Inicio Aniversario 12 de La Voz de la Sierra Norte

Aniversario 12 de La Voz de la Sierra Norte

Por Francisco Javier Ramos*

A primera vista, por el gran movimiento de personas que entran y salen de la instalaciones, uno podría pensar que se encuentra en una dependencia oficial de atención ciudadana. Pero no es así, se trata de La Voz de la Sierra Norte, una radioemisora de puertas abiertas a la que llegan todo tipo de visitantes.

Son sobre todo indígenas de los pueblos nahuas y totonacos (lenguas en las que transmite, además del español), para hacer pública la invitación a la fiesta del pueblo, a la reunión de la comunidad o simplemente para pedir alguna canción, mandar un saludo o localizar a un animal perdido.

Ubicada a las orillas de la indígena y mágica Cuetzalan, en el estado de Puebla, la XECTZ, una de las 20 emisoras del Sistema de Radiodifusoras Culturales Indígenas, inició oficialmente sus actividades el 21 de agosto de 1994; se localiza en el 1350 de amplitud modulada, con una potencia de 10 mil wats.

Con transmisiones diarias de 6 de la mañana a 7 de la noche, la señal de esta emisora a cargo de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), llega a poco más de mil comunidades de 64 municipios de la Sierra Norte de Puebla, así como a 980 localidades de 18 municipios del estado de Veracruz, en la región del Golfo de México.

En su programación incluye temas relacionados con tradiciones y cultura indígena, derechos de los pueblos, migración, medio ambiente, salud, género, niños, nutrición y otros.

Hay espacios dedicados a la música, como el de huapangos y trova. En promedio, 40 por ciento de los programas se transmiten en náhuatl, 40 por ciento en totonaco y 20 pro ciento en español.

También son receptoras de la estación algunas comunidades ñahñus y tepehuas.

UN CONSEJO QUE SI ES CONSULTADO

Desde sus inicios, comenta el indígena nahua Isauro Chávez, actual director de la emisora, la radio nació con una vocación de servicio. Con esa intención, dice, se conformó un Consejo Consultivo integrado por unas 60 personas de 27 organizaciones que representan los diferentes intereses de las comunidades.

El consejo, director y trabajadores de la emisora, se reúnen en diciembre para definir la programación, la cual se empieza a transmitir a partir de febrero. La gente de los pueblos debe participar en la programación; esa es una de las condiciones en la que nos hemos empeñado.

Entre las personas que intervienen en este consejo, apunta el entusiasta jefe de la radio (como él se identifica de manera jocosa), se encuentran líderes naturales de las comunidades, representantes comunitarios, mayordomos, tenientes de danza, mujeres y hombres curanderos, promotores comunitarios de la cultura e identidad indígena…, así como miembros de agrupaciones civiles, profesionistas y estudiantes que trabajan a favor del desarrollo de las comunidades.

Y mientras Isauro (bajito, moreno, sonriente, come años, de mirada lúcida) habla de la radio con la pasión de quien hace lo que más le gusta, por uno de los corredores de la estación pasan mujeres indígenas, descalzas y ataviadas con sus típicos vestidos blancos decorados con alegres bordados a mano. Algunas cargan en su rebozo o en el huacal (especie de hamaca tejida con ixtle) al hijo pequeño.

Ellas vienen de una reunión de mujeres celebrada en uno de los salones que la radio pone al servicio de la comunidad. También para eso la radio abre sus puertas. La entrevista con el jefe de la emisora, por cierto, se realiza en un pasillo, pues en su oficina se lleva a cabo otra reunión.

NOS DEBEMOS A LA GENTE

Son 14 los integrantes del equipo de trabajo que hace posible el funcionamiento de la Voz de la Sierra; Todos son bilingües; hablan totonaco o náhuatl y español. Pero a pesar del grado de calificación que han alcanzado, algunos ya hasta con más de una década de experiencia, sus sueldos al mes apenas promedian los 4 mil pesos.

Somos empleados de la CDI, pero nos debemos a la gente, afirma enfático Isauro Chávez, quien recuerda que ya desde 1985, en la población de Zimapán, de donde es originario, formaba parte de un grupo cultural que junto con otras organizaciones soñaba con la posibilidad de echar a andar una emisora de radio.

Hacer radio es un reto continuo, dice, y entre los logros más importantes de la emisora se pueden contar la buena relación que ésta tiene con la gente, abunda.

*Publicado en el periódico Noticias de Puebla Tlaxcala.

06/FJR/LR

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