En México, el 52 por ciento de las mujeres rurales vive en pobreza extrema, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).
Ello ha provocado que cada vez tengan menos acceso a trabajos bien remunerados y reconocidos debido a que son encasilladas en una sola actividad por su baja preparación educativa.
Un estudio de la Secretaría de la Reforma Agraria y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), reveló que el total de mujeres rurales sin preparación profesional y económicamente activas se ubica en 25.8 por ciento de la población femenina.
Según este estudio, en las pequeñas localidades de menos de dos mil habitantes, 77 de cada 100 mujeres no tienen educación básica, mientras que 20 no tienen ningún tipo de instrucción.
Las brechas entre comunidades indígenas y rurales se hace cada vez mas presente. El estudio destaca que de cada 100 mujeres del área urbana, por lo menos 19 tiene estudios profesionales mientras que en las zonas rurales sólo tres de cada 100 tiene nivel profesional.
Las actividades a las que se dedican las mujeres rurales son principalmente la agropecuaria (28.6 por ciento); industrial (25.6 por ciento); y trabajadoras domésticas con 12.9 por ciento.
El estudio reveló que los empleos «mejor» remunerados son los menos poblados, como lo es el caso de profesionistas y técnicas las cuales ocupan solamente el dos por ciento de éstos comparado con los empleos no remunerados o por cuenta propia en donde la participación de las mujeres es del 60 por ciento.
Finalmente, el estudio destaca que las actividades mejor remuneradas en el área rural son las de maestras, artistas, profesionistas y técnicas.
LGL/MEL
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