El 80 por ciento de los 50 millones de personas desplazadas a otros países o en el propio a causa de las guerras son mujeres, según un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Durante los conflictos bélicos las mujeres son sometidas a abusos sexuales generalizados, como ocurrió en Bosnia y Ruanda, donde la violación se convirtió en arma de guerra. Más de 20 mil mujeres musulmanas fueron violadas en Bosnia en un solo año –1992—y la gran mayoría de las sobrevivientes al genocidio de Ruanda en 1994 sufrieron agresiones de todo tipo.
ALGUNOS CONFLICTOS
En Colombia, entre septiembre de 1995 y marzo del 2002, el Sistema Unico de Registro de la Red de Solidaridad Social (RSS) de ese país incluyó a cerca de 524 mil personas de las cuales 256 mil 530 eran mujeres.
Según la red, en el 2001 las principales causas del desplazamiento fueron las amenazas generalizadas y específicas, enfrentamientos armados, masacres y tomas de municipios.
Entre los presuntos autores del desplazamiento se encuentran las Autodefensas Civiles y otros grupos paramilitares, entre el 46 y 63 por ciento, mientras que los grupos guerrilleros representan entre 12 y 13 por ciento.
Un trabajo de Leita Lima, ex representante de la ACNUR en ese país, titulado El desplazamiento Forzoso en Colombia: El Impacto en las Mujeres, señala que el desplazamiento presenta formas variadas de violencia contra la población femenina, como la violencia sexual.
Aunque son los hombres las principales víctimas de ejecuciones extrajudiciales y masacres, la violencia contra las mujeres y en particular la violencia sexual, por parte de los grupos armados es una práctica habitual.
El análisis señala que la retención o secuestro temporal de mujeres para abusar sexualmente de ellas y la exigencia de trabajo doméstico han sido también denunciadas en muchas ocasiones.
AFRICA
En la guerra en Sierra Leona, Africa Occidental, que se prolongó durante casi toda la década de 1990, la casi totalidad de los 4.4 millones de habitantes del país se vieron obligados a huir de su hogar.
Decenas de miles de personas murieron o fueron heridas durante el conflicto, casi todos fueron violados o mutilados. En julio de 1999 se firmó un acuerdo de paz y fueron enviadas al país africano destacamentos de soldados al servicio de Naciones Unidas, (Cascos Azules) pero el caos y la lucha continuaron estrangulando al país.
COMUNIDADES DE REFUGIADOS
ACNUR asegura que las difusas y tradicionales culturas de las comunidades de refugiados pueden padecer grandes tensiones y cambios durante un éxodo, haciendo que a menudo, resulte complicado proporcionar ayuda sin entrometerse demasiado en áreas socialmente sensibles.
De ello, las mujeres refugiadas son víctimas a otros niveles, variando desde una distribución injusta de alimentos en los campamentos hasta problemas de propiedad de la tierra cuando regresan a sus hogares o en sus esfuerzos por conseguir asilo político.
ACNUR recordó que en 1984, el Parlamento Europeo aprobó lo que entonces era una resolución revolucionaria, pidiendo por primera vez a los Estados miembros que consideraran a las mujeres con problemas por cuestiones religiosas o sociales como un «grupo social especial».
En 2001, un tribunal de crímenes de guerra de la ONU emitió su primera condena por violación como crimen de lesa humanidad y la Corte Penal Internacional tuvo jurisdicción sobre un amplio espectro de delitos que van desde la esclavitud sexual a la prostitución forzosa.
LAS MUJERES Y LA PAZ
Integrante de la junta directiva del ACNUR, con sede en Estados Unidos, Swanee Hunt declaró públicamente que actualmente las guerras son más peligrosas, con armas cuyo poder de destrucción crece más «allá de nuestra imaginación».
Resulta impensable no contar con mujeres implicadas íntegramente en cada etapa de un proceso de paz, tanto en la prevención y resolución de los conflictos como en la estabilización posterior solución a los mismos.
Ella piensa que una razón para involucrar a las mujeres en los procesos de paz es su sorprendente capacidad para superar las barreras del conflicto. Por ejemplo, refirió, en 1977, activistas de Irlanda de Norte ganaron el Premio Nobel de la Paz por sus manifestaciones públicas.
Recientemente se creó la Coalición de Mujeres de Irlanda del Norte, un partido político que también supera cualquier barrera sectaria, detalló.
Dijo que la Unión Europea, el Grupo de los Ocho Países más Industrializados (G-8) y el Consejo de Seguridad de la ONU, han hecho grandiosas declaraciones que insisten en la inclusión de las mujeres en los procesos de paz. «Las palabras están bien. Ponerlas en práctica seria aún mejor», resaltó.
Así, muchas mujeres se preguntan ¿quién paga por esos crímenes?, ¿quiénes se han comprometido a evitar que está situación se repita?, ¿serán indemnizados las y los huérfanos e incapacitados?
Cualquiera que sea el argumento para llevarla a cabo, la guerra es se basa en el dominio o exterminación de los oponentes, la eliminación de miles o millones de personas, la disgregación familiar y la orfandad de seres humanos, que en su mayoría son mujeres y menores.
RGL/MEL
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