La activista saharaui por los derechos humanos, Aminetu Haidar, regresó ayer a su casa en El Aaiún, Sahara Occidental, después de haber permanecido 32 días en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, España.
Por defender la libertad y los derechos de su pueblo, cuyo territorio es ocupado desde 1975 por el gobierno de Marruecos, Aminetu Haidar, de 43 años de edad, había sido expulsada forzosamente por autoridades marroquíes el pasado 14 de noviembre desde El Aaiún hasta la isla canaria, sin documentos ni pertenencias personales.
El avión que trasladó a la activista -acompañada por su hermana y un médico español- desde Lanzarote a El Aaiún, tuvo que sobrevolar el Sahara durante casi una hora antes de obtener la autorización para tomar tierra. Al llegar, la esperaba una ambulancia para trasladar a la activista a su casa, pero ella se negó a subir y pidió que la recogiese el vehículo de su familia. La policía marroquí le devolvió entonces el pasaporte que le había quitado hace un mes.
Según información de la prensa internacional, el regreso de la activista ha sido fruto de intensas negociaciones, desde el martes hasta ayer mismo, entre los gobiernos de España, Estados Unidos y Francia con Marruecos.
«Esto es un triunfo, una victoria del derecho internacional, de los derechos humanos, la justicia internacional y la causa saharaui», expresó Aminetu ayer, antes de emprender su viaje de regreso, desde el hospital de Lanzarote, donde había ingresado el día anterior con fuertes náuseas y sangrados estomacales.
Desde su casa, la activista declaró hoy ante la prensa internacional que tiene la intención de seguir su lucha hasta el final, aunque antes se tomará un periodo de reposo de dos meses, para recuperar su estado de salud, que se había empeorado seriamente tras su resistencia pacífica durante la que nada más ingirió agua con azúcar.
En sus declaraciones diplomáticas, los gobiernos de España y Francia reconocieron que, hasta encontrar una solución definitiva del conflicto, en Sahara Occidental se aplicará la Ley marroquí. En cambio, el movimiento en defensa de la independencia de Sahara Occidental, Polisario, exige una votación, en la cual el pueblo decida sobre el fututo del territorio.
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