Si bien el Pew Spanic Center indica en un estudio que la migración de personas mexicanas a esta ciudad está disminuyendo a partir del 2006 y que están optando por tener familias mas pequeñas, un análisis demográfico neoyorkino informa del «boom» de nacimientos de bebés mexicanos que da muestra de la nueva fuerza del grupo de inmigrantes, informa el New York Times (NYT).
De acuerdo con el análisis, en 28 por ciento se han incrementado los nacimientos en mujeres que viven aquí desde el 2000 al 2005, con ocho mil 234 bebés nacidos en el 2005, el ultimo año de las
estadísticas disponibles.
El NYT indica que por primera vez el número de bebés de mujeres mexicanas sobrepasa al de las dominicanas, que bajó más de diez por ciento en el mismo periodo.
En tanto, las madres nativas, que cuentan con menos de la mitad de los nacimientos en la ciudad, tienen siete por ciento menos bebés en los cinco años en cuestión.
La doctora Iffath Hoskins, del Lutheran Medical Center en Brookin hospital que incluye pacientes inmigrantes de más de cien países y fundado hace una centuria para el cuidado de las familias de los marinos de Norwegian dice que estos números abren un nuevo capitulo de la historia familiar.
«Hemos estado viendo los cambios», dice la responsable de obstetricia y ginecología del hospital, con 30 años de experiencia en traer niñas y niños al mundo, y atendiendo al nutrido grupo de dominicanas desde 1990.
«La población dominicana llegó más temprano y ha estado haciendo lo que toda población de inmigrantes hace: han asimilado más sus vidas y están empezando a reflejarse en el número de los nacimientos, casándose a edades mayores, trabajando en oficinas, luchando por la educación y tendiendo familias pequeñas.
Las mexicanas constituyen el tercer grupo de inmigrantes, conjuntamente con las dominicanas que ocupan el primer lugar y las chinas.
Las mexicanas empezaron a llegar hace diez años en números grandes, como el caso, citado por el NYT, de Teressa Vázquez, de 19 años de edad, quien llegó procedente de la zona rural de Puebla, donde son tradición las familias grandes.
Hoskins dice que «niñas están teniendo bebés, convirtiéndose en madres y esposas a temprana edad. Tienden a tener bebés porque traen su cultura mexicana con ellas».
Teresa, madre de la recién nacida Lilian, expresó estar contenta con el nacimiento de su hija, porque «ella no tendrá problemas con sus papeles».
El rotativo expresa que es difícil pronosticar la proporción que adquirirá el «boom» de nacimientos mexicanos en Nueva York, como expertos lo han expresado. Pero lo cierto es que esto obedece al arribo de esposas, hermanas e hijas que habían dejado en México.
El Pew Spanic Center encontró que el crecimiento de personas mexicanas inmigrantes en Estado Unidos, en su mayoría indocumentadas, ha disminuido desde el 2006.
Este cambio en el tamaño de las familias mexicanas que llegaron recientemente a Estados Unidos es sorprendente, porque se opera tan solo en una generación, ya que provienen de patrones culturales donde las familias suelen ser de hasta 11 miembros, dice la antropóloga de la Universidad de Nueva York, Alyshia
Galvez, quien realizó un estudio reciente donde halló que las mujeres mexicanas de esta ciudad tienen dos hijos en promedio por pareja.
Sin embargo, aunque el futuro pareciera promisorio para esta comunidad, no le es tanto. Las altas tasas de deserción escolar entre los mexicanos, que truncan su carrera universitaria de los 18 años en adelante, constituye en un desafío para las autoridades escolares de la ciudad, dice el académico Robert Smith, reconocido mexicanólogo que enseña en Baruch Collage.
La antropóloga Galvez coincide con las apreciaciones de Robert Smith: dice que el censo muestra que la inmigración mexicana cuenta con el más bajo nivel escolar, el menor ingreso económico por persona y el más bajo índice de dominio del idioma inglés, entre los grupos de las minorías en Nueva York.
«Lo que es desesperadamente necesario es una intervención focalizada y oportuna en esta comunidad», declaro al NYT el profesor Smith, «para contribuir eficazmente en la lucha contra la deserción escolar entre los mexicanos. Podemos hacer una gran diferencia en su futuro si intervenimos ahora».
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