El impacto del neoliberalismo en la vida productiva del país y en general de toda la economía ha sido nocivo, de manera especial entre indígenas y campesinos, indicaron los participantes del IV Encuentro Nacional de Economía Solidaria.
Las organizaciones de Economía Solidaria, reunidas en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, analizaron el grave daño que este modelo neoliberal ocasiona en las culturas y cómo atenta contra la autonomía de comunidades y organizaciones a nivel regional y nacional.
Indicaron que la participación de las mujeres ha sido parte fundamental en el fortalecimiento y avance de muchas organizaciones de distintas regiones del país que forman parte de Economía Solidaria.
Al finalizar el encuentro, coincidieron en hacer realidad la soberanía alimentaría, defender el agua y la tierra y promover la producción orgánica; realizar todas las acciones posibles para recuperar la identidad, la autonomía y la construcción del sujeto colectivo.
Asimismo, en vivir relaciones justas entre hombre y mujeres, avanzar en la democratización de la economía y fomentar en toda la sociedad mexicana el consumo responsable, con campañas de difusión del valor y calidad de los productos de las empresas de Economía Solidaria.
Expresaron también su deseo por integrar un movimiento nacional e internacional amplio, que tenga la fuerza para incidir en las políticas públicas y cuente con la capacidad para construir una propuesta de desarrollo alternativo, así como una sociedad con relaciones justas y libertarias.
De igual forma indicaron que es necesario establecer las alianzas latinoamericanas y mundiales necesarias para la transformación del modelo internacional, esto «convencidos de que somos parte de ese otro mundo que está siendo posible».
La Economía Solidaria surge de la necesidad de dar respuesta a la creciente deshumanización de la economía, al deterioro del medio ambiente y de la calidad de vida, así como a la falta de valores éticos que producen una degradación creciente en la cultura y la educación.
El incremento de la pobreza y las desigualdades sociales que afectan en especial a las mujeres, la exclusión social y económica, el paro y el empleo precario son las consecuencias más evidentes de esta deshumanización de la economía, puntualizaron.
Economía Solidaria se constituyó en el año 1995 y en diciembre de 2000 modificaron sus estatutos para convertirse en una Red de Redes, que desde entonces agrupa tanto a redes territoriales como a redes sectoriales.
2005/GT/GM
