Inicio 49.6% de mujeres son migrantes a nivel mundial

49.6% de mujeres son migrantes a nivel mundial

Por Soledad Jarquín

Gabriela Javier e Irma Galván, emigrantes oaxaqueñas, son parte de los 95 millones de mujeres (49,6%) que han salido de sus lugares de origen en el mundo para vivir en otras naciones, buscando mejorar su condición de vida, pero sobre todo la de sus hijas e hijos cuando los tienen y de sus padres y hermanos cuando son solteras.

San José Gualatova, es una agencia municipal de Zimatlán, Oaxaca. En esta pequeña comunidad, ubicada a 45 minutos de la capital del estado, más del 90 por ciento de las viviendas son construcciones sólidas. Dos de cada tres viviendas están deshabitadas. ¿Por qué causa?, la migración.

FALTA DE OPORTUNIDADES

Tal y como lo señala el informe El Estado de la Población Mundial 2006, Hacia la esperanza: Las mujeres y la migración internacional, publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) las mujeres migran en busca de mejores oportunidades, pero bajo muchos riesgos.

El informe apunta que es preciso que nadie se vea forzado a emigrar debido a la desigualdad, la exclusión o limitaciones alternativas existentes en los países de origen, sin embargo, la mitad o más de la mitad de las y los habitantes de San José Guelatova han emigrado de manera permanente desde hace varias décadas por falta de oportunidades.

En marzo de 2000, Gabriela Javier tenía 32 años, tres hijos de dos, diez y catorce años cuando emigró para alcanzar a su marido, quien lo había hecho apenas unos meses antes. Tras el pago de mil 800 dólares cruzó caminando el desierto, de Arizona, por dos días y dos noches. Todavía siente las rasgaduras de las espinas en la cara y las manos, el miedo a las víboras y de otros peligros de los que se fue enterando en el camino, porque no sabía nada de nada.

En la casa se quedaron las dos niñas y el niño, la abuela los cuidaría mientras ella enfrentaría un mundo diferente y lleno de oportunidades de trabajo y buenos salarios, pero que implicaba largas jornadas de trabajo de hasta 12 horas continuas, discriminación de hispanos que se traducían en malos tratos y obstáculos para obtener mejores salarios.

GUELATOVA EN OKLAHOMA

En Oklahoma, durante los tres años y medio que estuvo fuera de casa, Gabriela trabajó en un hotel donde se enfrentó a tareas pesadas en extremo. Luego en una imprenta, donde laboró de las 16:00 horas a las 4:00 horas del día siguiente. Más adelante en el turno matutino trabajó en un vivero y de las 17:00 horas hasta las 2:00 del siguiente día haciendo limpieza en despachos de señores importantes. No sin antes haber hecho la comida, es decir, tenía en su haber doble y hasta triple jornada de trabajo.

Con la migración, destaca el informe sobre El Estado de la Población Mundial 2006, las mujeres reciben sueldos superiores a los que podrían obtener en sus países de origen, aun cuando con algunos graves inconvenientes, entre ellos la separación de los hijos y otras personas queridas.

Uno de madre no quiere dejar a los hijos. Pero hay personas que saben bien las cosas y me decían, tu esposo es para toda la vida, tus hijos son prestados, porque en cualquier momento ellos van a agarrar el vuelo, los van abandonar y tu esposo no, relata Gabriela sobre el momento en que tuvo que tomar la determinación de marcharse sin saber por cuanto tiempo y donde fueron fundamentales los consejos del padrino Abelardo y de mi suegra.

En el documento que UNFPA presenta previo al Diálogo de Alto Nivel de 2006 dedicado a la migración internacional y el desarrollo, que se efectuará este mes en Naciones Unidas con representantes de todo el mundo, también señala que el dinero que las mujeres migrantes envían al lugar de origen pueden elevar por encima de la pobreza a las familias y hasta comunidades enteras.

Este documento, apunta Safiye Cagar, directora de la División de Información, Asuntos de la Junta Ejecutiva y Movilizaciones de Recursos del UNFPA, será una oportunidad de importancia crítica para velar por que se reconozcan y aborden explícita y adecuadamente las necesidades y los derechos humanos de las mujeres migrantes y su contribución al desarrollo y la reducción de la pobreza.

Tal y como sucede en San José Guelatova, donde unas 400 personas están fuera de la comunidad, la mayoría de ellas radicadas en Oklahoma, Estados Unidos, el resto -alrededor de 500- permanecen ahí o trabajan en comunidades cercanas.

VOLVER?

Gabriela explica que hubieran deseado permanecer allá por más tiempo, pero también querían saber de sus hijas e hijo. Allá uno tiene mucho trabajo y también tiene dinero, aquí hay mucho trabajo, pero no hay dinero, dice mientras mira el sembradío de maíz frente a su casa.

Con el dinero enviado -coinciden ella y su esposo Moisés Cruz, ahora policía municipal en Zimatlán y árbitro de futbol los fines de semana para complementar el gasto familiar- lograron que sus hijos tuvieran para comer bien, solventar las deudas, cubrir los gastos de la escuela y arreglar la casa que se había deteriorado después del temblor de septiembre de 1999.

Pero nada más, hoy la situación económica no mejora. Me gustaría seguir migrando, porque al menos así solventamos los gastos más urgentes. Por ejemplo, no pudimos pagar la escuela a mi hija que ya estaba estudiando Derecho, ella se tuvo que salir y ahora simplemente se casó, por eso me dan ganas de volver?.

El informe indica que hacia el año 2005, la cantidad de mujeres migrantes era ligeramente superior a la de hombres migrantes en todas las regiones del mundo, a excepción de África y Asia. En 1990 las mujeres emigrantes de América Latina fueron las primeras en el mundo en desarrollo cuyas cantidades alcanzaron paridad con las de hombres. Los países de destino fueron los de Europa, América del Norte y otros de América del Sur.

También sostiene que las migrantes se desplazan para contraer matrimonio, reunirse con esposos y familias o trabajar. Son empleadas domésticas, limpian las residencias y cuidan enfermos, ancianos y niños, además de otras actividades, entre ellas agricultoras, camareras, trabajadoras en talleres, profesionales, artistas de espectáculos y trabajadoras del sexo. Son jóvenes y ancianas. Casadas, solteras, divorciadas y viudas. Muchas migran con sus hijos, otras se ven forzadas a dejarlos atrás.

SERVICIO DOMÉSTICO, SALARIO PROFESIONAL

Irma Galván Carreño, alcanzó a una hermana y un hermano en Oklahoma, un 22 de enero de 1996, permaneció allá por 10 años, regresó cada dos años para la fiesta del santo patrón y ver a sus padres. A finales de enero, estaba de vuelta en la frontera, pero esta vez no tuvo suerte. La migra la detuvo y fue deportada. Sin embargo, está segura que un día lo volverá a intentar.

A diferencia de Gabriela, Irma siempre pasó por la línea con buenos coyotes y sin mayor problema. No me importaba pagar, lo que fuera, iba y venía por lo menos cada dos años, cuando no venía a la fiesta del pueblo me sentía muy triste.

Como su hermana y su cuñada, se empleó para limpiar casas en zonas residenciales de Oklahoma. Cuando la casa era grande le pagaban 100 dólares diarios, si era más pequeña el sueldo disminuía a 70 dólares al día.

Enviaba el dinero a mis padres, mejoramos la casa e hicimos ahorros, cuenta con orgullo. En México, Irma tiene problemas para encontrar trabajo, como la edad algo de lo que no se fijan en las casas de allá, ni siquiera les importa si tienes papeles, lo que cuenta es que hagas bien tu trabajo. Además aquí no hay ni en qué trabajar, añade.

El estudio UNFPA apunta que el servicio doméstico es uno de los principales sectores que impulsan la migración laboral femenina internacional.

A medida que fue aumentado el número de mujeres de América del Norte, de Europa occidental y de Asia oriental que ingresaron a la fuerza laboral, fue disminuyendo la cantidad de mujeres disponibles para cuidar a los ancianos, los niños y los enfermos.

Por ejemplo, cita, en Estados Unidos la proporción de mujeres que trabajan y tienen hijos menores de seis años aumentó pronunciadamente del 15 por ciento en 1950 hasta más de 65 por ciento en la actualidad.

Para los países, tanto de origen como de destino, la contribución de las mujeres migrantes puede literalmente transformar la calidad de vida. Pero esta dedicación se cobra un precio: porque la migración tiene un costado sombrío, sostiene el informe.

Algunas cifras

95 millones de mujeres migrantes en el mundo

49,6% del total

232 mil millones de dólares en remesas

167 millones llegan a los países en desarrollo (India, China, México y Filipinas)

06/SJ/CV

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