El fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es «histórico» porque reconoce que la cárcel debe estar reservada para conductas criminales, y no para castigar a las mujeres que, a juicio de una minoría conservadora, no están dispuestas a ser santas o heroínas a la fuerza, concluyó el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias Penales, Jesús Zamora Pierce.
En conferencia de prensa, convocada por el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), Zamora Pierce señaló que así como no se puede obligar a «todas» las mujeres a abortar cuando el producto tenga malformaciones congénitas graves, tampoco se puede obligar a las mujeres a tener a ese hijo si deciden no hacerlo.
Al hacer un balance sobre la resolución de la SCJN, el penalista aseguró que los ministros le devolvieron al problema del aborto «su complejidad, porque es imposible reducirlo sólo al derecho a la vida».
La sentencia, dijo, reconoce que en el tema del aborto se concatenan al derecho a la vida otros derechos: los de las mujeres, el de la salud, el derecho a decidir.
En el mismo sentido el asesor jurídico de GIRE, Pedro Morales, indicó que la sentencia «le devuelve la autonomía reproductiva a las mujeres», y sobre todo demuestra que en el tema del aborto las creencias religiosas y las ideologías políticas deben dejarse de lado en la constitucionalidad de las normas.
Dijo que el paso a seguir es que se garantice en todos los hospitales de salud, asentados en la capital del país, la posibilidad de que las mujeres se puedan practicar un aborto por las causales que legalmente están permitidas: violación, imprudencial, eugenésico, grave daño a la salud de la madre, e inseminación artificial no consentida.
Al mismo tiempo es preciso, dijo, buscar que se reglamente la «objeción de conciencia» para aquellos médicos que se opongan a interrumpir un embarazo, siempre y cuando el gobierno de la ciudad garantice que haya médicos no objetores, y la madre no corra peligro de muerte.
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