La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó el desplazamiento de 800 indígenas en la región de Tierralta, Colombia, tras una serie de amenazas de las Fuerzas Armas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Entre el grupo de personas desplazadas en esta zona indígena asolada por fuerzas armadas, resultaron afectados cerca de 250 menores de edad, lo que constituye una grave violación de las leyes humanitarias internacionales, dijeron funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde Bogotá.
Todos los grupos armados en Colombia, particularmente las FARC, tienen la obligación de respetar el derecho de las comunidades indígenas a mantenerse al margen del conflicto bélico, reiteró la ONU en un comunicado el fin de semana.
Al mismo tiempo, llamó al gobierno colombiano a garantizar las condiciones para un retorno seguro de todas las poblaciones desplazadas, mayoritariamente conformadas por mujeres y menores.
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