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Mujer Sonora

El quehacer de las sonorenses en la vida política y pública es retratado en esta columna así como la situación de violencia contra las mujeres en la entidad

CIMACFoto: César Martínez López

Así, las “morras de Sonora” las nombra Viviana Quintana, joven cantautora coahuilense, quien escribió, compuso e interpreta el tema: “Canción sin miedo”.

Ella también utiliza el nombre artístico de “Vivir Quintana”, y para crear “Canción sin miedo” se inspiró en la fuerza, vitalidad y energía que han demostrado las jóvenes mexicanas para protestar y manifestarse contra las violencias de género que han ido en aumento en el país.

Tomar las calles, hacer pintas en las paredes y monumentos, romper puertas, quemar objetos a su paso, ha sido la forma que han encontrado para ser escuchadas después de los intentos múltiples por denunciar formalmente, sin que haya consecuencias para sus agresores.

El vigor de las últimas marchas, incluida la del 23 de febrero en Hermosillo, Sonora, nos habla de que cada vez más las jóvenes están tomando en sus manos la exigencia de justicia por los casos de feminicidio, pues en el país y en Sonora, las estadísticas las colocan en el grupo más vulnerable como posibles víctimas.

Las “pibes”, las “chamas”, las “morras”, son esas, las que dentro de su casa viven discriminación, pero salen a la calle y también son blanco de violencia. Esas que se suben a un transporte público y las manosean o incluso las ensucian con alguna eyaculación de un agresor, o peor aún, les rompen con tijeras el pantalón para ver sus genitales y/o glúteos.

Son las que van a la escuela y el compañero las acosa, y el maestro las hostiga sexual y/o escolarmente. Son las que nacieron ya con el paquete de leyes que se empezaron a armonizar con los tratados internacionales, y que buscaban la protección de los Derechos Humanos en general, y de las mujeres y niñas en particular.

Son las hijas de las que lucharon cuando pudieron, en un periodo en el que la sociedad veía feo al feminismo, cuando no estaba de moda como ahora. Las trató como exageradas, agitadoras, y hasta ridículas. 

Pero hoy sus hijas, y algunas nietas adolescentes ya no están dispuestas a seguir tolerando las violencias, y mucho menos ser carne de cañón de los feminicidas, ni de los delitos asociados.

Hoy conocen la legislación sobre el tema, la estudian, la dominan, exigen su cumplimiento. Pero sobre todo, se organizan con sus pares. Hoy día los colectivos feministas de jóvenes trabajan en forma horizontal, se convocan por igual en redes sociales, sólo que no para hacer una fiesta, sino para manifestarse, para caminar las calles de sus ciudades, para hermanarse con las otras, para llorar juntas y confortarse.

Las generaciones cuya juventud transcurrió en los años setentas, ochentas y noventas, ya solo somos espectadoras. Las acompañamos, las respaldamos, y nos dejamos dirigir por esa gran marea de juventud irreverente, indignada, que reclama una sola cosa: Vida libre de violencia para las mujeres.

El 23 de febrero pasado las “morras” de Sonora demostraron que tomaron las riendas del movimiento feminista. Sus diversas expresiones cupieron y caben en futuras marchas como las del 8 de marzo, a la que ya convocaron.

Y es que no es fácil habitar un mundo en el que 6 mujeres son asesinadas cada hora por hombres conocidos de ellas, según la Organización de Naciones Unidas.

En Sonora el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio ha documentado los casos de 610 mujeres y niñas asesinadas en la entidad en el periodo del 2008 a la fecha. Durante enero y febrero de 2019, se registraron 7 mujeres y niñas asesinadas, en tanto que en el mismo periodo pero del año 2020 se presentaron  22 víctimas.

A principios de año, se informó por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) que 117 mujeres y niñas fueron asesinadas en Sonora durante 2019. Fue el año más cruento y de mayor incidencia delictiva contra las mujeres y el feminicidio en particular, pues aumentó 45 por ciento en un año.

De los 117 casos de 2019, sólo 41 de ellos, se clasificaron como  feminicidio por la Fiscalía General de Justicia del Estado. Durante este sexenio estatal 324 mujeres han sido víctimas de privación de la vida en Sonora.

Algunos datos del SESNSP colocan a Sonora en los primeros lugares no sólo de feminicidio y otras muertes violentas de mujeres, sino en incidentes de violencias de género en diversos ámbitos.

Las cifras de llamadas de emergencia al 911 nos han mantenido en primer lugar en tasa de incidencia de violencia familiar por cada 100 mil mujeres durante los años 2017, 2018 y 2019.

El abuso sexual ha sido otro de los indicadores de llamadas de emergencia por incidentes de ese tipo. Se realizaron 606 llamadas en 2019, mientras que la tasa de incidencia para el mismo indicador fue de 39.7, primer lugar nacional en 2019.

El hostigamiento sexual se reportó 126 veces al 911 en 2019. El dato coloca a Sonora con una tasa por cada 100 mil mujeres de 8.3.

Al número de emergencia se hicieron 79 llamadas durante 2019 por incidentes de violación. Sin embargo, registrados como delito de violación se reportan 202 casos de víctimas en ese año.

En cuanto a violencia de pareja donde la víctima es mujer, se presentaron 18 mil 682 llamadas en el mismo periodo, equivalente a una tasa de un mil 223.2, que coloca a Sonora en el quinto lugar nacional.

Por eso y o por otras razones las “morras” de Sonora y las de otros estados saldrán este 8 de marzo a decirle a quien sea necesario que ya basta de tolerar las violencias sistemáticas contra ellas. Se quieren vivas, las queremos vivas y a salvo.

20/SNE/LGL

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CIMACFOTO: César Martínez López

Comunicación e Información de la Mujer, A.C (CIMAC) cumple 30 años de edad. Para sus lectoras y lectores es una agencia de noticias. Para mí ha sido escuela y ha sido madre cuidadora.

Ha sido sendero empedrado cuando exige más calidad en los trabajos periodísticos, pero ha sido camino terso cuando he necesitado apoyo.

CIMAC fue paraguas para desarrollo de temas no convencionales e incómodos. Ha sido luz en momentos de oscuridad densa. Ha sido la hermana mayor que guía con paciencia hacia una mejor decisión.

Ha sido también una promotora de la igualdad, no sólo de género, sino entre las propias mujeres. CIMAC ha sido la agrupación colectiva más congruente que he visto.

Ha hecho confluir a varias generaciones de mujeres sin un ápice de discriminación. Su estrategia de impulsar redes de periodistas ha sido el más grande acierto como soporte de resistencia para la creciente violencia contra las mujeres periodistas.

Ha sido una voz del otro lado del teléfono que me ha consolado, y un oído que ha escuchado mi llanto cuando siento que las fuerzas y las palabras ya no alcanzan para seguir retratando la realidad cada vez más cruel contra las mujeres.

CIMAC se convirtió para muchas periodistas en una antena que emite señales seguras para trazar las rutas que nos llevaron a puntos de desembarque en contextos por conocer.

La capacitación para periodistas en Derechos Humanos ha sido una puerta que abrió generosamente CIMAC.

Hace 25 años en la cobertura de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, CIMAC fue la fuente de la que abrevaron muchos de los medios tradicionales y otras personas interesadas en el tema, cuando se apropió de la entonces incipiente herramienta del internet.  No era un medio más, era EL medio mexicano especializado en la condición social de las mujeres.

Mientras otros todavía cubrían las actividades sobre las mujeres, siempre y cuando estuvieran relacionadas con actividades o decisiones de uno o varios hombres, CIMAC lo abordaba como su principal objetivo a cubrir.

¿Qué están haciendo las mujeres? ¿quiénes son las mujeres y dónde están las mujeres? es un eje de trabajo al que muchas periodistas nos adherimos, gracias a CIMAC.

Sin duda CIMAC es un acierto. Una gran escuela de periodismo especializado, y muestra de que los medios también toman postura, sólo que ésta es una postura honesta por los derechos de las mujeres, sin camuflajes.

CIMAC ha sido también un observatorio que da seguimiento al cumplimiento de los acuerdos y tratados internacionales que ha firmado el Estado mexicano, a través de sus trabajos periodísticos, incluso por medio de investigaciones especiales publicadas en libros e informes.

CIMAC es un activo de México. Es un bien de las mujeres, es un ejemplo a seguir de periodismo especializado, del avance de los Derechos Humanos en México, sobre todo de las mujeres.

CIMAC es baile y gozo cuando hay que celebrar. Pero también es fuerza, apoyo, y barrera solidaria contra violaciones a Derechos Humanos de las mujeres, y en particular de las periodistas.

A través de los varios sexenios que ha atestiguado como agencia, CIMAC ha pasado la prueba del «maíz». La grandeza de sus objetivos está por encima de cualquier estratagema de los gobiernos que subsumen a los medios, tragándoselos por unos pesos que a veces se convierten en millones.

CIMAC nunca ha sido comparsa de políticos y políticas que compran medios para vestir sus acciones con flores y tambores.

Ha dado ejemplo de congruencia a través de los años, al mantener en el horizonte la visibilización de la condición social de las mujeres. Sin tregua, a veces con recursos, otras sin ellos, pero siempre sin perder la luz del faro para llegar al destino.

Gracias CIMAC por dejarme ser una parte del proyecto que como dije, al incorporarme en 2005, era la salida natural para mis trabajos periodísticos sobre las mujeres, para los que escaseaban en Sonora los medios interesados en publicarlos.

Gracias por dejarme expresar mi opinión sobre los temas que nos preocupan a las mujeres, a través de mi columna, género periodístico que no había explorado con anterioridad.

Me congratulo por la existencia de CIMAC. Gracias a sus fundadoras, gracias a quienes hicieron camino al andar. Gracias

CIMAC maestra, CIMAC hermana, CIMAC amiga, CIMAC soporte, CIMAC madre cuidadora, CIMAC compañera.

¡Larga vida a CIMAC! ¡Felices 30 años! 

19/SNE/LGL

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CIMACFoto: Silvia Núñez Esquer

Hermosillo, Son. El escrache contra el acoso llegó a la Universidad de Sonora. Y aunque estaban advertidos, no hicieron mucho para evitarlo. Lo supieron varios años atrás, cuando las primeras manifestaciones de estudiantes revelaban una realidad innegable, y ésta colgaba de un tendedero.

Titulado “Tendedero del acoso” las alumnas, principalmente de la licenciatura en Sociología decidieron no callar más y dar a conocer la situación que padecían cuando maestros sin ningún control las acosaban, las asediaban, y hasta las presionaban para tener algún tipo de relación extra escolar con ellas.

La tortura para las estudiantes duró años, pues sus intentos por denunciarlos se veían diluidos cuando las canalizaban a la Comisión de Derechos Universitarios (CDU), en donde de inmediato las sometían a un proceso de mediación.

Como es de esperarse, se veían minimizadas por el acosador quien haciendo uso de su poder llegaba acompañado por otras personas en su apoyo, además de quienes en la CDU tomaban el papel de mediador, pero en realidad era montarle el escenario al violentador para que a sus anchas explicara que no era cierto lo que la joven argumentaba.

Contraviniendo la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la metodología de la mediación se utiliza una y otra vez, revictimizando a las denunciantes. A decir de la integrante del Observatorio contra el acoso sexual, Sheila Hernández, son más de cuarenta los señalamientos que han hecho contra la Comisión de derechos universitarios, por ese motivo.

La falta de profesionalización para atender, y sobre todo para prevenir la violencia de género dentro del campus universitario, ha hecho que dentro del movimiento “Metoo” las estudiantes hayan retomado esa herramienta para visibilizar los casos poniendo el énfasis en el acosador y no en la víctima como lo hace la Universidad.

Crearon la cuenta de twitter @metoounison que aglutina las denuncias, algunas anónimas, otras con nombre, contra un total de 16 hombres entre maestros y trabajadores, uno de los cuales tienen más de 15 menciones.

Pero esto no fue repentino, era de esperarse, pues al seguir la ruta indicada, con resultados nulos transitaron de la violencia del acosador a la violencia institucional.

Se sintieron traicionadas en la confianza que pusieron en su universidad, y decidieron llevar la denuncia a lo público, si no para que se les resolviera a ellas, sí para alertar a las nuevas estudiantes para que tengan cuidado, sepan quiénes son acosadores y conviven con ellas.

En días recientes, la batucada de estudiantes han irrumpido en dos eventos que han suspendido las actividades pues la brigada con máscaras, con pañuelos cubriendo la cara y el escrache para hacer mucho ruido contra el acoso, no deja duda de que vienen por el acosador.

Como hace años en la UNAM, las universitarias en Sonora también tuvieron que hacer ruido, ante el fracaso en la ruta de atención que ofrece la Universidad de Sonora.

Un protocolo que se empezó a construir hace más de tres años y que no termina de ponerse en práctica, solo refleja la ruta fallida, no convence a las jóvenes que no ven llegar el momento en que se tome en serio el problema de la violencia de género.

Uno de los eventos suspendidos involucra al director de cine Carlos Reygadas, quien impartía en el Teatro Emiliana de Zubeldía, la charla “El cine como existencia. Un camino para dejar atrás el esquema dramático”, en el Festival de cine del desierto y señalado en el metoo como acosador.

Las chicas arribaron a la sede oficial en donde se encontraba el cineasta y le dijeron todo lo que quisieron, pero sobre todo la advertencia de que no vivirá en paz pues siempre habrá alguien que le recuerde lo que hizo.

Otro caso más es el de un maestro de la licenciatura en Historia y Antropología, así como del Posgrado en Ciencias Sociales. Por más de cuarenta minutos le cantaron, gritaron y tocaron vigorosamente las percusiones a centímetros de distancia para que le quedara claro que lo tienen ubicado como acosador.

Esta crisis ha evidenciado que la Universidad de Sonora no sabe qué hacer cuando llega la batucada contra el acoso. Está claro que pudo evitarla, pues es el último recurso de expresión que tuvieron las estudiantes para advertir sobre el comportamiento nefasto de esos maestros, trabajadores, o incluso, invitados especiales.

Ahora quienes tienen eventos culturales o académicos programados temen al escrache, que les impide continuar de acuerdo a lo programado.

No está claro si le temen a la manifestación estudiantil o a que se sepa que quienes participan arriba del escenario, y hasta puedan estar siendo objeto de un reconocimiento, en realidad son acosadores, eso sí, acosadores exitosos.

Algunas áreas han optado por quitar de su cartelera algún evento próximo, pues temen que pueda ser modificado o suspendido por los señalamientos de las jóvenes.

“No vaya a ser que nos lleguen las muchachas y se haga un relajo”, es el comentario al suspender. Pero en realidad lo que está detrás de esa frase es “Por si nuestros maestros o invitados son acosadores, mejor suspendemos”.

La Universidad de Sonora tiene un conflicto. Su personal administrativo, manual y docente tiene acosadores y hasta violadores en sus filas. Por otra parte, algunos de ellos son cuadros que según su nivel de reconocimiento académico sostienen a la institución en el  ranking de las mejores universidades. Si sancionan a uno, tendrán que sancionar a todos. La decisión está entre el derecho a una vida libre de violencia para las universitarias, o el prestigio de la Universidad. ¿Qué vale más?

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Hermosillo, Son. En Hermosillo, Sonora, como en muchas ciudades de México hay una plaza dedicada a las madres. Se llama Plaza 10 de mayo y en ella se erige una escultura de María Eugenia Ramírez titulada:  “A la madre” y en cuya placa reza la frase: “Madre, eterno y sagrado amor”.

Es una plaza bonita, amplia y limpia, con una sección elevada que sirve como escenario para espectáculos en donde al centro se ubica la escultura rodeada en el fondo, en un semicírculo por 17 columnas, todo pintado de blanco, excepto la madre, figura de un color metálico obscuro.

CIMACFoto: Silvia Núñez Esquer

Es una escultura monumental que refleja a una mujer sentada y cubierta por una gran prenda que parece un rebozo que la cubre de la cabeza hasta sus piernas y que no deja ver completa su cara ni sus ojos que sugieren la vista hacia abajo.

En sus manos cruzadas, sostiene un rosario por lo que se asume que está orando. Por la posición de su vestimenta, es imposible adivinar su rostro o imaginar quién es, su edad, su pensamiento son enigmas que la propia posición de una mujer escondida bajo la ropa impide descifrar.

CIMACFoto: Silvia Núñez Esquer

Este 28 de septiembre, Día por la despenalización del aborto en América latina y el Caribe, Hermosillo se vistió de verde en una marcha sin precedente, donde mujeres jóvenes principalmente, salieron a la calle a gritar que luchan por la despenalización del aborto en Sonora y en todo el país.

Por la mañana, un grupo de feministas de diversas generaciones conmemoramos el día que nos recuerda que todavía no somos dueñas de nuestro cuerpo, renombrando la Plaza 10 de mayo, por el de “Plaza de la maternidad voluntaria”.

La acción de conmemoración estuvo acompañada por una petición formal al Ayuntamiento de Hermosillo para que a través de su cabildo analice y en su caso apruebe renombrar la Plaza con el nombre propuesto por el grupo de mujeres.

El objetivo es actualizar en el imaginario de quienes acuden a ese espacio público que la maternidad hoy se vive no solo en formas diversas, sino de manera distinta a lo que se pretendía instituir como única forma de ser madre, con abnegación, sufrimiento, con renuncia al propio ser.

La escultura de la Plaza 10 de mayo en Hermosillo, nos recuerda que quienes vivimos la experiencia de la maternidad estábamos obligadas a entregarnos por completo, dando incluso la vida, por los seres a los que nos debíamos, por el hecho de ser su madre.

Más aún, el 10 de mayo fue un invento perfecto para que no se nos olvidara que la sumisión y el sacrificio, también tienen un día de celebración.

Las nuevas formas de maternar están ausentes en la escultura “A la madre” cuya mirada recuerda la mujer que calla, que no mira de frente porque ese derecho le ha sido negado.

La que ora porque su voz solo la puede escuchar el ser sobrenatural en el que está obligada a creer. Es por ello que en la plaza pública se dejó una pequeña plaquita como recordatorio de la petición para el Ayuntamiento de Hermosillo.

En la solicitud hecha a la Secretaría del Ayuntamiento, así como a las comisiones de regidoras y regidores correspondientes, se argumenta que el concepto de maternidad ha evolucionado como lo  ha hecho el marco jurídico normativo tendiente a garantizar los Derechos Humanos.

En ese nuevo contexto, la sublimación del hecho de ser madre ha quedado descartada por la evolución de las propias mujeres, que ha dado lugar a otras formas de maternar, incluso en forma individual como madres autónomas por voluntad propia.

Se les recuerda también que el nombre “Plaza 10 de mayo” alude a una fecha instituida para efectos comerciales por un corporativo de medios de comunicación, que por cierto, en la actualidad  ha sido rebasado por los medios alternativos, principalmente los digitales.

Empezar modificando los nombres de los espacios públicos acorde a la nueva realidad de las mujeres, hará que quienes conviven en éste, reciban el mensaje de cómo es el contexto actual.

El nombre “Plaza de la maternidad voluntaria” evoca la consigna que tantas y tantas jóvenes reclaman en calles y plazas, justo porque es en la reproducción controlada de las mujeres donde ha estado el principio del cautiverio.

CIMACFoto: Silvia Núñez Esquer

Sin demeritar el trabajo artístico de la escultora, la cara obscura de esa madre triste de la Plaza 10 de mayo en Hermosillo se debe iluminar.

Si bien no es posible modificar la obra, sí lo es mostrar otros mensajes o ¿por qué no?, colocar otras esculturas que convivan con ésta, que muestren la diversidad de madres que existimos hoy día.

Pero también es importante que el elemento voluntad se encuentre presente como el principal factor para que exista la condición de madre.

Se trata de que ya no normalicemos más la obligación de ser madre, a pesar de que eso nos entristezca o disminuya, sino que todas las madres lo sean porque así lo decidieron.

Se trata de que quienes vean y acudan a la “Plaza de la maternidad voluntaria” aprendan a respetar a las mujeres no solo porque son “madres abnegadas”, sino porque son personas que a veces pueden ser madres y otras no.

La clave del mensaje es la voluntad para serlo, la autonomía sobre el cuerpo y la reproducción, como siempre debió haber sido.

Resignificar la maternidad ahora está en manos del cabildo, esperemos.

19/SNE/LGL

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Hermosillo, Son. Ámbar es la encarnación de toda la violencia de que puede ser posible al verter odio hacia las mujeres.

Como si fuera un catálogo misógino, esta joven universitaria fue víctima de tres hombres, que según la autoridad investigadora, perpetraron el asesinato el pasado 30 de mayo.

Ese día en particular, Sonora se vistió de negro, pues varias mujeres fueron atacadas en Hermosillo, de distintas formas. Además una niña en San Luis Río Colorado fue localizada sin vida, mientras otra de las mujeres sobrevivió a un ataque brutal en Navojoa, al sur del estado, del que se recuperó gracias a la pronta intervención médica y a que tuvo los medios para restablecerse.

Esa jornada, llamada “jueves negro”, no ha sido la única en donde varias mujeres y niñas fueron asesinadas, pero ahora lo sabemos más rápido, en forma inmediata y la sociedad pide cuentas públicamente a las autoridades.

Ese jueves donde el feminicidio fue el protagonista, justamente fue cuando nos enteramos de que habían encontrado el cuerpecito de una niña que era buscada desde unos días antes en San Luis Río Colorado, población fronteriza con Estados Unidos.

Más adelante sabríamos que como hacen muchos autores de feminicidio infantil, el agresor fingió preocupación por la niña, y se integró a las brigadas de búsqueda.

Finalmente la Fiscalía lo detuvo, le dictaron prisión preventiva, solo para dar a conocer muy pronto que se había suicidado en las celdas, mientras cumplía prisión preventiva. La sensación colectiva fue una vez más de impunidad.

De la otra mujer asesinada y arrojada en vía pública, solo sabíamos que era una persona joven, y más adelante sabríamos que portaba un tatuaje, pues luego de muchos días sin identificar, la fiscalía decidió publicar una fotografía de éste para motivar a quienes la conocían a que se acercaran a ofrecer datos para su reconocimiento.

A esta fecha, no se ha dado mayor información sobre ese caso, pero dio resultado la estrategia, pues fue identificada por personas conocidas, gracias al diseño del tatuaje que fue publicado en medios y redes sociales.

Pero fue el caso de Ámbar que hizo recordar ese jueves negro, pues la FGJES decidió comunicar este lunes a través de un boletín informativo sobre las novedades que había acerca de la investigación.

Desde ayer, igual que el jueves negro, las condiciones de su muerte están en boca y redes de medios de comunicación, en muchas personas a quienes había conmovido su pérdida y sobre todo, la forma en que fue privada de la vida, por el grado de crueldad como se hizo.

La Fiscalía asegura que fueron tres las personas vinculadas a proceso, y que se ampliaría a seis meses la investigación, tiempo en el que los posibles responsables permanecerán en prisión preventiva.

Como sea, el reporte que la Fiscalía hizo ayer a la sociedad sonorense para dar avance de cómo va el caso, revivió la conmoción, y la evidencia de la sensibilidad de esa sociedad dolida por los agravios contra cualquiera que carezca de poder y que está vulnerable a los depredadores que andan en pos de sus presas.

La violencia física, sexual, psicológica y patrimonial, estuvieron presentes en la atrocidad que cometieron contra Ámbar.

Como si quisieran escribir en su cuerpo una lección de por qué es necesario incluir en la legislación una descripción para tanto daño, con su respectiva sanción, sus asesinos plasmaron todo el odio de que se puede ser capaz no para privarla de la vida, sino para hacerla sufrir.

El feminicidio de Ámbar pone sobre la mesa varios retos. El más importante, investigar y juzgar con perspectiva de género. El debido proceso para quienes están vinculados por su muerte, y ahora, el resarcir a la sociedad que se sintió ofendida, cuando en su boletín la fiscalía afirma que: “Lamentablemente Ámbar Dolores “N” se relacionó con personas inapropiadas”.

La excesiva descripción de las agresiones contra la víctima es muestra de que todavía nos falta redondear el reflejo de la eficacia que se ha demostrado ante los más recientes casos de feminicidio, en un lenguaje que cuide la dignidad de la víctima, sin dejar de informar.

Ámbar no es un caso más, como no lo fue Itzel, como no lo es  Amparo Sarahí, como no lo han sido las 78 asesinadas de este año.

Todas y cada una tenían proyectos de vida, tenían derechos. Pero por el que nos toca luchar es por el de la justicia porque ellas ya no están para reclamarla, pero quedamos aquí para representarlas.

Ámbar, como lo fue Priscilla Hernández en su momento, es ya un símbolo de cómo se debe y no se debe abordar un caso tan grave. Por Ámbar, por Itzel, por Amparo, por Elvia fue que se decidió solicitar la segunda Alerta de Violencia de Género en Sonora.

Son seis municipios para los que se ha solicitado: Hermosillo, Cajeme, San Luis Río Colorado, Nogales, Guaymas y Empalme.

Muy pronto, el grupo de trabajo que investiga la solicitud emitirá su primer informe sobre lo que encontró, y deberá comunicarlo a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la violencia contra las mujeres (Conavim).

Deberá también pronunciarse sobre si considera que se debe o no declarar la AVGM, y será Conavim quien defina si la decreta, o solo hace recomendaciones.

La esperanza está puesta en que esta vez, la Conavim tome una resolución seria, acorde a la gravedad de la situación y deseche las estratagemas que otrora permitían que los gobiernos de los estados jugaran con las recomendaciones que al final eran sugerencias y no medidas obligatorias.

Si de verdad a esta nueva administración le importan la vida y la libertad de las mujeres, ésta es su oportunidad de demostrarlo, por Ámbar, por todas.

19/SNE/LGL

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CIMACFoto: César Martínez López

Ciudad de México. Se entregó el Primer Informe de Gobierno, primero o tercero, según el punto de vista con que se vea. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio su mensaje respectivo y un día después salió de gira, una que incluyó la realización de la conferencia matutina en la ciudad de Hermosillo, Sonora.

En todos esos espacios se subestimó el feminicidio y desapariciones de mujeres. Revisamos el texto del informe y salvo dos y media páginas dedicadas al tema de la violencia contra las mujeres, nada hay sobre esta población.

Más aún, parecería que hay tan poco que decir que en ese pequeño fragmento titulado “Violencia contra las mujeres y equidad de género” se incluyen acciones que no están directamente relacionadas con evitar que las mujeres sigan siendo asesinadas, privadas ilegalmente de su libertad, tratadas y desaparecidas para siempre.

En lo que respecta a Sonora, a pesar de que la segunda solicitud de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) se hizo en junio de 2019, prácticamente al mismo tiempo que la solicitud de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos del estado de Chihuahua, misma que se solicitó dos días antes que la de Sonora, fue excluida del informe.

En una especie de protección para el gobierno del estado de Sonora, como si ocultar la situación del feminicidio exentara a la entidad de la violencia contra las mujeres que padecemos en México, la solicitud de AVGM para seis municipios de Sonora aún en proceso, fue ignorada, como si fuera inexistente.

Lo mismo se hizo en la conferencia matutina en la que el presidente resaltó que Sonora es uno de los estados con menor incidencia de violencia, incluso enfatizó que se ubica en el lugar 27 en la lista nacional, por supuesto refiriéndose a delitos patrimoniales, con aparente mayor importancia que la vida de las mujeres y el homicidio en general.

Ni el presidente, ni sus colaboradores se atreven a mencionar el feminicidio, no quieren apropiarse del término invisibilizando el delito más grave que existe contra las mujeres.

Por lo tanto, omitieron señalar que Sonora está en focos rojos por asesinatos de mujeres y niñas, pues se encuentra en el séptimo lugar nacional en incidencia de feminicidio y tercero en tasa de incidencia de feminicidio por cada 100 mil mujeres.

Y eso no es todo, también Sonora figura desde hace años a la cabeza en incidencia de llamadas de auxilio por violencia familiar contra las mujeres y delitos sexuales. En la tasa por cada 100 mil mujeres, las llamadas de auxilio por violencia familiar han colocado al estado en primer lugar durante todo 2017, 2018 y lo que va de 2019.

Aunado a esto, en el reciente reporte sobre personas desaparecidas en México, dado a conocer en la conferencia matutina del 30 de agosto, ni el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, ni la comisionada de Búsqueda y Desaparición, Karla Quintana, supieron responder al cuestionamiento acerca de cuántas de estas personas son mujeres.

Con estas dudas al terminar la conferencia matutina en Hermosillo, abordé a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien acompañó al presidente en su gira por Sonora.

Le pregunté cómo iba el proceso de solicitud de Alerta de Género para Sonora, y lo que respondió es que van a tratar de llevar la estrategia de violencia contra las mujeres y feminicidio a todo el país, estrategia que ya anunció en Monterrey.

También le pregunté sobre la cifra de mujeres desaparecidas que no se ha dado a conocer. Su respuesta fue que “el señor subsecretario Encinas y la comisionada de Búsqueda son los que están manejando con mucha precisión algunos datos importantes”.

Y es cierto, han dado los pormenores de las personas, fosas y cuerpos encontrados en México, así como la cifra de personas desaparecidas. Pero justo el dato desagregado por sexo, no lo tienen, es decir, no separaron el indicador por hombres y mujeres.

Esto es un problema para contrastar datos y establecer qué está sucediendo con las mujeres y niñas desaparecidas, y su relación con el feminicidio y otros delitos graves contra las mujeres.

De todas las fuentes, ninguna ha brindado certeza sobre la situación de los asesinatos de mujeres y niñas en México. Esa, la violación más grave a los Derechos Humanos de las mujeres, fue ignorada en el Informe de Gobierno.

No podemos obtener información oficial sobre las mujeres desaparecidas, pues el reporte del 30 de agosto, a pesar de contar con varios indicadores, no da una ínfima idea de cuántas mujeres y niñas están viviendo el horror de ser privadas de su libertad.

El solo dato de cuántas son, no sería suficiente para la deuda sobre información, pero nos podría brindar un poco sobre el panorama global del sistema que succiona a las mujeres que no volvemos a ver.

La revisión del Informe de Gobierno nos indica que la palabra “feminicidio” se utiliza una sola vez en la sección de estadísticas nacionales. Otra pequeña alusión a la condición de las mujeres es en el cuadro: “Defunciones por homicidio registradas por causa de defunción según sexo”, en donde se desglosa la cantidad y forma de comisión de los asesinatos, pero sin especificar los casos de feminicidio.

De cualquier manera, aunque no se tome el feminicidio como un problema creciente derivado del machismo institucionalizado, existe el programa “Seguro para madres jefas de familia”, en donde se aprecia una aproximación al problema, no del asesinato de mujeres por el hecho de serlo, sino de niñas y niños en condición de orfandad por el feminicidio de sus madres.

Con datos de la Secretaría del Bienestar, se especifica que, en un acumulado de 2013 a junio de 2019, se han afiliado 7 millones 84 mil 84 jefas de familia. De ellas han fallecido 37 mil 821 y se han beneficiado 69 mil 273 “hijas e hijos en orfandad”, término que utiliza el informe.

No se especifica cuántas madres murieron de forma natural y cuántas de forma violenta. Tampoco cuántos niñas, niños y adolescentes son hijas o hijos de una mujer. Como resultado de este programa se han otorgado becas que van desde 360 pesos a mil 200 pesos mensuales, para un total de recursos ejercidos en ese rubro de 1,517.13 millones de pesos.

Esos números por sí mismos urgen a que tanto el gobierno federal, como las instituciones encargadas de proteger los derechos de las mujeres dejen de minimizar el feminicidio y otros delitos graves contra las mujeres, como se guardaba antes dentro de las casas.

Ojalá no repitan el estereotipo de que los asuntos de las mujeres se tratan en lo privado, como se ha hecho hasta hoy y nos digan: Si no es al presidente ¿a quién le preguntamos sobre feminicidio?

19/SN

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CIMACFoto: César Martínez López

Hermosillo, son. A diez años del incendio de la Guardería ABC, en Sonora, madres y padres afectados por el siniestro en la guardería donde sus hijas e hijos murieron mientras se encontraban para ser cuidados, han cambiado.

Atrás quedaron aquellos confiados e ingenuos seres que, en cada invitación, en cada reunión, ceremonia o fecha crítica, veían la posibilidad de que al fin sus pequeños fueran honrados con el acceso a la justicia.

Se nota en sus gestos, en su semblante, en sus palabras, en su impaciencia por que quien los cite para el “seguimiento” al caso, les diga para qué les convocó.

De aquellos disciplinados padres que se quedaban sentados frente a la autoridad para escuchar hasta su última palabra, o su más reciente oferta, no queda nada.

Y es que en diez años han conocido a tres presidentes de la República, todos emanados de distintos partidos políticos. Alguna voz disidente se atrevió a gritarle a un presidente y fue criticada, porque la mayoría siempre conservaba la esperanza en los gobiernos.

Los tres presidentes han hablado con ellos, los han reunido, les han enviado comisiones de avanzadas para prepararlos para su presencia y buscar que el encuentro sea lo más terso posible.

Pero los padres ya no son los mismos. Ahora tienen los ojos abiertos. Sus oídos ya no escuchan solo lo que quieren, sino lo que realmente se está exponiendo.

Más aún, ahora lo analizan, no confían ciegamente en sus abogados, que siempre fueron quienes guiaron los encuentros con las autoridades indicándoles lo que tenían qué hacer, qué decir.

Ahora saben hasta dónde la participación de sus representantes jurídicos es benéfica y en qué parte son ellos mismos quienes deben actuar e incidir.

Y no es que estuvieran hechos con un molde, pues siempre hubo manifestaciones de inconformidad por algunas madres y padres, pero lo usual y general era que aceptaran las reglas de los presidentes en cuanto a modo y forma para los encuentros.

El próximo lunes 2 de septiembre se reunirán por primera vez en Hermosillo con el presidente López Obrador. Como preámbulo, este jueves tendrían una reunión con Alejandro Encinas y el director del IMSS, entre otros.

Pero Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, no acudió al encuentro que tendrían en Hermosillo, aunque es el funcionario de más alto nivel que estaría presente.

Un error de tacto que puede costar que los ánimos suban de tono para la reunión entre madres y padres ABC con el presidente de la República el próximo lunes.

El nuevo gobierno federal no evaluó el cambio que han experimentados estas mujeres y hombres que han utilizado el tiempo a su favor y ahora son más conscientes de las violaciones graves a los derechos humanos de que fueron víctimas sus niñas y niños, y ellos mismos.

Esa inasistencia por la razón que sea, más la imposición de una agenda de trabajo, más la ausencia de respuestas a las preguntas demandantes de las y los afectados, provocó que, por segunda ocasión, la primera fue en Palacio Nacional con el propio presidente, un grupo de madres y padres del caso ABC abandonaran la reunión a manera de exigencia de seriedad y demanda de respeto.

Y es que aquellos seres que deambulaban movidos por el dolor, se han transformado en unos activistas con un solo objetivo: Obtener justicia por lo que consideran el asesinato de sus hijas e hijos por el contubernio y corrupción entre los poderes político y económico.

Ese panorama que prevalecía en México relacionado al cuidado infantil, derivó en un desorden generalizado en las estancias infantiles subrogadas del IMSS.

Algunos padres y madres incluso han cursado la carrera de Derecho para prepararse en el seguimiento al cumplimiento a la promesa que hicieron a sus pequeños de no ceder en el intento de justicia por el mayor crimen cometido contra la niñez mexicana.

Las y los afectados han crecido como ciudadanos, como seres empoderados a través de la conciencia sobre sus derechos. Les molesta entre otros, el llamado enfoque “igualitario” que quiere dar el IMSS a todas y todos los afectados. “No sé cómo se pueda igualar una vida que se perdió, a una persona que está lesionada”, reflexiona un padre.

Y es que ellas y ellos ya saben a qué tienen o no derecho. Conocen los alcances de lo que pasó y lo que por derecho les corresponde. Luego entonces no es fácil mantenerlos en una reunión, como niños que siguen al maestro en un aula de clases.

Sus exigencias ahora van como víctimas indirectas, además de como representantes de las víctimas directas, pero también como ciudadanos que exigen sus derechos en todos sentidos.

El nombramiento de Alejandro Encinas como subsecretario de Derechos Humanos, y su comisión para atender el Caso ABC fue un respiro y un hálito de esperanza.

Pero su inasistencia ayer en Hermosillo, vuelve a poner en guardia a quienes alguna vez confiaron en los gobiernos, pero que ahora saben que sólo son un vehículo para obtener la anhelada justicia.

Sus rostros reflejan que están hartos. Sus palabras son contundentes cuando paran los discursos y acciones de imposición. Y aunque algunos consideran que ha habido avances, la mayoría no.

Ya solo quieren respuestas claras, acciones concretas, saben hasta dónde puede actuar el gobierno federal, e identifican las omisiones inmediatamente. Ya no les gusta perder el tiempo, y se nota.

El acercamiento con madres y padres ABC ha sido tardío por parte de la nueva administración del gobierno federal. Y aunque la expectativa era muy alta, pues sería el primer gobierno no involucrado directamente con el negocio de las estancias infantiles, les está quedando a deber.

El gobierno federal no puede per sé impartir justicia, pero sí puede empujar acciones hacia ese objetivo. La estrategia no debería ser la misma que la de los dos gobiernos anteriores, que le apostaron a entretener a las madres y padres afectados con promesas y algunas acciones.

No es el mismo gobierno, las madres y padres ABC tampoco, ahora están hartos de promesas.

19/SNE

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El Datatón carcelario es una especie de maratón de datos abiertos, en el que por dos días quienes participamos en él nos empapamos de información estadística a través de una búsqueda exhaustiva, sobre alguna de las dos vertientes convocadas: la tortura o la corrupción en las cárceles de México.

En su primera edición, realizada el 31 de enero y 1 de febrero de 2019 en la Ciudad de México, el maratón convocado por la organización Documenta, tenía como objetivo construir herramientas para analizar y visualizar datos abiertos con el fin de promover la transparencia y la rendición de cuentas en el sistema penitenciario mexicano.

Estuvo dirigido a personas, colectivas y organizaciones con experiencia en el tema del sistema penitenciario, tortura o corrupción, personas de la academia, periodistas, comunicadoras y otros grupos especialistas en el uso de datos abiertos, quienes en sus equipos participantes debieron construir soluciones enfocadas en las áreas de tortura y corrupción.

En su convocatoria, el Datatón carcelario invitaba a echarse un clavado a todas las bases de datos disponibles sobre las diversas prácticas de corrupción o tortura que están presentes en las diferentes prisiones y centros de internamiento para adolescentes.

En nuestro caso decidimos conformarnos en el equipo Data press, conformado por dos periodistas sonorenses –Priscila Cárdenas y Silvia Núñez- y un abogado del estado de Querétaro –Sebastián Arcos-. La población a investigar se decidió porque entre las fuentes de datos a revisar se encontraba la Encuesta Nacional de Adolescentes en el Sistema de Justicia Penal, ENASJUP 2017.

En ella nos dimos cuenta que el estado de Sonora se encuentra  por encima de la media nacional en cantidad de adolescentes en internamiento por proceso judicial.

Propusimos entonces explorar y, en su caso, identificar la presencia de actos de tortura hacia la población adolescente con proceso judicial en internamiento en Sonora, en los cinco centros de internamiento que existen en la entidad, como lo indica el objetivo de nuestro proyecto.

Otras fuentes disponibles son otras bases de datos obtenidas por solicitudes de información vía Ley de Acceso a la Información Pública a través de Infomex, realizadas con anterioridad por estudiantes de Comunicación y por el Instituto de Justicia Procesal Penal, IJPP de Querétaro.

Nos percatamos de que las bases de datos no se refieren a tortura como tal, pero sí a distintos tipos de violencias que se ejercen contra la población interna, perpetrada por la autoridad para obtener algo a cambio.

Eso fue suficiente indicio para poner en gráficas y visualizaciones los datos encontrados que resaltan una posible situación a atender por las y los responsables del sistema carcelario en Sonora.

Dentro de nuestras reflexiones al analizar los datos, llamó la atención las diversas violaciones a los Derechos Humanos de los jóvenes durante el proceso, pues según la ENSAJUP 2017 un total de 648 declararon haber sido presionados por la autoridad a la hora de dar información ya que se ejerció violencia psicológica y física contra ellos.

De acuerdo con la encuesta, las agresiones más recurrentes son haber sido pateados o golpeados con las manos, que les impidieran respirar, ser atados, golpeados con objetos o incluso haber sido aplastados. 

Los datos destacan que 208 adolescentes señalaron haber experimentado algún tipo de situación de violencia en internamiento, tales como robo de objetos personales, extorsión o lesiones.

En la revisión de las bases de datos disponibles sobre el tema, podemos identificar que Sonora es uno de los estados con mayor presencia de población adolescente en situación de internamiento por proceso judicial.

Los datos destacan que Sonora se encuentra arriba de la media nacional pues mientras ésta  es de 215.34, Sonora cuenta con 792, en población adolescente en internamiento. 

Encontramos que 19.9 por ciento de adolescentes mencionó haber sido presionado para declarar. En tanto 27.7 por ciento declaró haber sido objeto de violencia psicológica permitida o cometida por parte de la autoridad en la misma entidad.

Además 57.7 por ciento dijo que fueron  incomunicados o aislados. 40.1 por ciento les insultaron, 23.1 por ciento los presionaron para denunciar a alguien, 19.2 por ciento le amenazaron, 18.7 por ciento le desvistieron, 2.2 por ciento le vendaron los ojos o cubrieron la cabeza para que no viera, y 0.6 por ciento, declararon que le hicieron daño a su familia. 

En relación a la violencia física por parte de la autoridad, 9.1 por ciento de la población adolescente en centro de internamiento, declaró haber sufrido de ésta en Sonora.  

Por increíble que parezca, algo que advertimos es que se encuentran en internamiento preventivo personas adolescentes que fueron investigadas por lesiones culposas, así como portación de sustancias prohibidas, entre otros delitos que contradicen al nuevo sistema de justicia penal, pues no son delitos que ameriten prisión preventiva.

El jurado calificador del Datatón carcelario finalmente resolvió que no sólo el primer lugar sería apoyado para realizar el proyecto ganador, sino que también el segundo lugar obtendría apoyo para llevarlo a cabo.

Es así que el Datatón carcelario, nos dará la oportunidad de realizar un diagnóstico para profundizar en las prácticas de tortura que pudieran estar presentes en los centros de internamiento en Sonora.

* Periodista integrante de la Red Nacional de Periodistas y directora del blog Mujer Sonora http://mujersonora.blogspot.mx/

Twitter: @mujersonora       

18/SNE/LGL

 

 

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