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Aumenta ligeramente participación política de chilenas

Por Redaccion

Sorprendidos por los recientes cambios de los ministros de Relaciones Exteriores, Defensa y Secretaría General de Gobierno en Chile, pocos repararon en un dato clave de la política de la presidenta Michelle Bachelet: la equidad de género, escribe Jorge Luna en el Especial de Prensa Latina Mujeres del Tercer Milenio.

La mayoría de los titulares periodísticos resaltaron la renuncia del canciller Alejandro Foxley, reemplazado por el embajador de Chile en Washington, Mariano Fernández, a su vez sustituido por el hasta entonces ministro de Defensa, José Goñi, quien fue relevado por el ministro vocero Francisco Vidal.

La vacante dejada por Vidal en ese estratégico Ministerio de la Secretaría General de Gobierno fue ocupada no por un enroque ministerial, sino por la exdiputada del Partido Por la Democracia Carolina Tohá, convirtiéndose en la primera mujer en la historia que asume esa cartera.

Ella es hija de José Tohá, quien fue ministro del presidente Salvador Allende y murió víctima de la violación de sus derechos humanos en 1974.

Con su nombramiento, Bachelet elevó a 10 el número de mujeres en su gabinete ministerial, en el que participan también 12 hombres.

Este hecho no fue destacado en los medios chilenos, pero para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), pasos como éstos conforman un proceso en curso, vigoroso y probablemente irreversible de creciente participación femenina en la política de la región.

LAS PRESIDENTAS

Las presidentas en América Latina y el Caribe han sido históricamente pocas y consideradas casos aislados: María Estela Martínez en Argentina (1974) y Lidia Gueiler en Bolivia (1979), así como Ertha Pascal Trouillot (Haití), Mireya Moscoso (Panamá) y Violeta Barrios de Chamorro (Nicaragua) en los años 90.

Actualmente, sólo Chile y Argentina tienen presidentas: Michelle Bachelet y Cristina Fernández.

Aunque en los últimos años hubo incrementos de participación femenina en política en casi todos los indicadores, los analistas recomiendan acciones afirmativas, como las leyes de cuotas, para consolidar ese proceso.

La CEPAL consultó en marzo a más de 400 líderes de opinión y tomadores de decisiones de la región, quienes coincidieron, esencialmente, en que la paridad política entre hombres y mujeres ha aumentado. Los incrementos son considerados pequeños pero seguros.

Las y los funcionarios, legisladores, políticos, empresarios, académicos, comunicadores y dirigentes sociales y religiosos consultados señalaron que en sus países creció el acceso de las mujeres a puestos de representación en el parlamento, el gobierno o los municipios.

La proporción de mujeres en los parlamentos latinoamericanos pasó de un ocho por ciento en 1990 a un 18 por ciento en 2008. Su participación dentro de los gabinetes ministeriales durante los últimos tres períodos presidenciales aumentó de un 13 por ciento a un 27 por ciento.

Asimismo, la proporción de alcaldesas en la región pasó de cinco por ciento en 1998 a 6,8 por ciento en 2008.

La consulta de la CEPAL, elaborada con motivo del reciente Día Internacional de la Mujer, se basó en dos de los temas centrales del Consenso de Quito, acordado durante la Décima Conferencia Regional de la Mujer.

El primero plantea la responsabilidad compartida de mujeres y hombres en el ámbito familiar y la paridad en el acceso a los puestos de decisión política. El otro subraya la necesidad de aplicar acciones positivas, como las leyes de cuotas.

La gran mayoría de los consultados opinó que la participación femenina no retrocederá en los avances obtenidos. Es decir, se mantendrá o crecerá, pero un alto porcentaje (69 por ciento hombres consultados y 92 por ciento mujeres) coincide en que deben adoptarse medidas legislativas para alcanzar la paridad política entre hombres y mujeres.

Según la CEPAL, las leyes de cuotas son vistas favorablemente por tres cuartas partes de todos los entrevistados (65 por ciento de hombres y 88 por ciento de mujeres).

EL CASO CHILENO

En marzo, la presidenta Bachelet recordó a las chilenas la necesidad de concretar una mayor participación e igualdad de la mujer en los diversos ámbitos de la vida nacional y pidió romper con la inercia que mantiene estancada la proporción de mujeres electas en los municipios y en el Parlamento.

Planteó la conveniencia de que en las elecciones parlamentarias de diciembre venidero haya más mujeres candidatas y que los partidos políticos se pongan a la altura de estos requerimientos.

Asimismo, opinó que la democracia chilena va a ser infinitamente más sólida en la medida que hombres y mujeres participen en la vida cívica en pie de igualdad, pero aclaró que ello no puede depender sólo de la buena voluntad de los partidos y corresponde garantizarlo por ley.

En ese sentido, subrayó la urgencia de que este mismo año el Congreso apruebe la ley que garantiza la participación equilibrada de hombres y mujeres en la política, a la vez que prometió impulsar otro proyecto, el cual establece la igualdad salarial entre chilenos y chilenas.

LAS CIFRAS

Teresa Valdés E., del Observatorio de Género y Equidad, aseguró que las chilenas sólo ocupan el 13 por ciento de los cargos en el Parlamento y, desde 1953, solamente aumentaron de una a dos senadoras.

En un reciente artículo publicado en La Nación, señala que esas cifras son impresentables y agrega que ni la Cámara de Diputados ni el Senado reflejan la sociedad que somos.

Tras reconocer las medidas de defensa de los derechos de la mujer por el Gobierno de Bachelet, Valdés puntualizó que el Congreso se ha quedado atrás, estancado en una idea de democracia del siglo pasado.

Precisa asimismo que ha sido incapaz de discutir y aprobar tres mociones que buscaban mejorar la proporcionalidad de las candidaturas en las listas y tampoco ha discutido la propuesta gubernamental que busca la representación equilibrada de mujeres y hombres en las elecciones.

A los partidos –concluye Valdés– les toca ser artífices de la democracia que nos merecemos, inclusiva y participativa, la cual reconoce que si la mujer no está, la democracia no va, como lo hemos voceado desde hace más de dos décadas, finaliza el texto de Prensa Latina.

09/JL/GG

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