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Aumento en precio de alimentos incrementará la pobreza en AL

Por Gladis Torres Ruiz

El Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Luis Machinea, advirtió que de no tomarse medidas urgentes para aminorar los efectos del alza en los precios internacionales de alimentos, la pobreza y la indigencia aumentarán en la región.

Así lo señaló en un comunicado de prensa, donde advierte que el incremento de los precios internacionales es un fenómeno que se manifiesta desde hace varios años, pero que se ha acelerado en los últimos doce meses.

Abunda que las alzas en los precios del maíz, el trigo, el arroz, y oleaginosas, que en algunos casos superan el 100 por ciento son especialmente preocupantes.

Desde principios del 2006 y especialmente desde 2007 los índices de precios al consumidor de alimentos se han acelerado en la mayoría de las economías de América Latina y el Caribe, registrando un ritmo anual que oscila entre 6 por ciento y 20 por ciento en los distintos países, con un promedio cercano al 15 por ciento.

En este contexto y partiendo de las proyecciones de indigencia realizadas para 2007, la Cepal calcula que un incremento del 15 por ciento en el precio de los alimentos eleva la incidencia de la indigencia en casi tres puntos, de 12.7 por ciento a 15.9 por ciento.

«Esa alteración de los precios provocaría que 15.7 millones más de latinoamericanas y latinoamericanos, caigan en la indigencia. En el caso de la pobreza, los aumentos son parecidos ya que la misma cantidad de personas pasaría a ser pobre».

Esto representa una situación dramática para un vasto contingente de personas, señala el Secretario Ejecutivo de la Cepal.

Estas cifras demuestran los claros efectos negativos del aumento del precio de los alimentos, pero el panorama se complica aún más por los efectos de los incrementos que están experimentando los combustibles que impactan las tarifas del transporte y de varios servicios públicos, indicó José Luis Machinea.

Ante ello, el funcionario señala que resulta de la mayor prioridad poner en marcha y/o mantener políticas dirigidas a moderar esos efectos. Las políticas que pueden desplegarse son de diverso tipo y dependerán de la realidad de cada país y la experiencia que tengan en el manejo de diversos instrumentos o su situación fiscal.

POR LOS DERECHOS Y LA VIDA

En este contexto, del 10 y 13 de abril de 2008 en Brasilia, Brasil, se realizó la Conferencia Especial para la Soberanía Alimentaria, por los Derechos y por la Vida, donde integrantes de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) concluyeron que la soberanía alimentaria es un principio, una visión y un legado construido por los pueblos indígenas, campesinos, pescadores, las mujeres, jóvenes y trabajadores rurales que se han convertido en una plataforma y propuesta para la sociedad en general.

Así, mujeres, hombres, campesinos, trabajadores rurales, pescadores artesanales, pueblos indígenas, Redes y OSC involucrados en el tema de la soberanía alimentaria y el derecho a la alimentación, se reunieron para analizar el desarrollo económico y social de América Latina, el modelo industrial de agricultura y pesca y sus efectos climáticos y sociales, así como las alternativas basadas en la soberanía alimentaria y construir un plan de acción de la sociedad civil.

De la declaratoria final de este evento se desprende que: «el hambre y la pobreza no son producto de la casualidad, sino de un modelo que viola el derecho a la vida digna de las personas y de los pueblos, acrecentando la subordinación de la mujer, explotando su trabajo e invisibilizando su aporte social, económico y cultural».

Por ello la soberanía alimentaria es un principio, un derecho y un legado de las mujeres rurales, los campesinos, trabajadores rurales, pueblos indígenas y pescadores, que fue adoptada por los movimientos sociales para la construcción de un mundo, de una nueva sociedad, de una nueva forma de comprender las relaciones políticas, el desarrollo, los derechos humanos, la democracia y la forma de producir y mantener los alimentos y los sistemas alimentarios.

«En un mundo que se desangra día a día por la vergüenza que significa 81 millones de personas en extrema pobreza, 52 millones de subnutridos y 854 millones en el mundo entero», enfatiza el documento.

A pesar de ello, enfatiza la declaratoria, en todo el mundo de los nefastos efectos del modelo neoliberal, el sistema internacional, los gobiernos y las multinacionales insisten en someter al planeta a un desarrollo que agota las posibilidades mismas de la vida.

«La liberalización económica, como único camino para el desarrollo, impulsado por la agenda corporativa neoliberal, es directamente proporcional al crecimiento de la pobreza y el hambre en la región».

La debilidad de los gobiernos de la región para atacar frontalmente estos flagelos, para profundizar la democracia y la participación, para detener las tecnologías que atentan a la vida, ha reducido a las personas a meros agentes productivos, sin historia y sin rostro, dice el texto.

En este sentido las y los activistas destacan que la presión que ejercen las corporaciones y los consorcios industriales sobre las comunidades y pueblos, los gobiernos y el sistema de Naciones Unidas, es el resultado de la aplicación sistemática de un esquema económico a escala mundial, regional y nacional.

Con ello pretenden asegurar el control global sobre la naturaleza, el conocimiento y los alimentos de los pueblos y garantizar así su hegemonía política, económica y militar.

Una investigación realizada por el Institute of Development Studies, sobre las consecuencias de la implantación del modelo de «libre comercio» para los productos agrícolas desde 1990, señala que entre 1994 y 2004, la producción de alimentos de todos los países en desarrollo cayó un 10 por ciento, respecto a la década anterior, mientras que sus compras alimenticias externas crecieron 33 por ciento.

En tanto, los países del Norte, encabezados por Estados Unidos, tomaron el control mundial de los alimentos merced a los mil millones de dólares diarios de subsidios estatales que les permite exportar sus excedentes a precios por debajo del costo y quebrar las producciones domésticas del Sur, al cual, para facilitar el asalto, se le obligó a eliminar o reducir los aranceles. El hambre que sufre el mundo tiene como primera causa ese perverso modelo comercial, enfatiza el documento.

08/GT/GG/CV

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