Ciudad de México- Al cierre del primer día de mesas de trabajo de la XVI Conferencia Regional, se relanzó el Observatorio de Igualdad de Género, en el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco, herramienta creada hace 18 años por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En entrevista para Cimacnoticias, la Presidenta Ejecutiva del Instituto Nacional de la Mujeres de Costa Rica, Yerlin Zuiñiga, encargada de moderar el evento, agradeció este Observatorio en un momento en que la región avanza hacia una sociedad de cuidados y reconoció que pese a esta nueva actualización, existen retos que dan pauta al perfeccionamiento de esta herramienta, para proporcionar cada vez datos más reales y más cercanos.
Desde su experiencia, afirmó ue el reto más grande es contar con mayor infraestructura para llevar los centros de cuidado a la ruralidad, aunado a la informalidad de empleo que enfrentan las mujeres en Costa Rica, el cual es uno de los indicadores mencionados en el relanzamiento, donde se recordó que es un hecho que las mujeres trabajan y por mucho más tiempo, pero de forma no remunerada y si lo es, con grandes desventajas “Por un tema de sobrevivencia, se pierde de vista el autocuidado y el cuidado de las personas dependientes”.
Recordemos que fue durante este formo donde se presentó la actualización del Observatorio de Igualdad de Género, que incluye nuevos indicadores, tecnología avanzada y un diseño renovado, con mapas georeferenciados que reflejan con mayor precisión las realidades de las mujeres en toda la región.
Es importante mencionar que la actualización del Observatorio responde a un escenario regional complejo, donde se agudizan las desigualdades por género, clase, raza y territorio, mientras avanzan discursos conservadores que buscan deslegitimar el feminismo, negando la existencia misma de estas brechas y provocando retrocesos de años de lucha.
A ello se suma el impacto de múltiples crisis —económica, climática, migratoria y de cuidados— que afectan de forma desproporcionada a las mujeres, especialmente a las más empobrecidas.
Al presentar esta nueva etapa, la directora de asuntos de género de la CEPAL, Ana Güezmes, señaló que el Observatorio es una “herramienta tributaria” para enfrentar los cuatro nudos estructurales de la desigualdad de género.
El primero es la desigualdad socioeconómica y la persistencia de la pobreza en un modelo de crecimiento excluyente, ya que en la región hay 121 mujeres en situación de pobreza por cada 100 hombres. El segundo es la permanencia de patrones culturales patriarcales, discriminatorios y violentos, y el predominio de una cultura del privilegio: solo en 2023, al menos 11 mujeres por día fueron asesinadas por razones de género en América Latina y el Caribe.
El tercero es la rígida división sexual del trabajo y la injusta organización social del cuidado, donde las mujeres asumen más de dos tercios del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Finalmente, el cuarto nudo es la concentración del poder y las relaciones jerárquicas en el ámbito público, reflejado en que las mujeres solo ocupan el 36 por ciento de los escaños en los parlamentos nacionales.
Durante el foro se presentó un video ilustrativo, donde explicaron las nuevas actualizaciones del Observatorio y cómo navegar por sus distintas secciones: indicadores, normativa, políticas de igualdad, región/países, así como publicaciones elaboradas por la CEPAL y organismos socios como ONU Mujeres, UNICEF, OIT y la Cooperación Española.
Cada sección integra estadísticas acompañadas de marcos conceptuales fundamentales, disponibles en inglés y español. Una de las incorporaciones clave es la pestaña de perfil estadístico por país, que permite observar de forma clara la evolución de cada nación en materia de igualdad de género.
Los contenidos incluyen información primordial como el de la autonomía, pues dichos organismos consideran que avanzar hacia una sociedad del cuidado como derecho requiere, necesariamente, garantizar la autonomía plena de las mujeres. Por eso, este enfoque no puede estar desligado del Observatorio.
Además, se incorporaron nuevos filtros interactivos que permiten desagregar la información por país, tema, fecha y tipo de autonomía, facilitando el acceso a los datos de forma precisa. Esta actualización consolida al Observatorio como una herramienta más accesible, eficiente, ágil y segura para el seguimiento de políticas de igualdad en la región.
Una mejora destacada es la integración de indicadores alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030, lo que permite cruzar información entre compromisos globales y avances regionales. Esto refuerza el papel del Observatorio como una plataforma técnica y política al servicio de los derechos de las mujeres. Asimismo, se han sumado indicadores nuevos que reflejan los desafíos actuales, como la sobrecarga de cuidados, la pobreza de tiempo y la desigualdad en el acceso a oportunidades para jóvenes y niñas.
Un ejemplo revelador de estos nuevos datos es el siguiente: el 23 por ciento de las mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años no estudian ni trabajan, más del doble que en el caso de los hombres del mismo grupo etario. La principal razón no es desinterés, sino la falta de oportunidades, al invertir su tiempo en el trabajo de cuidado. Este tipo de información evidencia cómo las brechas de género se perpetúan desde edades tempranas y refuerza la urgencia de políticas públicas centradas en el reconocimiento, redistribución y reducción del trabajo de cuidados.
No se trata de percepciones o intuiciones: la desigualdad se mide, se vive y se enfrenta con evidencia, así es como son necesarias las alianzas y es lo que representa este observatorio que permiten el diálogo técnico y político, pues sólo la ciencia que no olvide a la mitad de la población puede ofrecer un futuro justo y digno para todas las niñas, adolescentes y niñas “Lo que no se mide no existe y lo que no existe no se transforma” expresó Cristina Hérnandez Martín Directora del Instituto de las Mujeres del Ministerio de Igualdad de España.
Su creación
Y es que este observatorio no nació por casualidad. Fue creado en 2007, pero en 2017, durante la X Conferencia Regional celebrada en Ecuador, se dio un paso fundamental: se solicitó a los Estados miembros colaborar activamente para hacer posible el seguimiento puntual de los acuerdos alcanzados en cada conferencia.
Esta articulación no sólo sostiene el trabajo técnico de los organismos que producen estadísticas con enfoque de género, sino que permite algo clave: medir en el tiempo. Gracias a esta estructura comparativa, es posible dimensionar si como sociedad, avanzamos o retrocedemos en nuestros compromisos, y cuánto nos estamos acercando —o alejando— de una verdadera igualdad.
Como bien lo señaló Ana Güezmes, directora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, el reto es “romper el silencio estadístico y documentar las brechas de desigualdad”; sólo así será posible exigir políticas que respondan con eficacia y justicia a las realidades de las mujeres en la región.
Finalmente durante el cierre del evento, la coordinadora de la iniciativa ISOQuito -otra herramienta de medición que demanda datos- de la articulación feminista Macrosur, Lucy Garrido, recordó que pese a la existencia de datos de la sociedad civil, quienes desde su espacio han trabajado “datos muy buenos” el observatorio funge como la fuente oficial y formal para que no pueden desacreditarnos a las mujeres.
Estos datos deben ser utilizados como herramientas políticas. “Cuando estén acá, no mientan, no se equivoquen, digan la verdad”, sentenció Lucy Garrido frente a una sala casi vacía, en alusión directa a las parlamentarias ausentes. Recordó que ellas representan a la colectividad de mujeres que las esperan en cada país, porque su realidad y su futuro están en sus manos. Una advertencia poderosa en un evento que, irónicamente, careció de espectadoras.