Inicio Comienza la era del “buen vivir” para las mujeres: activista

Comienza la era del “buen vivir” para las mujeres: activista

Por Cirenia Celestino Ortega

El Oxlajuj Baktun (13 Baktun) es un poema cósmico que reivindica la tradición del buen vivir, el feminismo en nuestras vidas y la resistencia del pueblo maya.
 
Así lo señala Josefa  Pascual Andrés, maya q´anjob´al, facilitadora de procesos de formación de mujeres del Proyecto Mujeres y Jóvenes por una Alternativa Sostenible, de Huehuetenango, Guatemala.
 
Josefa asegura que el acercamiento del 13 Baktun representa un fin de un ciclo y el inicio de otro, de vida y de resistencia para el pueblo maya. “Implica que los pueblos mayas originarios nos apropiemos y conozcamos lo que nos dejaron abuelas y abuelos, su forma de ver el mundo, y aprovechar el nacimiento del nuevo sol”.
 
Con el 13 Baktun comienza la “era del buen vivir” que nos abre nuevas formas de entender el feminismo. El buen vivir de las mujeres que se traduce en encontrar estrategias para que las mujeres mayas y de todo el mundo vivamos felices.
 
“Ahora hablamos de nuestros Derechos Humanos, de nuestro derecho a participar en la vida pública, en decidir sobre nuestras vidas, antes no podíamos hacerlo”, observa Josefa.
 
Es difícil que alguien haya llegado a tener una buena vida, el sistema en el país y en nuestra casa nos han limitado a través de los roles de género que se nos han impuesto. Las que estamos en lucha es porque hemos vivido violencia o pobreza desde nuestra familia y hemos tenido que desconstruir la mentalidad machista de nuestros hermanos y padres, explica.
 
En el caso de  Josefa, ella vivió pobreza. Es la tercera de nueve hijas y por falta de recursos a los 13 años empezó a trabajar al mismo tiempo que estudiaba.
 
Cuidaba a un primo al que crió como si fuese su hijo. Fue ahí donde se dio cuenta del rol que jugaba, sus hermanas se casaron y al no cumplir el designio su situación no fue fácil.
 
Considerada la “rebelde” de la familia por ser la única niña que salía a jugar y estudiaba, finalmente se graduó como secretaria bilingüe, además de que habla el maya qabalq, su lengua materna.
 
Dentro del colegio se presentó la oportunidad de representar a la escuela dentro de una organización civil, de ésta nació Mujeres y Jóvenes por una Alternativa Sostenible.
 
En 2012 Josefa empezó a trabajar en la Asociación de Mujeres Ak´abal (amanecer, aurora, nuevo día, nuevo pensamiento para las mujeres), dedicada a fortalecer los procesos de empoderamiento de las mujeres, para que accedan a los consejos de desarrollo municipal de sus comunidades y su voz sea escuchada.
 
Como parte de Mujeres y Jóvenes por una Alternativa Sostenible,  parte de la Red de Organizaciones de Jóvenes del Norte de Huehuetenango, trabajan en nueve comunidades de Barillas, en Guatemala.
 
Josefa habla con las jóvenes en círculos de reflexión sobre cómo me gusta que me hablen y cómo no, cómo me tratan en mi casa y cómo trato a los demás, con el objetivo de establecer relaciones personales distintas, desde el respeto y la negociación para el “buen vivir”.
 
Para la dirigente maya Virginia Ajxup, “la práctica de nuestros principios, de nuestros valores, de los conocimientos ancestrales y fortalecer nuestra identidad harán que nuestros pueblos ocupen el lugar que les corresponde… tenemos un deber político de unir nuestras raíces con el presente”.
 
Santiago Bastos y Aura Cumes en “Mayanización y vida cotidiana” señalan que la identidad maya tiene su sustento en una cosmovisión que se basa en la relación armónica de todos los elementos del universo, transmitida de generación en generación, en la que las mujeres han jugado un papel determinante.
 
Agregan que la “autoidentificación” como indígenas mayas fortalece la resistencia indígena.
 
El Tzolkin o calendario maya, como lo señala el Ajq´ij – especialista en la cuenta del calendario ritual– Canek Estrada Peña, en su artículo “El Tzolkin” (2012), en los altos de Guatemala existe, aún hoy día, la permanencia del calendario mesoamericano de 260 días y sigue teniendo funciones prácticas entre los mayas.
 
El poema cósmico, como describe Josefa al 13 Baktun, sucede cada 5 mil 125 años, este 4 Ajpu, 21 de diciembre de 2012 se cumple el ciclo.
 
El nahual Ajpu, o signo del día Ajpu, es el día del sol. Es un día especial para las personas que se dedican a las artes y a comunicar sus ideas, música, pintura, comunicaciones, letras, etcétera, ya que se cree que cuando la luz del Sol ilumina, sus rayos hacen despertar la mente.
 
Según el Popol Vuh, es el día en que los gemelos Jun Ajpu e Ixb'alamke vencen todas la pruebas en Xibalba en el inframundo, mueren y resucitan, es decir, despiertan espiritualmente. Por ello también significa la transformación y mutación.
 
Es un día para pedir al Ajaw, el creador y formador, entendimiento sobre los conocimientos de las y los ancestros, para pedir la leche materna, para pedir por la curación de las enfermedades, por la fortaleza, valor y energía para vencer los obstáculos.
 
En este 13 Baktun, el pueblo maya pide al Ajaw la fuerza de la naturaleza para los pueblos indígenas que padecen la militarización, así como para la fortaleza de los movimientos sociales.
 
A pesar de la histórica división sexual del trabajo, que ha asignado a mujeres y hombres tareas distintas, donde ellas han quedado relegadas de muchos ámbitos de la vida, Josefa destaca los valores de igualdad de la cosmovisión maya: la dualidad, la complementariedad y la solidaridad, es decir, nadie es más y nadie es menos, somos completas todas las personas.
 
Bajo la consigna es Jelq´ab´, que significa “Tú eres yo y yo soy tú”, cuya aplicación traspasa el nivel personal, Josefa refiere que el 13 Baktun es una oportunidad para regresar a las enseñanzas que fortalecen la organización social y empoderamiento de las mujeres.
 
Por ejemplo, antes no se contrataba a personas para construir las casas, sólo se avisaba a la comunidad y todas las personas que podían asistían a ayudar. Los hombres trabajan, mientras las  mujeres cocinaban para todos y se convertía en una fiesta.
 
En la siembra era igual, todos acudían a sembrar y luego se iba a la casa de otra familia, por eso no se hablaba de poder económico, de quién tiene dinero y quién no, quién sabe trabajar y quién no.
 
Antes no había desnutrición ni pobreza porque había solidaridad entre pueblos. Josefa señala que el cambio de ciclo ayudará a entender a profundidad y de manera descolonizada la cosmovisión maya olvidada a causa del occidentalismo que ha venido a imponer el poder económico como una necesidad primordial para vivir.
 
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