La violencia hacia las mujeres aumentó en 337 por ciento de 1996 a la fecha, lo que demuestra un claro sentimiento de odio cuyo ejemplo más palpable son los 370 asesinatos de mujeres en la norteña localidad de Ciudad Juárez, afirmó hoy René Jiménez Ornelas, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Al participar en el segundo día de mesas redondas Los Hombres Ante la Misoginia: Miradas Críticas, que inició ayer en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, el sociólogo definió a la misoginia como el dominio del hombre hacia la mujer.
Indicó que autoridades misóginas como el ex gobernador del norteño estado de Chihuahua, Francisco Barrio Terrazas, actual coordinador de la fracción parlamentaria del PAN en la Cámara de Diputados, o el actual, Patricio Martínez, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quienes han expresado que «ellas se lo buscaron por llevar una doble vida o porque se fueron con el novio», refuerzan la creencia de que las mujeres son basura y están expuestas a que las maten.
El sociólogo explicó que la misoginia provoca violencia física, emocional, verbal, sexual, discriminación económica, laboral y social bajo el mito de que el hombre es superior a la mujer.
En la sociedad mexicana por razones culturales el mayor peso lo tiene el hombre al ser el jefe de familia proveedor, en tanto que a la mujer se le relega a las actividades domésticas.
Explicó que en general las religiones, los tradicionalismos y los medios de comunicación fomentan la misoginia al difundir estereotipos que colocan en desventaja a las mujeres.
La Iglesia Católica además impide a las mujeres ejercer el sacerdocio y las limita a ser monjas, señaló el investigador a manera de ejemplo, lo que generó un pequeño debate con los asistentes, una de las cuales aseguró que es mandato de Dios que las mujeres estén en sus casas.
Pero Jiménez Ornelas insistió y aseguró que la Iglesia Católica fomenta la sumisión femenina ante los hombres pues durante años les ha inculcado que deben estar a disposición del marido, aún cuando exista violencia e infidelidad dejándolas bajo la tutela del esposo.
EL MALTRATO
Explicó que las formas más comunes de misoginia en el hogar se manifiestan en maltrato psicológico, físico y sexual, abuso económico y en algunos casos, agregó, se les obliga a pedir dinero y se les prohíbe usar métodos anticonceptivos.
En el ámbito laboral no se contempla el trabajo doméstico como una aportación a la economía y aunque cada vez son más las mujeres que se incorporan a las fuerzas productivas, solamente el cinco por ciento recibe buenos salarios en tanto que el 50 por ciento padece acoso sexual en su trabajo.
El también académico del Colegio de México explicó que las mujeres son tratadas en forma desigual por la justicia toda vez que reciben castigos hasta 15 veces mayores que los hombres por el mismo delito.
Respecto a los medios de comunicación, consideró que reproducen imágenes estereotipadas de las mujeres y a través de la publicidad fomentan la dominación masculina. Hay programas misóginos que incluyen desde chistes machistas hasta la denigración de las mujeres, agregó.
Jiménez Ornelas, quien ha hecho estudios de género en coordinación con la Unidad de Análisis Sobre Violencia de la UNAM, dijo que las mujeres se sienten más inseguras en la calle y el transporte público por lo que han dejado de hacer actividades como viajar solas de noche, se han dejado de vestir de determinada forma y de usar joyas.
Por último dijo que la misoginia se puede contrarrestar a través de la cultura de la denuncia, se trate de familiares, amigos o vecinos e insistió en que las mujeres no deben callarse ante las agresiones masculinas.
2003/LGL/MEL
