Uno de cada seis niños angoleños padece desnutrición, situación que revela la magnitud de la emergencia en Angola, donde cientos de miles de personas apenas comenzaron a recibir ayuda internacional, a la que no tuvieron acceso durante tres años de guerra civil que terminó el pasado abril.
Una encuesta nutricional realizada por la organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) entre el 10 y 14 de junio a 15 mil personas en Chiteta, al norte de Angola, mostró que durante los primeros seis meses de este año se registraron 2.3 muertes por cada 10 mil habitantes al día.
Esta cifra cuadruplica la tasa general de mortalidad, y duplica el índice que marca una situación de emergencia. En el caso de los menores de cinco años, el índice de emergencia se quintuplicó.
A decir de MSF, desde su sede en París, 700 niños con malnutrición severa reciben actualmente tratamiento en su nuevo centro nutricional terapéutico en Bailundo, donde atienden también a personas oriundas de Chiteta.
Vicent Brown, el epidemiologista que coordinó el estudio, destacó que la situación se agravó por el acceso restringido a las zonas de acuartelamiento y reagrupamiento del grupo rebelde UNITA y sus familias, quienes impiden la llegada de ayuda a esta población vulnerable.
Los equipos de MSF asisten actualmente a 14 mil personas con desnutrición en 11 provincias de las 18 que constituyen Angola.
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