Ciudad de México.- El condón femenino fue elaborado para favorecer la autonomía de las mujeres en la toma de decisiones sobre su cuerpo y el ejercicio de su sexualidad; sin embargo, datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023 señalan que se trata de uno de los preservativos menos empleados por las 18.6 millones de mexicanas en edad fértil sexualmente activas (MEFSA).
Este método de barrera es poco usado por las mujeres además de la píldora de anticoncepción de emergencia, jaleas o espumas anticonceptivas, que en conjunto conforman el 0.3% y esto tendría que ver con la dificultad para encontrarlo en las farmacias o el elevado costo que tiene el cual puede alcanzar hasta los 298 pesos por 3 condones femeninos.
«Yo lo usé una vez, nunca pude comprarlo, me lo regalaron en una conferencia. No me gustó la experiencia, fue incómoda, se me salía del canal vaginal todo el tiempo. Me dio miedo que no sirviera y me generara un embarazo no deseado, finalmente recurrimos al condón masculino». Testimonio anónimo
De acuerdo con la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pese a que el condón femenino puede ser una alternativa para proteger la salud sexual, existen varias limitaciones que predominan en la decisión de las mujeres para usarlo, el principal es que muchas mujeres desconocen de su existencia o de cómo colocarlo.
Por otro lado, el condón masculino suele preferirse más ante la accesibilidad de los costos, la facilidad para encontrarlos en farmacias o tiendas de autoservicios y la aceptación social que incita a las parejas varones a negarse a usar un condón femenino.
En el mismo tenor, el instituto apunta que son las normas de género los que imponen desafíos en la negociación sobre su uso. Por ejemplo, si una mujer lleva un condón interno preparado, se le asocia con la idea de tener intenciones premeditadas, mientras que a los hombres no se les cuestiona por traer consigo preservativos.
«Esta desigualdad limita la autonomía femenina y subraya la necesidad de romper con estos prejuicios para garantizar relaciones sexuales más seguras» -Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Según establece el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el condón femenino es un método eficaz en la prevención de embarazos e infecciones de transmisión sexual que proporciona una gama de opciones para las mujeres como oportunidades sobre su salud sexual y reproductiva.
UNFPA señala que el condón femenino es una funda de 170 milímetros de longitud que actúa como una barrera entre el pene y la vagina. Se caracteriza por tener un anillo flexible en cada extremo: el primero es el más cerrado que facilita su inserción y lo mantiene adherido al cuello uterino, mientras que el segundo anillo es abierto y ancho porque está hecho para permanecer afuera de la vagina cubriendo los genitales externos (labios mayores, labios menores, clítoris y abertura vaginal) y el orificio uretral.
Las principales diferencias entre el condón femenino y masculino es que los primeros están elaborados por nitrilo sintético o poliuretano en vez de látex y le permite soportar mejores condiciones de luz, temperatura y humedad; están lubricados y son compatibles con lubricantes hechos a base de aceite o agua; se insertan en la vagina incluso 8 horas antes de la relación sexual; y protegen los genitales externos e internos de la mujer como el pene del hombre.
Por otro lado, el condón masculino está fabricado a base de látex, puede estar o no lubricado; no soporta lubricantes a base de agua; solo puede colocarse cuando el pené está erecto; se deteriora rápidamente si no se almacena en condiciones adecuadas de luz, temperatura y humedad; y solo cubre el pene y genitales internos femeninos.
Siguiendo las recomendaciones de la Facultad de Medicina de la UNAM, entre las principales ventajas de su uso se encuentran: autonomía y control de quien lo usa para decidir cuándo y cómo protegerse, no interrumpe la práctica sexual, protección frente a infecciones de transmisión sexual (ITS) ofreciendo una barrera adicional, mayor comodidad al adaptase al tracto vaginal y menor riesgo de ruptura o desplazamiento, funciona para personas alérgicas al látex, puede ser usado con juguetes sexuales que faciliten la excitación, y estimula tanto el pene como la vulva y el clítoris.
Además, se puede colocar hasta 8 horas antes de la relación sexual, si así lo deseas, o en cualquier momento antes de la relación sexual, no se requiere acudir a consulta ni tener receta para obtenerlo, se puede utilizar durante la menstruación o durante el embarazo, para prevenir infecciones de transmisión sexual.

Prevención
Datos de la ENADID 2023 señalan que, en ese año, 979 mil mujeres de 15 a 49 años tuvieron un aborto como resultado de su último embarazo. El 77.4% declaró que fue espontáneo, 20.6% inducido y el 1.9% no aclaró la forma en que ocurrió. Por otro lado, según las estimaciones de las simulaciones de modelos, la mayor utilización del preservativo registrada a partir de 1990 ha evitado aproximadamente 117 millones de nuevas infecciones por el VIH.
Históricamente, la salud de las mujeres se ve influenciada por la desigualdad ya que ellas experimentan brechas sociales y económicas que refuerzan su posición de desventaja social por factores como el género, etnia y edad. De esta manera, en las sociedades patriarcales existen barreras en el bienestar físico, mental y social relacionados con el sistema reproductivo.
Según se estableció en la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (CIPD) en 1994, la salud reproductiva no solo implica la ausencia de enfermedades, sino que se trata de un estado de bienestar físico, mental y social de las personas relacionado con el sistema reproductivo, así como sus funciones y procesos. Parte de ello es la capacidad de disfrutar libremente una vida sexual satisfactoria sin relacionarla con la procreación no deseada.
Debido a las desigualdades sociales, generadas de la estructura patriarcal, las mujeres incrementan su situación de vulnerabilidad frente a la salud sexual y reproductiva. Por ejemplo, la pobreza, falta de acceso a recursos físicos y simbólicos (educación o ingresos) o los medios de producción, restringen la su capacidad de autocuidarse y protegerse frente a escenarios que amenazan su salud.
De acuerdo con ENADID 2023, el 98.7% de las mujeres de 15 a 49 años conocía al menos un método anticonceptivo, de ellas el 96.6% sabía el uso correcto de al menos uno de ellos. Respecto a los grupos de edad, se observó que aquellas entre 30 a 34 años tenían mayores conocimientos que las mujeres entre 15 a 19 años.
Entre los métodos más utilizado por mujeres se encontraron la operación femenina con 44.3%, seguido de mecanismos no hormonales o de barrera (condón masculino, condón femenino, dispositivo intrauterino (DIU), espermicidas y diafragma) con 29.4% y métodos hormonales (implante, pastilla, parche, anticonceptivos inyectables, dispositivo intrauterino con hormonas y anillo vaginal) con 18.7%.

Paso a paso para colocar un condón femenino
