Las comunicadoras hondureñas Elia Hernández y Elba Rubio, de la emisora comunitaria «La Voz de Zacate Grande», fueron condenadas a prisión por los delitos de «sedición y desobediencia», y aunque alcanzaron derecho a fianza, se les prohibió salir del país y asistir a manifestaciones públicas.
En un comunicado, organizaciones de mujeres del país centroamericano manifestaron su solidaridad con las comunicadoras y repudiaron la resolución judical, a la que calificaron como «un golpe a la libertad de expresión, a la comunicación popular, y al derecho a informar y ser informado».
En Honduras las y los comunicadores ya no pueden ejercer su trabajo a la luz pública por que se convierten en blanco perfecto de la persecución y encarcelamiento por parte de la policía y la gente con poder en el país, sentenciaron las activistas.
Elia Hernández y Elba Rubio fueron detenidas el pasado 15 de diciembre por la policía preventiva y la fuerza naval hondureñas, cuando cubrían el desalojo de una familia que habitaba en un terreno codiciado por el magnate de los combustibles, Miguel Facussé Barjum, ubicado en la comunidad de Coyolito, de la Isla de Zacate Grande, al sur de Honduras.
A pesar de que las también feministas portaban sus identificaciones de prensa fueron detenidas y golpeadas, junto con otras 12 personas que se solidarizaron con la familia desalojada. Todas y todos fueron acusados por sedición y desobediencia.
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