La Diócesis de Saltillo interpondrá denuncia en contra de quien resulte responsable por la intimidación que la noche del pasado jueves 20 fue objeto Mariana Villarreal, miembro del Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, ubicado en la Diócesis de Saltillo, y por el allanamiento al inmueble por parte de dos personas desconocidas.
En conferencia de prensa, esta mañana el Obispo Raúl Vera dijo que espera que las autoridades no sólo investiguen el hecho, sino los anteriores suscitados en contra de su persona e integrantes del Centro Fray Juan Larios. Así mismo pidió que se les brinde seguridad a los miembros de la sociedad civil que trabajan en la Diócesis.
La irrupción de dos desconocidos a las instalaciones de la Diócesis de Saltillo y la intimidación de que fue objeto Mariana Villarreal (la encerraron en el baño, dejándola contra la pared) se suma a otros que se han sucedido en el mes de diciembre, tales como varias amenazas de muerte al personal del Centro Diocesano, además de los ocurridos contra el Obispo, como la persecución en auto por desconocidos en la carretera que conduce al municipio de Viesca.
Raúl Vera no descartó que las amenazas y la intromisión violenta a la Diócesis tengan que ver con el seguimiento que le ha dado al caso de Castaños –cuando 14 mujeres de la zona de tolerancia de este municipio fueron agredidas sexualmente por militares en 2006— ya que se han dado coincidencias. Sin embargo, recordó que personal de la Pastoral Laboral Nacional fue víctima de hurto y amenazas de muerte, las cuales siguen para quienes están involucrados en el caso de la explosión de la mina en Pasta de Conchos.
Destacó que las organizaciones civiles dedicadas a defender los derechos humanos son también perseguidas y atacadas. «No somos los únicos, dijo.
Después de los días de asueto con motivo de la Navidad, se acudirá al Ministerio Público para presentar la querella, aunque los agentes de la Procuraduría General de Justicia en Coahuila tomaron conocimiento el viernes 21 por la mañana, informó.
En un comunicado, el Centro Diocesano de Derechos Humanos hace hincapié en que los dos sujetos encapuchados y con guantes negros no se llevaron ningún documento, aunque se presume que era algún expediente lo que buscaban.
El Obispo fue puntual al señalar que no pueden hacer una elucubración sobre el tipo de papeles que querían, lo que sí es que existe la desconfianza de que podrían haber dejado algo, aunque no especificó qué.
Ellos traían la consigna de no dejar ningún rastro, en primer lugar porque no le mencionaron palabra a la señorita, segundo tenían el rostro cubierto y las manos. No son primerizos, se trata de personas que tienen capacidad profesional, concluyó.
07/SNM/GG/CV