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Con anemia, cuatro de cada diez embarazadas tzeltales

Llegamos y no conocemos la
ciudad, no están los letreros en
nuestra lengua, no nos explican
de qué estamos enfermos…
(mujer indígena)

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1º abril 08 (CIMAC).- Chiapas es la entidad con mayores índices de muerte materna en toda la República y sus municipios presentan altos índices de marginación social. Producto de ello es que entre las mujeres tzeltales embarazadas, cuatro de cada 10 tienen anemia, es decir, casi el doble de la que se presenta en la población general.

Así lo indica el texto «La salud de los pueblos indígenas de México», de Carlos Zolla, y es sólo un ejemplo de lo que ocurre en otras comunidades autóctonas, 53.6 por ciento de las cuales no tiene acceso a los servicios de salud.

Por eso, en los pueblos indios continúa presentándose desnutrición crónica, enfermedades de la pobreza, infecciones intestinales, influenza, neumonía, tuberculosis, muerte materna, paludismo, cólera y dengue.

Y, como botón de muestra, la población tzeltal ocupa el quinto lugar en mortalidad materna.

Todo ello hace decir al escritor Carlos Montemayor, que México no reconoce a los indígenas como seres humanos.

Nunca se les ha dejado vivir en paz, siempre han sido víctimas del despojo, la represión y la explotación, ya sea por parte de la Corona española, del México independiente o del contemporáneo, apunta Montemayor.

De ahí que sean los municipios indígenas los de mayor marginación, 50.7 por ciento de los 871 municipios con población indígena del país tienen Alta marginación, la esperanza de vida es menor al promedio nacional: 69 años de vida para las zonas indígenas, contra 76.

A ello se suma que aunque en el país se reconocen las diferencias lingüísticas, a pesar de que existen normas internacionales firmadas por el Estado y se aprobó la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, para los no hablantes de español el acceso a servicios como el de la salud es aún más difícil.

SALUD EN OTRO IDIOMA

Si para un «kaxlan» (mestizo o blanco) promedio es difícil acceder a los servicios de salud, viviendo en la ciudad, para un hablante de alguna de las lenguas mayas y zoques que se hablan en Chiapas es una actividad que pisa la palabra imposible.

Benjamina llegó a Tuxtla Gutiérrez procedente del municipio Tumbalá, después de 6 largas horas de camino,es como si hubiera idode la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez a Veracruz o al estado de Puebla, en el centro de México. En su pueblo le diagnosticaron cáncer de colón y le dieron un pase para el Hospital Regional de Tuxtla.

A ella la acompaña su esposo, Fermín, que sirve como traductor limitado de las necesidades de su compañera, que sólo habla chol.

Después de lo difícil que fue dar con el hospital, en la consulta el médico, apresurado por la cantidad de pacientes que lo esperan, le pregunta a Benjamina que si duele, mientras le aprieta la panza, y ella le dice en su idioma que sí, y le explica cada cuándo le duele.

El médico, entre la impotencia de no entender y la urgencia por atender a otros pacientes, le pregunta a él qué dice su esposa, Fermín, que tampoco entiende bien el español, resume que a su esposa le duele la panza y atrás de la espalda, está explicación la hizo más con señas que con palabras.

El médico le da otra cita y le dice que se presente a unos estudios, después de hacerse un lavado de estómago, mientras le indica el lugar señalando con la mano en el estómago.

Benjamina escucha «estómago» y no sabe si es el nombre de un país, de una persona, una medicina, pero sabe que tiene que ver con la panza, su esposo identifica a otros compañeros hablantes del chol durmiendo en los alrededores del Hospital y les pregunta cómo se hace un lavado de estómago.

Esta pareja, como muchas otras, trae limitado el recurso, no tenía contemplado quedarse otro día, pero aún así tuvieron que comprar el material necesario para hacerse un lavado en la farmacia de enfrente del Hospital, donde también se tuvieron que entender a señas, con la intervención de por lo menos 5 personas.

Con su poco español, pidieron un lugar para hacerse un lavado, pero no había espacio, finalmente consiguieron una carpintería donde, auxiliado más con las señas y escasas palabras, Fermín explicó a uno de los carpinteros su situación.

Éste, con un poco de desconfianza, les prestó el patio de su taller para que se hicieran el lavado, también les prestó su estufa y, finalmente, convencido de la situación de aquella pareja, les ofreció pasar la noche ahí, preguntándose por qué para los indígenas de Chiapas la salud estaba en otro idioma.

¿DERECHOS LINGÜÍSTICOS?

Este carpintero, al igual que esta pareja y seguramente al igual que muchas autoridades, desconoce que existe una Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, que a través de sus tres órdenes de gobierno –Federación, entidades federativas y municipios– en los ámbitos de sus respectivas competencias, reconocerá, protegerá y promoverá la preservación, desarrollo y uso de las lenguas indígenas nacionales.

En lamentables casos, la autoridad por omisión o descuido propicia que en Chiapas la salud esté en otro idioma, y con ello, la marginación y el olvido en el mismo idioma de siempre, en el de los pueblos indígenas.

En Chiapas se hablan 12 lenguas, tzotzil, tzeltal, chol, tojolabal, mocho, chuj, jacalteco, kakchiquel, zoque, mam, lacandón y kanjobal. De éstas, 5 están en desuso, chuj, mam, cakchiquel, mocho y lacandón. La última, de acuerdo a estudios del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, tiene escasos hablantes.

El Artículo 4 de la Ley en mención señala: «Las lenguas indígenas que se reconozcan en los términos de la presente Ley y el español son lenguas nacionales por su origen histórico, y tienen la misma validez en su territorio, localización y contexto en que se hablen», el artículo que le sigue, compromete al Estado a la promoción de las mismas.

El Artículo 6 ordena instrumentar medidas necesarias para asegurar que los medios de comunicación masiva difundan la realidad y la diversidad lingüística y cultural de la Nación Mexicana.

Además, este artículo obliga a los medios de comunicación masiva concesionados, de acuerdo a la legislación aplicable, la emisión de programas en las diversas lenguas nacionales habladas en sus áreas de cobertura, y de programas culturales en los que se promueva la literatura, tradiciones orales y el uso de las lenguas indígenas nacionales de las diversas regiones del país, acción que hasta la fecha no cumplen las concesionarias.

Esta misma Ley expresa que las lenguas indígenas serán válidas, al igual que el español, para cualquier asunto o trámite de carácter público, así como para acceder plenamente a la gestión, servicios e información pública.

Al Estado corresponde garantizar el ejercicio de los derechos previstos en este artículo, conforme a lo siguiente: La Federación y las entidades federativas tendrán disponibles y difundirán a través de textos, medios audiovisuales e informáticos: leyes, reglamentos, así como los contenidos de los programas, obras, servicios dirigidos a las comunidades indígenas, en la lengua de sus correspondientes beneficiarios.

Siendo Chiapas la segunda entidad del país con mayor diversidad lingüística, esta Ley no se ha hecho efectiva en su totalidad, sobre todo en algo tan importante, como es el servicio de salud.

08/PS/GG/CV

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