Durante y después de los tratamientos contra el cáncer, el 75 por ciento de las y los pacientes sufren fatiga, que les dificulta incorporarse a la vida laboral y familiar. El ejercicio, una dieta saludable, y la recreación contribuyen a disminuir ese efecto secundario.
Así lo indica el texto «Cáncer de mama y estilo de vida», escrito por las doctoras Laura Suchil Bernal y Emma Verástegui Álvarez, del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), junto con el médico Robert Thomas del Hospital Addenbrooke’s, en Reino Unido.
Los autores señalan que la fatiga es uno de los múltiples efectos secundarios que padecen las mujeres y hombres que atraviesan por un tratamiento contra el cáncer, mismo que puede continuar después de la recuperación.
Durante la quimioterapia, más de 75 por ciento de las y los pacientes sufren fatiga, la cual es severa hasta en un tercio de los casos, por lo que repercute en su calidad de vida y capacidad de autocuidado.
Mientras están en tratamiento, la fatiga puede tener un impacto negativo, ya que por esta causa las y los pacientes pueden faltar a sus citas. Una vez que concluye el tratamiento, la fatiga puede dificultar su reincorporación al trabajo y a la vida familiar.
Para disminuir el agotamiento, es importante que lo comuniquen al personal médico que las atiende para identificar la causa y, cambiar de estilo de vida.
Además de los tratamientos, otras causas de fatiga son: anemia, insomnio, dolor intenso, medicamentos para el cáncer, consumo de antidepresivos, ansiedad, depresión e incluso visitas constantes al hospital.
Por ejemplo, la anemia puede combatirse con el uso de transfusiones sanguíneas o el consumo de factores de crecimiento. Cuando el agotamiento se debe a la falta de sueño puede mejorarse si se controla el dolor y se evita el uso de diuréticos por la noche.
Hacer ejercicio de forma regular también disminuye el cansancio y el estrés psicológico, frecuentes durante la quimioterapia y tratamientos biológicos.
De acuerdo con los especialistas, un estudio demostró que las mujeres que realizan ejercicio de 20 a 45 minutos, entre tres y cinco veces a la semana, tuvieron un mejor nivel de glóbulos rojos y sufrieron menor fatiga, al compararlas con pacientes de vida sedentaria.
TIPS CONTRA LA FATIGA
Los consejos para reducir este efecto secundario comienzan con la aceptación de que atraviesan por una enfermedad, que requiere cambios en sus hábitos de vida, como la alimentación.
Por lo que, las especialistas recomiendan llevar a cabo una dieta balanceada, saludable, frutas, leguminosas, verduras, fibra y proteínas. Recomiendan comer lentamente alimentos ricos en carbohidratos, como pastas, pan, arroz y papas y evitar tomar elementos con azúcar, pues provocan cambios drásticos en los niveles de glucosa.
También es importante realizar ejercicio con regularidad y establecer tiempos definidos para descansar entre sus actividades a lo largo del día.
Además, la recreación puede ayudar a reducir la fatiga, por lo que deben distraerse, mantener el interés por las cosas, reunirse con sus amistades y familiares y escuchar música.
De igual modo, debe evitar hacer esfuerzos, por lo que se recomienda que consiga ayuda para realizar actividades cotidianas que resulten más pesadas.
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