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Relatora pide ante Naciones Unidas abandonar ideología de género y recuperar agenda de mujeres

Por Wendy Rayón Garay

Ciudad de México.- Durante la celebración del 30° aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer que se celebró el pasado 22 de septiembre en el marco de los 80 años año de la Asamblea General de las Naciones Unidas; Reem Alsalem, Relatora Especial de la ONU sobre la violencia contra mujeres y niñas, puso en el centro la necesidad de abandonar la ideología de género y recuperar la realidad material de ser mujer.

La Asamblea General celebró una reunión de alto nivel para conmemorar los 30 años de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y recordaron que a partir de este hito se adoptó por unanimidad la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (BDPA por sus siglas en inglés) por más de 189 países, lo que representó un punto de inflexión al introducir de manera formal el enfoque de género en las políticas públicas reconociendo que todas las estructuras sociales e internacionales debían replantarse para garantizar la igualdad real entre mujeres y hombres.

Hace tres décadas, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing ofreció un plan para identificar y enfrentar las causas de la violencia contra las mujeres. En su aniversario, la funcionaria de las Naciones Unidas especificó que los Estados deben renovar ese compromiso retomando la intención original del documento y aplicándola sin reinterpretaciones o medidas superficiales.

Cabe recordar que, desde el movimiento feminista abolicionista se ha impulsado una lucha contra el borrado de las mujeres, el cual invisibiliza a quienes viven mayores condiciones de vulnerabilidad para anteponer el transactivismo. Ante el combate por sus derechos, han enfrentado represión por parte del Estado y cuerpos policiales que han sido desde la destitución de sus empleos, amenazar su vida, persecuciones, castigos, hostigamiento y censura.

Remm Alsalem, apuntó que en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, se hace referencia al término «sexo» 176 veces, lo que recuerda que la igualdad entre mujeres y hombres se basa en reconocer la diferencia biológica entre ambos como parte de la protección contra la discriminación hacia las mujeres. Por ello, a treinta años de Beijing, advirtió que las mujeres que construyeron esa agenda se sorprenderían al saber que hoy, defender la categoría de «mujer» es considerado como ofensivo, anticuado o retrógrado.

En relación con esto, advirtió que el lenguaje incluyente y las categorías neutras fueron sustituyendo términos que reconocen directamente a las mujeres. Señaló que en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing se mencionan varias veces las palabras «dignidad» y «humanidad», como un recordatorio de que las mujeres no son un grupo menor o accesorio, sino más de la mitad de la humanidad. No obstante, hoy en día, estas expresiones están desapareciendo del discurso político, lo que implica un retroceso en el reconocimiento explícito de los derechos fundamentales de las mujeres.

Explicó que si se elimina el lenguaje que nombra a las mujeres, se corre el riesgo de borrar su existencia en las leyes y políticas públicas. A su juicio, esta tendencia debilita la base misma de la igualdad, porque sin el reconocimiento claro de la dignidad y la humanidad de las mujeres, se dificulta la defensa de sus derechos y se abre la puerta a que sean desplazadas en espacios que históricamente conquistaron.

Por otro lado, Reem Alsalem trajo a colación la mercantilización y cosificación de las mujeres y las niñas. Denunció que sus cuerpos, su sexualidad e incluso sus funciones reproductivas han sido reducidas a mercancías que se compran y venden, lo que reproduce el control y el privilegio patriarcal en todos los espacios, tanto en internet como en la vida cotidiana.

Recordó que la BDPA ya había expresado una fuerte preocupación por estas prácticas, especialmente por la prostitución y la trata con fines de explotación sexual llamada erróneamente «trabajo sexual». En ese sentido, subrayó que los Estados tienen la obligación de perseguir y sancionar a quienes se benefician de esta explotación, y que hoy resulta urgente atender ese llamado para frenar la industria que se enriquece a costa de la vida y la dignidad de las mujeres.

Conflictos bélicos y mujeres

Reem Alsalem también se pronunció respectó al conflicto bélico entre Israel y Palestina, así como las mujeres que resisten en Afganistán. Mencionó que la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, reconoce que la agresión, el colonialismo y la ocupación extranjera general son graves violaciones a los derechos humanos, como la limpieza étnica y el genocidio. Estas dinámicas tienen un impacto particularmente cruel sobre las mujeres y niñas quienes quedas expuestas a múltiples formas de violencia.

En Gaza, mujeres y niñas son atacadas de manera intencionada y sistemática, en consecuencia, la funcionaria de las Naciones Unidas determinó que la pasividad de los gobiernos frente a la guerra revela una contradicción; mientras se declaran defensores de los derechos de las mujeres, permiten su aniquilación en la práctica.

Asimismo, describió que la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, estableció la importancia de la rendición de cuentas como base para garantizar la justicia, pero en lugar de avanzar en este sentido, se observa un retroceso: el acceso a la justicia se limita y los derechos conquistados se ven constantemente amenazados. Los perpetradores de violaciones, trata de personas, crímenes de guerra y genocidio permanecen impunes y algunos gobiernos no solo encubren estas violencias, sino que presumen de su apoyo a quienes las cometen, perpetuando así la falta de justicia.

Por último, Reem Alsalem hizo hincapié en que la BDPA señala que el gasto militar excesivo incrementa la violencia contra las mujeres, por lo que, los recursos destinados a la militarización se desvían de objetivos urgentes como la paz, el empoderamiento femenino, la eliminación de la violencia y la justicia social. Hoy, lejos de disminuir, la carrera armamentista se intensifica a nivel mundial. Las principales afectadas siguen siendo las mujeres y las niñas, que cargan con las consecuencias de los conflictos armados y del abandono de políticas que deberían garantizar su bienestar y seguridad.

«Hace treinta años, los Estados creían que esta agenda era alcanzable. Si fue posible entonces, lo es ahora; no como un acto de caridad, sino como una necesidad y un derecho innegable para la mitad de la humanidad. Esa «mitad» está observando. Esa «mitad» les exigirá cuentas.» -Reem Alsalem, Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres y niñas

A 30 años de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, los retos que persisten – cimacnoticias.com.mx


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