Por Wendy Rayón Garay
El 15 de julio de 2024, el congreso de Puebla despenalizó el aborto hasta las 12 semanas de gestación convirtiéndose así en la entidad número quince en lograrlo. Este hecho representó para la defensora de los derechos sexuales y reproductivos, Natalí Hernández Arias, un momento que jamás pensó presenciar en veinte años de lucha.
Aquél día vio materializado su activismo el cual no hubiera sido posible sin la red de mujeres defensoras en Puebla que como Natalí trabajaron para generar el camino hacia la despenalización que permite hoy a las poblanas ejercer su derecho a interrumpir su embarazo de manera legal, segura y gratuita.
Este logro que despenaliza el aborto en Puebla resulta aún más significativo porque se trató de un hecho político social de trascendencia que rompió un nudo conservador, en el que la Iglesia y grupos ultraconservadores ejercían una fuerte influencia pública y cultural.
Por tanto, que el Congreso aprobara esta reforma de ley, pese a las múltiples resistencias históricas logró tranformar la vida de las poblanas y permitió considerar que aunque la institución religiosa sigue presente en la vida de esa entidad, ya no determinaba de manera absoluta las políticas públicas. Esto simbolizó un avance en la separación entre Iglesia y Estado.

Natalí narra que ese 15 de julio, precisamente cuando se daría la votación en el congreso poblano, ella tenía pensado ingresar al recinto para ser parte del momento histórico, pero no lo consiguió porque a las afueras del edificio, ubicado en en el Centro Histórico de Puebla, estalló una confrontación entre la Marea Verde y grupos antiaborto que impedían el paso.
Antes de la votación, se inhibió la participación de las colectivas feministas. Difundieron la idea de evitar acercarse para no confrontarse con grupos conservadores, pero la Marea Verde poblana no podía abstenerse de presenciar lo que por tanto tiempo habían buscado: la despenalización del aborto en Puebla. Por ello, las defensoras ignoraron la advertencia y acudieron al evento histórico.
La noche anterior, colectivas antiaborto colocaron barreras para impedir el ingreso al congreso poblano y con ello obstruir el paso de legisladoras y legisladores; sin embargo, el boicot fracasó gracias a defensoras como Natalí, quienes se apresuraron a acuerpar a diputadas y diputados para escoltarlas hasta el recinto a quienes abrieron camino entre la multitud.
Una vez iniciada la sesión, feministas y defensoras resistieron gritos, jaloneos y reclamos del bloque opositor conservador. Incluso una mujer antiaborto llegó a lanzarles agua con cloro simulando un exorcismo.
Aun así, la Marea Verde poblana se mantuvo agrupada y esperó los resultados de la votación. Durante las horas transcurridas, se vivieron momentos tensos, al grado de que una de las feministas se desvaneció sofocada por la cantidad de personas a su alrededor.
Finalmente, todo el trabajo de Natalí en defensa por los derechos sexuales y reproductivos de las poblanas rindió sus frutos. Al concluir la jornada, con 29 votos a favor, 7 en contra y 4 abstenciones, el estado de Puebla dio un paso en favor de los derechos de las mujeres al permitir la interrupción legal del embarazo (ILE). En tanto que los grupos antiaborto abandonaron el lugar, la Marea Verde festejó.
“Para mi fue estar en shock todo ese tiempo (…) todo el día desde temprano, fue batalla tras batalla hasta que se aprobó” -Natalí Hernández, defensora de los derechos sexuales y reproductivos.
No obstante, para llegar a este punto en la vida de Natalí tuvieron que suceder diversos acontecimientos que la llevaron a convertirse en una defensora del aborto y gran referente en Puebla.
De la indignación a la acción
Natalí Hernández Arias tiene 42 años. Es cofundadora y directora general del Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social (CAFIS A.C.) desde que se creó en el 2015.

Estudió psicología y cuenta con una maestría en Comunicación y Cambio Social. A lo largo de su experiencia como defensora se desempeñó como promotora en igualdad de género, prevención de la violencia, defensa de los derechos humanos y atención a las mujeres sobrevivientes de violencia.
Reconoce que proviene de una familia donde las mujeres tuvieron que luchar para convertirse en lo que deseaban ser. Su abuela materna fue una campesina, sin estudios y atrapada en una relación violenta. Nunca pudo conocerla físicamente porque murió joven debido a las condiciones económicas que enfrentaba.
También supo que a su madre, cuando alcanzó la edad para estudiar la secundaria, se le negó el acceso a la educación porque su abuelo decidió no continuar con los gastos escolares. El motivo no se limitó a la falta de recursos, sino a la idea arraigada de que las mujeres no deben estudiar.
Ante ello, la mamá de Natalí comenzó a trabajar para financiar sus propios estudios, ya que su familia le retiró el apoyo y con ello enfrentó estigmatización por su decisión.
“Ella me contaba, por ejemplo, que su abuela le gritaba cuando iba a la secundaria así de que “ya te vas de loca (…) te van a embarazar”” -Natalí Hernández, defensora de los derechos sexuales y reproductivos.
Natalí creció escuchando historias de discriminación que la sensibilizaron. Aunque desde jóven le enseñaron que las mujeres no debían habitar el espacio público, tuvo claro que le tocaría transformar esas realidades.
Debido a la situación laboral de su madre, en el año 2000 migró al estado de Puebla desde Acayucan, Veracruz. Durante este proceso migratorio Natalí se encontraba en su preadolescencia y conforme se desarrollaba notó la necesidad de vestirse diferente porque en las calles vivía acoso. Incluso debió enfrentar dos episodios de abuso sexual que la marcaron. Después de esas experiencias, sintió una profunda indignación y decidió que ya no quería vivir con miedo ni sentirse insegura.
Cuando Natalí se encontraba estudiando la licenciatura en psicología en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), comenzó a reflexionar sobre temas de sexualidad y género. Fue entonces cuando uno de sus amigos, quien trabajaba en una asociación civil, la invitó a participar en talleres para aprender sobre prevención del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Ahí conectó con los derechos sexuales y reproductivos.
Para el 2007, mientras realizaba sus prácticas profesionales y servicio social, una de sus profesoras feminista la invitó a un proyecto de investigación del Movimiento Feminista en universitarias poblanas. Desde ese momento, Natalí conectó con la agenda de mujeres y una vez que se asumió parte de movimiento, puso en marcha acciones en favor del aborto.
El primer revés
En marzo de 2009, el Congreso de Puebla aprobó con 29 votos a favor, 10 en contra y 2 abstenciones la Ley de la Familia, que elevó a rango constitucional la penalización del aborto. Particularmente, la iniciativa ordenaba la protección de la vida desde la concepción y solo permitía ela interrupción del embarazo en casos de violación, malformación del producto o cuando la madre se encontrara en peligro.

Según explica Natalí, la concepción es únicamente un término religioso instaurado a partir de las creencias cristianas y católicas. La idea de “proteger al producto de la concepción” implica una imposición dogmática, pese a que no existía evidencia suficiente para sustentar en qué momento específico comenzaba la vida de una persona. Además, el concepto de concepción resultaba amplio y adquiría distintos significados dependiendo del contexto médico, religioso, cultural o legal.
En agosto de ese año, se criminalizó a la primera mujer bajo la Ley de la Familia. La entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Puebla inició un proceso penal contra una joven de 20 años por el delito de aborto. Fue denunciada cuando ingresó a la Cruz Roja por presentar una hemorragia y el personal médico descubrió que tenía un embarazo de 14 semanas, el cual había sido interrumpido con un medicamento. El caso evidenció que, pese a las prohibiciones legislativas, nada detendrían los abortos en la entidad.
La implementación de la iniciativa respondió a la despenalización del aborto en la Ciudad de México, aprobada el 24 de abril de 2007 por la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal. En aquella reforma se especificó que las mujeres podían interrumpir su embarazo de manera voluntaria hasta las doce semanas de gestación, con acceso a servicios gratuitos, seguros, informados y libres de discriminación.
Este hito en la capital representó un logro fundamental para la Marea Verde, que esperaban su replicación en el resto del país, pero no fue así.
“Lo que ocurrió más bien fue una embestida en un contexto también muy conservador en muchos estados, Puebla estaba en ese tiempo gobernado por una derecha muy recalcitrante” describe Natalí.
En aquel periodo, Mario Pluto Marín Torres fungía como gobernador del estado (2005-2011). Era un político y abogado miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que fue implicado en el caso de tortura contra la periodista Lydia Cacho Ribeiro tras la publicación de su libro “Los demonios del Edén”.
Una investigación que involucró a los empresarios Jean Succar Kuri y Kamel Nacif Borge como responsables de una red de trata y pornografía infantil en México. A raíz de esta publicación, Nacif demandó a Cacho Ribeiro por difamación y calumnia en la Fiscalía de Puebla. Así, en diciembre de 2005, la comunicadora fue detenida por la policía poblana en Cancún, donde ella residía en ese entonces.
Los candados
Desde la experiencia de Natalí, los gobiernos de los estados comenzaron a elaborar una serie de estrategias para imponer candados constitucionales y promover reformas con el objetivo de impedir la despenalización del aborto. A través de las leyes, intentaron otorgar la categoría de persona al producto de la gestación, lo que derivó en la criminalización de las mujeres que interrumpían un embarazo.
Esto se reflejó en la prohibición social del uso de pastillas del día siguiente por supuestamente “atentar contra la concepción” en los primeros días posteriores de la fecundación.
El mayor impacto se produjo a nivel simbólico, pues las mujeres desconocían si era correcto o no emplear métodos anticonceptivos. Mediante un trabajo de fiscalización sobre su distribución, Natalí detectó un desabasto de condones en el estado de Puebla, a pesar de que en 2009, se asignaron 77 millones 303 mil 599 pesos en la compra de anticonceptivos. Dicho recurso no se tradujo al abastecimiento real y tampoco se encontraron facturas que comprobaran el gasto.

La situación fue denunciada por la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddeser) en 2013, cuando a través de una solicitud de información, descubrieron que más de 70 millones de pesos no fueron usados para comprar métodos anticonceptivos durante 2009, en plena elección federal de Mario Marín. El monto asignado en el presupuesto del estado fue insólito, pues en 2008 el recurso destinado llegó a 9 millones 611 mil 362 pesos y en 2010 descendió a 8 millones 159 mil 874 pesos.
Al desglosar los datos de 2009, se encontró una asignación oficial de 59 millones 388 mil 665 pesos en la compra de inyecciones hormonales y 12 millones 596 mil 350 pesos en la adquisición de condones. Según la información proporcionada por la organización, con ese presupuesto se debieron adquirir un millón 600 mil inyecciones hormonales y 3 millones 500 mil condones.
Esta situación consolidó un clima de persecución, estigmatización y control sobre las decisiones reproductivas de las mujeres.
Gracias a la legislación de la Ley de la familia, Natalí se dedicó a visibilizar su impacto en la vida de las mujeres tras su rápida implementación. “En el caso de Puebla hubo mujeres criminalizadas, detenidas, denunciadas por el sector salud, porque llegaban en procesos de aborto en evolución, abortos espontáneos o porque sí se practicaban un aborto y llegaban con una complicación. En lugar de priorizar la salud de las mujeres, pues lo que hacían era denunciarlas”, acusó la defensora.
A partir de ese momento, se dio a la tarea de documentar los casos y reunir datos de mujeres procesadas por la Procuraduría ante el delito de aborto. De acuerdo con el Sistema de Información de Interrupción Legal del Embarazo (ILE), entre abril del 2007 y junio de 2025 en Puebla se realizaron mil 861 abortos, lo que coloca a la entidad en el tercer de estados con el mayor número de registros. No obstante, el número real podría ser mayor, ya que el Sistema no contabiliza los procedimientos clandestinos.
En mayo de 2025, Carlos Alberto Olivier Pacheco, secretario de Salud en Puebla, informó que, tras la despenalización el 15 de julio de 2024, se realizaron 388 interrupciones de embarazos, de los cuales 17 fueron solicitados por violencia sexual. Por su parte, el Observatorio de Aborto Seguro (OBSERVAS) determinó que durante todo el año de 2024, se llevaron a cabo 3 mil 897 procedimientos en la entidad posicionándola en quinto lugar con el mayor registro despues del estado de México, Guanajuato, Ciudad de México y Chiapas.
El último informe del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), señala que entre enero de 2012 y diciembre de 2022 se abrieron 50 carpetas de investigación por el delito de aborto, que derivó en la prisión preventiva de una mujer y emitieran tres sentencias durante este periodo.
El panorama refleja la necesidad de las mujeres poblanas de acceder al servicio, ya que, como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS) en países restrictivos tres de cada cuatro abortos se practican en condiciones inseguras, mientras que en aquellos donde ya es legal, nueve de cada diez abortos se realizan de manera segura.
La importancia de su despenalización radica en que el aborto es una de las principales causas de muerte materna. A nivel nacional, la Secretaría de Salud informó que en México, de las 367 muertes maternas registradas en lo que va del año, 42 fueron ocasionadas por abortos inseguros (11.4%). El Informe Semanal para la Vigilancia Epidemiológica de Muertes Maternas 2025, en su semana 38, reporta que en Puebla suman 18 muertes maternas, siendo una de las entidades con menor incidencia.
Asimismo, la aplicación del legrado uterino instrumental persiste aún cuando ya no está recomendado para la atención del aborto en el primer trimestre del embarazo. OBSERVAS señala que su uso se asocia con riesgo de complicaciones como perforación uterina y hemorragia. En Puebla, el 45.3% de los abortos realizados en 2024 se realizaron por este método.
La tía Amparo
En 2009, Natalí ya llevaba dos años acompañando a mujeres que decidían abortar; sin embargo, comenzó a colaborar con algunas organizaciones de la sociedad civil como la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddeser).
En el 2015 ideó nuevas formas de lucha, como la creación de un proyecto que llamó “Escuela Feminista”, el cual ya funcionaba desde el 2012 siendo un espacio temático para compartir conocimiento feminista entre mujeres. “En ese momento no había espacios para debatir, para hablar de feminismos”, describió la defensora.
Su labor también la llevó a identificar la precarización laboral de las defensoras de derechos humanos. En diversas ocasiones tuvo que aportar recursos propios y generar estrategias de recaudación como fiestas, venta de playeras y otros productos.
Natalí pensó trabajar en otros escenarios donde se respetaran sus derechos laborales. Fue entonces cuando cofundó el Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social (CAFIS A.C.), una organización feminista que ofrece servicios de consultoría en temas de igualdad de género, derechos humanos, diversidad e inclusión social. Con el tiempo, implementaron el acompañamiento a mujeres que necesitaban interrumpir su embarazo.
La defensora tuvo que ayudar en un ambiente de miedo, desinformación y clandestinidad debido a la penalización del aborto en Puebla, enfrentándose a numerosos obstáculos que la motivaron a buscar alianzas.
En 2022, CAFIS A.C. junto al Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr) y Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) ganaron el amparo 259/2022 ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), lo que permitió canalizar a las mujeres con servicios de salud para interrumpir su embarazo de manera legal y sin límite temporal.

A partir de esa resolución, crearon una estrategia formal de acompañamiento por medio de WhatsApp y una página web llamada “La tía Amparo” que sirvió como herramienta para resolver dudas sobre la forma de acceder a un aborto seguro.
“Era muy significativo haber obtenido ese amparo y poder lograr que a pesar de que seguía penalizado el aborto, se pudieran dar servicios.” -Natalí Hernández, defensora de los derechos sexuales y reproductivos.
Posteriormente, la Secretaría de Salud de Puebla habilitó unidades médicas para atender solicitudes de las organizaciones amparadas, lo que permitió ofrecer servicios públicos de salud. Actualmente, el Observatorio de Aborto Seguro (OBSERVAS) apunta que en la entidad existen 33 unidades de salud, de las cuales solo 11 brindan servicios de aborto seguro.
El primer amparo se utilizó para apoyar a una mujer con hijos y problemas de salud a la que se le negó por escrito el derecho a interrumpir su embarazo. Integrantes de CAFIS A.C, acudieron con un juez hasta que el proceso fue aprobado. Así sucedieron más casos y en total acompañaron a 307 mujeres pertenecientes de 25 municipios de Puebla.
Para la defensora, el acompañamiento representa una apuesta política para construir conciencia sobre los derechos de las mujeres, particularmente la autonomía reproductiva. Considera fundamental acompañar en un entorno seguro y amoroso donde es de suma importancia que la decisión de las mujeres se tome con tranquilidad..
Nombrarse defensora
“Era muy significativo haber obtenido ese amparo y poder lograr que a pesar de que seguía penalizado el aborto, se pudieran dar servicios.” -Natalí Hernández, defensora de los derechos sexuales y reproductivos.
Posteriormente, la Secretaría de Salud de Puebla habilitó unidades médicas para atender solicitudes de las organizaciones amparadas, lo que permitió ofrecer servicios públicos de salud. Actualmente, el Observatorio de Aborto Seguro (OBSERVAS) apunta que en la entidad existen 33 unidades de salud, de las cuales solo 11 brindan servicios de aborto seguro.
El primer amparo se utilizó para apoyar a una mujer con hijos y problemas de salud a la que se le negó por escrito el derecho a interrumpir su embarazo. Integrantes de CAFIS A.C, acudieron con un juez hasta que el proceso fue aprobado. Así sucedieron más casos y en total acompañaron a 307 mujeres pertenecientes de 25 municipios de Puebla.
Para la defensora, el acompañamiento representa una apuesta política para construir conciencia sobre los derechos de las mujeres, particularmente la autonomía reproductiva. Considera fundamental acompañar en un entorno seguro y amoroso donde es de suma importancia que la decisión de las mujeres se tome con tranquilidad..

Jessica conoció a Natalí en 2012 mediante el proyecto de la Escuelita Feminista; ahí comprendió su lucha y reflexiones acerca de los feminismos en Puebla. Con el tiempo se convirtió en una importante aliada clave para la construcción del proyecto de CAFIS A.C., pues, al no contar con una sede física, el trabajo de la organización se basaba en la colaboración con otras mujeres que en algún momento acompañaron a Natalí en su lucha.
“La labor de Natalí como defensora de los derechos sexuales y reproductivos, la describiría como una chispa que inspira (…) una velita como que enciende también en los haceres de las otras personas. Cuando la conocí me maravilló mucho. Saber de sus andares, la mirada que ella tenía respecto a los feminismos, la lucha por los derechos sexuales y reproductivos, sobre todo en temas de aborto.” – Jessica Techalotzi,
Otros aspectos que reconoció Jessica en Natalí es su capacidad para inspirar a las mujeres; replantear otras narrativas sobre el aborto; cuestionar discurso hegemónicos y visibilizar a las niñas, adolescentes o mujeres con discapacidad. Sin embargo, afirma que su mayor aprendizaje es su persistencia en la defensa a través del cuidado, el amor y la empatía con sus compañeras de lucha.
Para Jessica, el futuro de la lucha de Natalí es ante el fortalecimiento de la ultraderecha en varias partes del mundo. Uno de los ejemplos más relevantes es Estados Unidos, donde desde 2022 se mantienen restricciones totales o parciales que limitan los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
“Algo que he aprendido de ella es que siempre es importante estar pendientes de estas luchas, qué se está discutiendo ahora, desde dónde se hacen reflexiones nuevas, cómo podemos seguir construyendo, qué está pasando en otros territorios, qué dicen las otras compañeras, cómo lo están viviendo, qué aprendizajes han tenido. Esa genuina escucha como traerla acá (…) disponer el cuerpo a estar receptivas a poner atención a lo mejor como en qué implicó en otro territorio” –Jessica Techalotzi.
Otra mujer que puede dar cuenta de la defensoría de Natalí es Guadalupe Quintero Flores, consultora en temas de violencia contra las mujeres en espacios físicos y digitales también CAFIS A.C. Ella la describe como una mujer amable, paciente y sorora.

Se conocieron por primera vez cuando acudió a la organización para realizar sus prácticas profesionales como parte de su formación en psicología. La primera impresión que tuvo de ella fue la de una mujer “imponente con carácter loable, pero firme”.
Trabajando como colaboradora de la organización se dio cuenta que Natalí siempre ve por las mujeres a su alrededor y puede brindar una mano amable para todas. Su personalidad fuerte y aguerrida, motivan a Guadalupe a ser una mejor persona, defender sus derechos y ayudar a otras mujeres.
“Trabajar con Natalí ha sido para mí un gozo, ha sido muy divertido. Yo insisto, es una mujer que me inspira demasiado. Tiene el corazón muy grande. Siempre ve por las mujeres. Es una mujer comprensiva, empática, paciente con una escucha activa todo el tiempo (…) es una mujer que siempre está, no se da por vencida.” -Guadalupe Quintero.
Pese a la percepción de sus compañeras de lucha, a Natalí le ha costado nombrarse como una defensora y reconocer su propia trayectoria. Atribuye esta dificultad a la cultura machista y patriarcal que hace creer a las mujeres que deben realizar acciones extraordinarias para percibirse como actoras de cambio.
A pesar de ello, siempre procuró tejer redes con mujeres que ahora ocupan puestos de decisión o que en algún momento las cuestionaron y después se convirtieron en aliadas. Además, adquirió conocimientos en distintas áreas como derecho, atención a víctimas o prevención de la violencia, siempre con respeto hacia quienes acompaña.
Ser defensora en Puebla no ha sido una tarea fácil. Natalí recuerda que los primeros años de su lucha solía ser más cuidadosa con las acciones que implementaba, ya que no sabía qué respuestas iba a recibir. Ejemplo de ello fue cuando comenzó a manifestarse junto con tres o cuatro mujeres, puesto que la gente la insultaba, rompía sus cosas, le aventaba el vehículo en movimiento y recibía mensajes intimidatorios.
Incluso gente conservadora llegaron a lanzar huevos a su casa. Aunque nunca supo quién fue la persona responsable, se preocupó porque fue la mayor agresión que experimentó en sus veinte años de lucha. Esto socavó su espacio personal y reveló que sabían el lugar de su residencia.
“Entonces se organizan estos hombres que están con cara de enojados, que nos empiezan a gritar cosas, que a veces tienen un rosario y nos apuntan con un rosario como si fuera un vampiro o algo. En fin, que hacen estas cosas que también son formas directas y simbólicas de confrontarnos.” -Natalí Hernández.
Las agresiones la llevaron a tomar medidas de seguridad y conciencia sobre la importancia del autocuidado.
“Siempre he creído que los espacios de lucha no tienen que ser espacios dolorosos. Para mí es importante reivindicar el autocuidado (…) desde mi experiencia feminista, creo que que si lo hacemos desde el amor, desde el cuidado hacia nosotras mismas y hacia las otras pues también estamos reivindicando otro lugar de las defensoras.” -Natalí Hernández.
Detrás de la despenalización
El estado de Puebla es una de las sociedades más conservadoras, ya que la Iglesia tuvo gran influencia en su fundación en 1531 en medio de la conquista y colonización de Nueva España. Más adelante, se moldeó con elementos indígenas y europeos para formar una sociedad religiosa.
A lo largo de la historia de México han sido varios los intentos de separar la Iglesia del Estado; sin embargo, hoy es una entidad dónde la presencia de instituciones religiosas sigue activa y resultado de ello es la instalación de 365 iglesias en el estado.
La “Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas en México (ENCREER)” señala que en Puebla el cambio sobre la religión es lento o moderado. Los datos estadísticos señalan que nueve de cada diez personas poblanas encuestadas pertenecían a una religión.
El porcentaje de personas adscritas por religión se reparten en 72.51% católica 6.49% testigo de Jehová, 3.0% adventistas del Séptimo Día, 3.23% iglesia de Jesucristo, 2.85% cristianas, 2.13% Luz del Mundo y 1.1% evangélicas.

Ante este panorama, Natalí pensó que nunca se despenalizaría el aborto en Puebla, pero atribuye que el mayor obstáculo era precisamente esa sociedad prejuiciosa y moralista del estado.
“Caminas y ves una iglesia en cada esquina, la gente va los domingos a misa, el arzobispo es muy activo en sus sermones del domingo, sí hay un contexto muy conservador y religioso”, detalló la defensora.
La postura conservadora del estado permanace presente, pero gracias a las nuevas generaciones que se ha ido transformando hasta llevar al movimiento feminista a pelear por la despenalización del aborto. La defensora apuntó que la decisión del Congreso fue más una respuesta ante la presión que por convicción.
Por ello, para llegar a la discusión de la despenalización del aborto en Puebla, Natalí tuvo varias reuniones con las legisladoras y legisladores y así fue construyendo el camino. En la legislatura LXI hubo la posibilidad de impulsar la iniciativa, pero no habían suficientes diputadas y diputados que votaran a favor, por lo que siguió trabajando hasta que existió el número suficiente en el Congreso para que se aprobara.
Otro factor que permitió la despenalización fue la entrada y salida de los gobiernos, ya que para julio de 2024 quien gobernaba el estado era Sergio Salomón Céspedes Peregrina y estaba por ascender Alejandro Armenta de Mier, ambos del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
“De alguna manera una preocupación que tenían los gobiernos estatales era que dijeran, «Este gobierno despenalizó” como quedaba en medio de la entrada y de la salida de unos, pues parecía que no era responsabilidad de nadie y creo que eso fue una cosa muy importante para que se aprobara.», mencionó Natalí.
Han pasado más de 365 días desde que Puebla logró la interrupción legal del embarazo (ILE) y desde la perspectiva de Natalí, la Marea Verde bajó la intensidad ante el desgaste físico, económico y político de negociar por varios años para llegar a este logro feminista.
“Como que todas nos cansamos y colgamos tantito el pañuelo y las botas abortistas (…) hay que descansar, hay que retomar fuerzas”, apuntó la defensora.
Pero la despenalización sigue firme y avanza. Ahora existe una línea de sector salud habilitada para dar información sobre los servicios de aborto a través de WhatsApp.
En CAFIS A.C. actualizaron la página de “La tía Amparo” y ahora contiene datos de servicios de salud verificados por la organización. También mantienen un diálogo abierto con quien coordina el programa de aborto seguro en Puebla.
Este año han estado trabajando en la Ley de Salud para que se reforme y garanticen los servicios porque detectaron fallos en la repartición de medicamentos, falta de información de los lugares donde se ofrece el servicio o farmacias que niegan la existencia del medicamento. Esto orilla a las defensoras a seguir de cerca no solo los acompañamientos, sino el tema del aborto en general.
Para Natalí, la expectativa a futuro es garantizar la cobertura en los 217 municipios del estado de Puebla, ya que algunos quedan hasta cinco horas de la ciudad o de Tehuacán, Atlixco y Cholula donde estan centralizados los servicios de aborto, lo que pone en desventaja a quienes viven en otros contextos.
Reconoce que a nivel social falta reiterar los servicios existentes en el estado a los que las poblanas tienen derecho. Por ejemplo, prácticarse un aborto con procedimientos actualizados, más seguros, con medicación en casa, sin quedar hospitalizadas o pagar grandes cantidades de dinero. En cambio, a nivel institucional aún se tiene que exigir que se otorguen los servicios y que se reconozcan que son un derecho.
Otro reto se encuentra en los servicios privados, donde en clínicas son manejadas por grupos antiaborto que intentan aleccionar a las mujeres e inhibirlas.

La lucha de Natalí no hubiera sido posible sin las alianzas que construyó en el camino con feministas, defensoras, periodistas y colaboradoras.
“Yo creo que una aliada es esta persona, mujer o compañera que puede sumar en algún proceso, en algún momento, en alguna situación en la que alguien necesita apoyo o ayuda. En específico en el tema de aborto, pues aquella persona que puede de alguna manera dar información o apoyar a canalizar o también defender que todas podamos decidir y tomar decisiones informadas en un contexto seguro, en un contexto cuidado.” -Natalí Hernández, defensora de los derechos sexuales y reproductivos.
Escucha el podcast
Otras historias
AVISO A MEDIOS: Es posible retomar la información siempre que se respeten los créditos de las autoras. Favor de contactar a [email protected]
La producción de Aliadas, historias de vida de periodistas y defensoras se logró con el apoyo de Brot für die Welt

Diseño web: anamon.studio