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Yo aborté. Fue la mejor decisión

Por La Redacción

Ciudad de México.- En el Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible, las mujeres se reúnen en las calles para exigir por el derecho a decidir sobre sus cuerpos y forlacerles los derechos sexuales y reproductivos ya ganados haciendo efectiva la progresividad de los mismo y ante el avance de ideas de ultraderecha en los últimos años, es necesario expandir el diálogo social en torno al aborto y seguir derribando mitos.

Es importante decir que de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU) los derechos sexuales y reproductivos se deben ejercer desde la sexualidad de manera independiente a la reproducción; piden estar libres de discriminación, presión o violencia en la vida sexual y en las decisiones sexuales; así como contar con acceso a educación sexual (y afectiva) desde temprana edad dirigida al desarrollo de la persona y el ejercicio responsable de la sexualidad en forma plena, libre e informada.

Desde Cimacnoticias entrevistamos a tres mujeres: Clara de 20 años, Claudia de 54 y Mariana de 28 años, quienes desde diversos entornos sociales coincidieron en una misma situación: abortaron y las tres piensan que fue la mejor decisión que pudieron llevar a cabo.

Aunque en el país en este 2025 ya hay 23 entidades que han despenalizado el aborto, lo cierto es que aún faltan 8 estados por hacerlo, pero lo más importante es que hay un dilación de dos años por parte del Congreso de México, de su obligación constitucional para eliminar el delito de aborto del Código Penal Federal.

Recordemos que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en el 2023 concluyó que el apartado del Código Penal Federal que criminaliza el aborto ya no tendrá efectos y, por lo tanto, a ninguna mujer, ni personal de salud, se le podrá castigar por abortar, por tanto IMSS, ISSSTE, PEMEX y cualquier institución de salud deberán brindar el servicio de aborto a todas las mujeres que lo soliciten. 

Además, en ese mismo fallo, la Suprema Corte ordenó que se elimine el delito de aborto en el Código Penal Federal y esta sentencia se vuelve obligatoria para todas y todas las y los jueces locales y federales, quienes tendrán que implementar lo dictado en esta sentencia.

Clara, 20 años

Clara quedó embarazada de su pareja después de tener relaciones sexuales sin preservativo y fallara la pastilla del día siguiente. En ese momento se encontraba en el séptimo semestre de su carrera universitaria, casi terminando sus estudios, por lo que tomó la decisión de interrumpir su embarazo no deseado.

Según describió a Cimacnoticias, la forma en la que se enteró no fue grata, fue durante una revisión con el ginecólogo. Mientras le realizaron un ultrasonido para ver su estado de salud el médico le cuestionó:»¿sabes que estás embarazada, ¿no?” y le impuso que escuchara el sonido de los latidos.

Clara comenzó a preguntarles a sus amigas y reunir información sobre el aborto seguro, ya que una de ellas, alguna vez llegó a ingerir varias pastillas de misoprostol llevándose una mala experiencia, por tanto decidió asistir a una clínica especializada que le recomendaron, estaba ubicada cerca de la estación del metro Niños Héroes. Fue en compañía de su pareja y una de sus amigas.

A partir de ese momento, Clara se dio cuenta que en realidad el aborto en mujeres era común entre las mujeres que la rodeaban, esto le ayudó a quitarse el estigma para hablar del tema con su red de apoyo: sus amigas.

“Creo que sí es muy importante tener quién te sostenga en ese tipo de cosas, porque como que tú estás en todo menos cuidándote”, mencionó.

Cuando llegó el momento de interrumpir su embarazo, el personal médico que la atendió, «fue amable» con ella y en todo momento la asesoraron. Según describió, el procedimiento fue rápido, pues le realizaron una prueba de sangre y, posteriormente, entró al quirófano donde le colocaron anestesia. Cuando despertó, permaneció una hora en recuperación y después se fue a su casa.

Aunque físicamente se sentía bien, a nivel emocional se sintió “rara” y con “culpa”, pero no por haberse realizado el aborto, sino por no haber usado métodos anticonceptivos. En todo momento, Clara fue consciente que para ese entonces no quería ser madre y si hubiera continuado con el embarazo, no hubiera podido ofrecerle estabilidad a su hija o hijo como tampoco hubiera terminado sus estudios universitarios.

“Y dije, «Pues creo que fue la decisión más sabia y consciente y hasta desde un punto de vista de amor por mí y por pues por todas las personas que me rodeaban.» Pensé que esa era la mejor decisión y lo sigo pensando y creo que lo volvería a hacer igual (…) sentí mucho alivio de poder decidir y de poder también hacerlo de una forma segura” -Clara.

Claudia, 54 años

Esta mujer se sometió a tres abortos en su vida y dice no arrepentirse de ninguno de ellos. Afirmó que nunca pudo hablar de eso hasta esta entrevista con Cimacnoticias. Señaló que siempre hubo un estigma y un peso social, pero en primera persona para ella nunca fue un proceso traumático, al contrario, «fue liberador».

Claudia afirma que simplemente decidió y además consideró que nunca se sintió mal por eso. Señala que su dolor emocional fue por su cuerpo, el cual «pagó lo platos rotos» al tener que someterse a procedimientos ginecológicos invasivos.

Esta mujer piensa que las mujeres deberíamos de hablar de nuestros abortos, es más común de lo que la sociedad piensa. Nos callamos por el estigma. Durante décadas he escuchado a mis amigas y familiares hablar de sus abortos, pero en secreto.

Incluso, Claudia afirma que en su entorno familiar hay permiso social para hablar de abortos, únicamente si están casadas pero a las que nunca lo hicieron «se lo callan y se les estigmatiza».

«Esto fue un secreto toda mi vida hasta el día de hoy».

Claudia recordó en la entrevista que la primera vez que abortó fue en la Ciudad de México, lo hizo cuando aún no estaba despenalizado el aborto y eso le generó mucho miedo porque todo fue en un entorno clandestino. Su entonces pareja pagó los servicios de un ginecólogo privado y esto le ayudó a vivirlo en las mejores condiciones posibles. Vivió el método de succión y fue muy rápido, destacó.

Rememoró que era una adolescente de 16 años y que no la habían educado sobre métodos anticonceptivos. Nunca tuvo educación sobre este tema ni en la escuela, ni en la familia. Además recuerda que no sabía decir no. Ella simplemente quería terminar con esa relación lo antes posible, el hombre le llevaba 10 años de edad y cada vez era más violento emocionalmente con ella.

Claudia debió enfrentar de nueva cuenta otro aborto años después de aquel primero. Este segundo fue durante su estancia en la universidad. Para entonces utilizaba con su pareja el método anticonceptivo condón masculino y aunque recuerda que siempre lo usaron correctamente y sin falta, le dieron el diagnóstico de su segundo embarazo lo que la tomó por sorpresa porque sí se había cuidado. Afirma haber tenido el cuidado necesario porque no se quería casar, así que tuvo que volver a decidir.

Acudió junto con su entonces pareja a una clínica privada y le practicaron un legrado. La durmieron y simplemente cuando despertó todo había terminado. Al poco tiempo decidió concluir esa relación amorosa.

Para el final de su vida fértil, Claudia decidió volver a abortar. Vivía con un hombre, ya tenían una relación estable aunque nunca se casó con él. Afirmó que su entonces pareja no le daba importancia al uso de un método anticonceptivo eficaz, él le decía que recurría al coito interrumpido y que lo controlaba, pero ella nunca confió en eso, así que decidió inyectarse anticonceptivos hormonales pero de nueva cuenta falló el método. Tuvo otro embarazo no deseado. Decidió por tercera vez abortar porque nunca deseó tener hijos.

Afirmó no arrepentirse de ninguna decisión.

Mariana, 28 años

En 2019, Mariana tenía 22 años y cursaba su último año de la carrera de Derecho cuando se embarazó. Explica que el embarazo fue producto de un abuso sexual, ya que su pareja decidió quitarse el preservativo, sin su consentimiento.

Aunque tomó la pastilla de emergencia, esta no funcionó. A las pocas semanas notó cambios en su cuerpo y una prueba confirmó el embarazo. En ese momento, su pareja insistía en que no interrumpiera la gestación, pero la relación ya estaba marcada por celos, carecían de estabilidad económica y ella no se sentía en condiciones de continuar bajo esas circunstancias.

Sin contar con el apoyo de su pareja, fue su madre y su hermana quienes la acompañaron en el proceso. Mariana recuerda que en la clínica recibió un trato digno y un servicio adecuado, lo cual hizo que la situación resultara menos complicada.

Hoy, siete años después, afirma que haber tomado la decisión de interrumpir el embarazo fue un acto de conciencia. Mariana reconoció que de no haberlo hecho, alcanzar logros como su carrera universitaria, titularse, tener un empleo estable y adquirir junto a su hermana dos propiedades le habría costado el triple de esfuerzo o incluso no hubiera podido lograrlo.

En retrospectiva, reconoció que, aunque fue un proceso difícil, interrumpir el embarazo fue la opción más adecuada. Está convencida de que haber elegido otro camino quizá la habría llevado a un estancamiento personal y profesional.


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