Ciudad de México.- El 2025 se termina, pero los casos de feminicidios no se frenan con el fin del año, sino que siguen activos y creciendo en niveles alarmantes. Los últimos datos de ONU Mujeres señalan que 83 mil mujeres y niñas fueron víctimas de feminicidio en todo el mundo y 60% de ellas murieron a manos de sus parejas o familiares, esto equivale a una mujer asesinada cada 10 minutos o un promedio de 127 víctimas diarias.
El mayor número de víctimas de feminicidio a manos de la pareja o de un familiar se registró en África con una estimación de 22 mil 600 casos, a este le siguió Asia, con alrededor de 17 mil 400 víctimas, mientras que en América se contabilizaron 7 mil 700 casos, en Europa poco más de 2 mil 100, y en Oceanía cerca de 300.
Sin embargo, hay que precisar que los casos feminicidio en cifras absolutas refleja diferencias poblacionales, por lo que es clave analizar las tasas de asesinatos cometidos por parejas o familiares. En 2024, a nivel mundial, se estimó que 1.2 mujeres por cada 100 mil mujeres fueron asesinadas por su pareja o un familiar; África registró la tasa más alta con 3 por cada 100 mil, seguida de América con 1.5, Oceanía con 1.4, mientras que Asia y Europa reportaron 0.7 y 0.5.
Pese a esta alarmante problemática, la tasa de feminicidios cometidos por parejas o familiares en las Américas se mantuvo prácticamente al mismo nivel en 2024 y 2010, mientras que en Europa la tasa disminuyó de forma lenta pero constante, impulsada por las tendencias a la baja en los países del norte, este y sur de la región.
Un análisis detallado de la relación entre víctimas y perpetradores indica que, tanto en Europa como en América, la mayoría de los asesinatos cometidos por parejas o familiares corresponden a las parejas íntimas. En Europa, representan el 64% de estos crímenes, mientras que en América la cifra alcanza el 69%.
Si bien, existen estimaciones combinadas sobre casos de feminicidios cometidos por parejas íntimas u otros familiares para todas las regiones, la falta de datos impide determinar con precisión la proporción de mujeres y niñas asesinadas en el ámbito doméstico por parejas íntimas frente a otros miembros de la familia en África, Asia y Oceanía.
“El hogar sigue siendo un lugar peligroso y a veces letal para demasiadas mujeres y niñas en todo el mundo. El informe sobre el femicidio de 2025 ofrece un recordatorio contundente de la necesidad de mejores estrategias de prevención y respuestas más eficaces por parte de la justicia penal ante los femicidios, que tengan en cuenta las condiciones que propagan esta forma extrema de violencia”, dijo John Brandolino, Director Ejecutivo Interino de la UNODC.
Vivir alguna forma de violencia de género, un factor de riesgo
Las investigaciones demuestran que los homicidios cometidos por parejas íntimas suelen estar vinculados a factores de riesgo relacionados tanto con la persona que comete el delito como con la situación que rodea el feminicidio.
Con frecuencia, estos asesinatos no son incidentes aislados, sino la culminación de formas preexistentes de violencia de género que afectan a todas las regiones y países del mundo. Estimaciones mundiales indican que aproximadamente una de cada cuatro mujeres y niñas de entre 15 y 49 años (25,8 %) de todo el mundo sufrió violencia física o sexual por parte de su actual o anterior esposo o pareja.
Entre los factores de riesgo más comunes que podrían derivar en un caso feminicidio se encuentran el acceso a armas de fuego, el control coercitivo, la separación de la pareja y el consumo de sustancias, como el alcohol por parte del agresor, así como otros factores subyacentes, como la falta de apoyo social y la acumulación de eventos estresantes.
“Los femicidios no ocurren de manera aislada. A menudo se sitúan en un continuo de violencia que puede comenzar con comportamientos controladores, amenazas y acoso, incluso en línea”, dijo Sarah Hendriks, Directora de la División de Políticas de ONU Mujeres.
Asimismo, existen factores sociales que contribuyen a estos crímenes, ya que sus motivos se basan en normas y estereotipos que consideran a las mujeres subordinadas a los hombres, así como en la discriminación hacia mujeres y niñas, la desigualdad y las relaciones de poder inequitativas entre ambos géneros en la sociedad.
La clave es la prevención
En las últimas décadas, se han utilizado diversos enfoques para prevenir la violencia de género contra mujeres y niñas, incluido el feminicidio, que pueden agruparse en seis áreas de acción principales:
Una de las más importantes es la prevención primaria que se centra en cambiar las actitudes y los comportamientos de mujeres y hombres, así como de niños y niñas, mediante herramientas como currículos y cursos educativos, con el objetivo de enseñar habilidades relacionales y ayudar a las personas a comprender qué comportamientos son aceptables y saludables.
Por otro lado, están las respuestas jurídicas. En varios países, especialmente en América Latina, se tipificó el feminicidio como delito específico en la legislación nacional. Otros han introducido circunstancias agravantes para los homicidios que caen dentro del ámbito del feminicidio, considerando la relación entre la víctima y el agresor, así como el contexto específico del homicidio intencional.
La creación de respuestas del sistema de justicia penal que implican la creación de unidades especializadas dentro de la policía, los tribunales y las fiscalías para investigar y enjuiciar casos de violencia de género, incluido el feminicidio. Países como Canadá, Suecia y Jordania han establecido estas unidades especializadas para mejorar la investigación y el procesamiento de delitos violentos contra mujeres.
Además de implementar en la investigación y enjuiciamiento de casos de violencia doméstica, reuniendo a actores de la policía, servicios sociales, fiscalías, servicios de salud y otras entidades relevantes, para facilitar el intercambio de información y la colaboración a lo largo de toda la cadena de investigación penal.
Sumado a ello, campañas públicas, la cuales han contribuido a sensibilizar sobre la violencia de género y el feminicidio. Movimientos como “Ni Una Menos” y “Me Too” han sido fundamentales para generar conciencia pública y condenar comportamientos que perpetúan la violencia de género.
La recopilación de datos que incluye iniciativas para recabar información sobre feminicidios y publicar informes que analicen tendencias y patrones nacionales. Las organizaciones de la sociedad civil también han creado observatorios de feminicidios para monitorear tendencias nacionales utilizando datos de diversas fuentes, incluidos los medios de comunicación.




