias que antecedieron este hecho.
En entrevista con Cimacnoticias, Shelma compartió cómo se vivió la desaparición de uno de los medios feministas con mayor repunte y calidad de contenido, desde los señalamientos al equipo, hasta la liquidación inminente de este grupo de comunicólogas, guionistas, reporteras y editoras que empujaron una agenda feminista contra corriente.
La jornada de Shelma empezaba temprano y laboraba, usualmente, de lunes a sábado, en caso de descansar el sábado, entonces, arrancaba sus actividades desde el domingo con la finalidad de iniciar un lunes con la agenda a tope, con entrevistas preparadas y una coordinación pulida para que la semana fluyera sin contratiempos.
Entre buscar entrevistadas para la sección Mujeres que Inspiran, hasta escribir su columna de los lunes, Shelma dedicó 2 años a Emma Newsletter. Entre sus trabajos también se encontraba buscar alianzas comerciales y sus ojos eran los últimos que revisaban todo el contenido del medio; notas, videos, guiones y reels.
Los números comenzaron a levantar y de forma articulada, cada una de las trabajadoras apostaba por narrativas novedosas, contenido editado, guiones cuidados y un eje rector que le añadía a la revista la disrupción incómoda, incluso, hacia el propio Reporte índigo: La crítica feminista.
Cuando eres una periodista feminista vas estirando la liga en los medios, dice Shelma, es darse cuenta de que trastocas intereses, ideologías políticas e incomodas, especialmente, cuando atraviesas a personas con puestos importantes en los medios. La periodista pone el acento en que no sólo se trata de tu desempeño como trabajadora, sino también, de saber que el feminismo es extensivo prácticamente a todas las áreas de la vida y esto, termina produciendo el descontento entre colegas; les molesta, incluso, la forma en que te comunicas.
«Cuando una es feminista no solamente lo aplicas a tu trabajo, sino a tu día a día, entonces, incluso en las propias prácticas de trabajo como la forma en la que te comunicas, pues llegas a ser la revoltosa. Aún en medios que se dicen «progres» o que se dicen con perspectiva de género justamente, siento que de pronto realmente ni entienden bien a lo que nos referimos o como que no entienden el fondo de lo de lo que va» -Shelma
De un momento a otro, una compañera de recursos humanos les informó sobre su despido e inminente liquidación. Y de aquí, reventó lo que parece, fue una bola de nieve que empezó a crecer desde dos episodios: la Carta y el feminismo difícil de vender.
La Carta
En el marco del 8 de marzo, el equipo de Emma replicó un mensaje de la influencer Priscila Arias «La fatshionista» donde se le veía anunciando con un megafono: «La cultura de dieta, es violencia patriarcal». Sucintamente, el video estalló en redes y el medio tomó la decisión de explicar cuál era la relación entre el patriarcado y el peso-centrismo de la dieta.

Sólo dos días después, el 11 de marzo el noticiero Índigo Noticias 2.1 habló de este mismo contenido, sacando tergiversando la voz de Priscila Arias y tomando como mofa esta postura política señalando: «Su performance fue muy chistoso»
En respuesta a estos comentarios, el equipo de Emma decidió enviar una carta al equipo de recursos humanos a fin de mostrar su preocupación por la divulgación de estos discursos de odio. Y desde aquí, el hilo comenzó a tensarse.
Shelma comparte que sólo días después de que estos conductores lanzaran estos comentarios, Spotify inauguró un evento importante en donde Emma Newsletter participaba como medio invitado. A la par, Priscila Arias también acudiría, un hecho que consternó a Shelma y atravesó su trabajo como pieza clave para construir alianzas.
«Era obvio el doble discurso, ¿cómo nos acercábamos a la Fatshionista y le decíamos: «Hola, soy de Reporte índigo» Ella ya había visto el video (…) era el doble discurso de pensar que cómo pertenecíamos al mismo medio diciendo que te conduces con perspectiva de género. Eso no hablaba bien del medio; nos quitaba credibilidad y como feministas, nos molestaba la violencia«, narra Shelma.
Así, tras pelotear algunas ideas sobre cómo aproximarse a Reporte Índigo de forma profesional para mejorar sus ejes editoriales, el equipo de Emma optó por no realizar ningún pronunciamiento público, por el contrario, se decidió compartir esta carta de forma interna apuntalando a que el contenido violento terminaba restando credibilidad al medio. Poco después, recibieron respuesta.
El medio se comprometió a dar un taller con perspectiva de género a los conductores y cuidar la línea editorial del programa; sin embargo, resultó evidente que la respuesta fue escueta, pues no se brindó más detalle sobre cómo serían estos «talleres», quiénes impartirían y qué herramientas desarrollarían para asegurar la no repetición de estas conductas.
Sin obviar, la respuesta no satisfizo al equipo de Emma y en el espacio laboral, la rigidez estaba latente, además, se había comenzado a inferir que existía una contraposición al mismo medio, pues les preocupaba que «continuaran los ataques de Emma hacia Reporte Índigo», pues demás, no podían «convencer a otras personas de pensar como ellas».
¿El feminismo es difícil de vender?
Cuando se les presentó el proyecto al equipo de ventas uno de ellos dijo: «Pues es que, no sé, como que su contenido es como de odio, ¿no?» apuntando a que su trabajo no sería sencillo de vender. Aún, cuando jamás vimos un interés genuino de conocer realmente nuestros productos, comparte Shelma.
Pero, ¿qué tanta verdad hay en que el periodismo feminista tira hacia el discurso de odio y se vuelve una tarea imposible mercantilizar con él?
Emma contaba con una sólida base de seguidoras, alcanzando más de 700 mil vistas en Instagram, así como una construcción de alianzas; sin embargo, el argumento que se les dio para justificar su despido fue que el medio no representaba una entrada de dinero y que no era sostenible. Les explicaron que ya no iban a publicar nada, que dejarían las redes de Emma y que todo quedaría «en pausa».
Sin embargo, los cuestionamientos resurgirían cuando el equipo de Emma encontró que reactivaron las redes sociales; desaparecieron a Emma, pero todo el contenido, el trabajo, los videos y reportajes continúan produciendo visitas e interacciones: ¿Por qué no borran todo y ya?, cuestiona la extrabajadora.
Velozmente y antes de su despido el 9 de abril, a Shelma se le pidieron las claves de acceso, algo que, en su momento, no cuestionó pues como coordinadora de proyecto, era común mantener conversaciones estratégicas con otros departamentos y a veces, se realizaba intercambio de información interna. Sin consulta, cambiaron el URL del sitio de emma indigo.com a emma news.mx.
«¿Esto como afecta?: Eso hace que el SEO, que ya se había ganado en Google porque ya teníamos ese reconocimiento de Google, ese trabajo ya lo habíamos hecho aún en poco tiempo, eso ya se había logrado. ¿Qué pasa cuando cambian el sitio? Pues obviamente es otra URL, entonces Google ya no te reconoce Ni siquiera sabemos qué métricas son las que estén mostrando internamente para justificarse, pero si hoy en día la URL es emma.mx, pues evidentemente no tendrá vistas» -Shelma
A casi un mes de su despido y luego del cambio de URL, el sitio de Emma se mantuvo activo, esta vez, produciendo notas a favor del gobierno en turno. A principios de mayo, quedó registro de un grupo de notas sobre las inversiones que estaba haciendo Delfina Gómez en el estado de México; propuestas de Clara Brugada e incluso, boletines de la Secretaría de las Mujeres, todo este contenido, firmado como «La redacción Emma». Este hecho quedó documentado y luego de que las extrabajadoras expusieran su historia, así como estas irregularidades, el contenido fue eliminado de forma expedita del sitio de Emma.
9 de abril: «Emma se acabó»
Ese miércoles 9 de abril, día de junta editorial, Shelma fue llamada a la oficina de su jefa, quien soltó un primer gancho: «Bueno, yo no voy a poder bajar a decirles, seguro ya están esperándote ahí en la junta, estoy muy afectada, pero por favor, agradéceles de mi parte porque estoy muy contenta con todo lo que han logrado». Shelma comprendía a qué se refería, pero el golpe dio fuerte y no había tiempo para procesarlo.
Salió de la oficina y bajó corriendo las escaleras para reunir a todo el equipo de Emma; sabía bien que no tardaría en llegar la abogada de recursos humanos a dar la noticia de su despido y resultaba inconcebible que sus compañeras se enteraran de una forma tan impersonal.
«Acá siempre te corren el mismo día, no te avisan antes, ni nada (…) Además, no te dejan que como jefe o jefa de área seas tú quien le diga a sus colaboradores, por eso, yo bajé rápido y cuento esto con detalle porque en realidad cuando yo le pedí a la jefa decirles [a las trabajadoras de Emma] me dijo que sí, pero que estuviera presente recursos humanos» -Shelma
Pero Shelma no quería la mirada acusadora de recursos humanos; quería un momento de paz e intimidad con las mujeres que pusieron el cuerpo en el proyecto y que ahora, habían sido despedidas sin aviso. Shelma apretó el paso, reunió al equipo y rápidamente, llamó a las otras extrabajadoras que estaban fuera de la oficina.
Así, se esbozó la escena: Shelma tenía 4 teléfonos sobre la mesa y a las otras compañeras listas para informarles que Emma se había terminado, «se terminó el proyecto».
«Todas estaban en shock, obviamente, o sea, a mí me agarró en shock, yo bajé súper desconcertada, nerviosa, temblorosa porque tenía que darles esta noticia, imagínate dar esa noticia y decir, «Ema se acabó, se terminó el proyecto. Se los comunico lo más rápido posible y justo les dije: Ya van a venir las de RH, pero yo quería decírselos yo primero, (…) se los dije de forma abrupta, pero sólo tenía 5 minutos para decírselo», confiesa Shelma.
¿Cuáles eran los sentires en ese momento?: «Fue tan duro, fue tan doloroso, que yo no me pude aguantar, se los comuniqué llorando de la impotencia, estaba en shock porque pensaba «pues ¿por qué?, se sentía como un fracaso, porque yo estaba coordinando el proyecto y te cuestionas, digo, obviamente como toda humana pues tengo mis áreas de oportunidad y no somos perfectas, pero dentro de lo que se pedía, pues sabíamos que cumplíamos».
Irremediablemente, todas firmaron su carta de despido y se fueron liquidadas con 3 meses de salario, un hecho que el mismo medio pretendió señalar como una «buena práctica«; un privilegio, a sabiendas, de que se trata de un derecho laboral cuando, en añadidura, las trabajadoras de Emma recibían un salario por honorarios.
En un video difundido en redes sociales, las extrabajadoras del medio refirieron que la abogada mantuvo un perfil agresivo a la hora de firmar este documento e incluso, les advirtió que no creyeran que su despido se debía a las críticas realizadas al noticiero Reporte índigo 2.1 pues todo eso «estaba en sus cabezas»; así, se queda al aire la postura del medio y a la publicación del artículo, no han realizado ningún pronunciamiento que apuntale a las condiciones de sus trabajadoras y trabajadores.
Así como queda al aire la postura de Reporte Índigo, la incertidumbre también comienza a pesar sobre las «ex-emmas» y ahora, después de procesar lo vivido durante el mes pasado, las deudas y la sostenibilidad de la vida apremian; se debe pagar techo, luz, agua, transporte, comida y vestido. El futuro inmediato que se avizora es salir, de nuevo, a pelear al mercado -precarizado- del periodismo.
«Tú crees que estás haciendo las cosas bien, que tienes un trabajo seguro, que yo sé que nada en la vida lo es, pero al menos, tú estás trabajando por propiciar esa seguridad y cuando pasa esto, pues es un golpe inesperado» -Shelma
A pesar de que las mujeres periodistas cada vez ocupan más espacios en los medios de comunicación, lo cierto es que la brecha salarial es un pendiente por resolver en las agendas laborales porque hoy, tienen una percepción salarial 4 veces menos que los periodistas hombres, en los diferentes puestos que ocupan, esto fue revelado por un estudio de la organización Worlds of Journalism Study (WJS).
En el Auditorio Fernando Bustos de la Universidad Iberoamericana, un grupo de investigadores presentó en 2024 los resultados de la organización Worlds of Journalism Ciudad de México, una consulta, a través de encuestas, hecha a periodistas de la capital del país, donde se apunta que, en Ciudad de México, la precarización laboral se recrudece en las mujeres comunicadoras, ello, a pesar de que ocupen la mitad del mercado laboral y gocen de los niveles más altos de educación y preparación en el terreno periodístico; la lucha por sobrevivir a la precarización, a las prácticas violentas y a las irregularidades en los medios de comunicación, representa una de las cooptaciones a la libertad de expresión más serias.
Sofoca a las mujeres periodistas y aprieta a los medios de comunicación que luchan por construir el cambio en las agendas; un bien necesario que, en años recientes, se ha convertido en una piedra para los medios de comunicación masivos y sus prácticas que, más que abrir la puerta a la reflexión, se convierten en amplificadores de la violencia.