Las campesinas mexicanas carecen -entre muchas otras cosas- de acceso al crédito particularmente por no llenar los requisitos para obtener préstamos, tema que se discute aquí en el Seminario de Análisis de la Política Crediticia para el Medio Rural con Equidad de Género.
Solamente una de cada cinco ejidatarios es mujer y estudios concluyen que en el 96 por ciento de los casos, son los varones quienes toman las decisiones, indicó María Luisa Molina, directora general de Promoción y Enlace del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) que co organiza con Financiera Rural y otras tres instituciones este foro que concluye mañana sábado.
En las décadas recientes, abundó la funcionaria, las mujeres rurales comenzaron a incursionar en actividades de generación de ingresos tales como procesadoras de granos y frutas, lácteos y carnes, o bien, artesanas jornaleras o emigrantes.
Beatriz Paredes, ex dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), organismo afiliado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la mayor organización campesina de México, consideró que las líderes campesinas a cualquier nivel son siempre un estímulo para otras mujeres y alienta su propio trabajo.
Entrevistada al final de la inauguración, Paredes Rangel consideró que en este momento el principal problema para las productoras rurales es que no son las titulares de las tierras.
Por ello se pronunció a favor de que algunas instituciones generen fondos de garantía para que más mujeres puedan acceder a los préstamos sociales y llamó a la banca comercial a no desatender a este grupo poblacional.
LAS CIFRAS DE LA EXCLUSIÓN
Las cifras oficiales más recientes del gobierno mexicano indican que hasta el año 2000 habitaban en comunidades rurales 12.3 millones de mujeres y 12.6 millones de varones. Estos últimos en constante emigración, lo que ha generado la llamada «feminización del agro».
De todas estas habitantes cerca de medio millón de mujeres son titulares de alguna tierra, cifra que representa 14.2 por ciento de casi 3.5 millones de titulares de la propiedad social del país, según cifras de la Secretaría de la Reforma Agraria.
En tanto, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), asegura que el 80 por ciento de las campesinas realizan actividades productivas. De todas ellas 28.6 por ciento son hortelanas y floricultoras, 26 por ciento trabajan en actividades agroindustriales y otro 31 por ciento en actividades sin especificar.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), asegura a su vez que en México el 52 por ciento de las mujeres rurales vive en pobreza extrema, lo que ha originado que cada vez tengan menos acceso a trabajos bien remunerados y reconocidos debido a que son encasilladas en una sola actividad por su baja preparación educativa. LA CARRERA POR EL 2006
Cuestionada por la prensa local sobre la posibilidad de que una mujer llegue a la presidencia en el 2006 reiteró su convicción de que todos los partidos tienen posibles candidatas.
Lamentó que los medios de comunicación insistan sobre ese punto, sin prestar atención a los problemas de fondo como son los de las mujeres campesinas.
El seminario culmina mañana sábado y en él participan también una decena de organizaciones campesinas, entre ellas representantes de El Barzón y El Campo no Aguanta Más.
2003/MR/MEL