Acotando la brecha en el liderazgo de las mujeres, fue el tema central de la Séptima. Conferencia del Foro Internacional de Mujeres celebrada en Madrid en Mayo. Evento que tuvo la representación de 58 países del mundo con la asistencia de mujeres destacadas en diversas disciplinas para analizar la clase de sociedad que estamos construyendo cuando los valores están siendo prioritariamente en los temas económicos y financieros, hablando un lenguaje común basado en el poder y el dinero.
Mujeres como Kim Campbell, quien fue primera ministra de Canadá y ahora es secretaria general del Club de Madrid, una organización compuesta de ex-jefes de Estado y de gobierno quienes trabajan para promover democracia en el mundo a través de colaboración con varios líderes de países en proceso de transición democrática.
Ella es una de las dos mujeres que han participado en la Cumbre del G-7 y también es presidenta del Consejo de Mujeres Líderes del Mundo, fue la anterior presidenta de este Foro Internacional, y además de moderar una sesión plenaria, realizó una cena con diez integrantes del foro en su casa.
Allí conversamos sobre lo que estamos haciendo en nuestros países y encontramos la manera de estrechar lazos para tejer una red de apoyo en las causas comunes. Hablamos de cómo entendemos esta capacidad inherente del espíritu humano para dirigir, manejar y gobernar, que está de manera inherente para cumplir el propósito y la misión para la cual la humanidad fue creada.
Sin duda que en este siglo las mujeres avanzarán más rápidamente que el anterior, dada su incorporación en la educación que nos ha permitido tomar la determinación de expresar la pasión interna a inspirar a otros para querer unirse en la búsqueda de las visiones de quienes buscan algo más alto y mejor. Las líderes son personas comunes que aceptan o son colocadas en circunstancias extraordinarias y que exteriorizan su latente potencial, produciendo un carácter que inspira seguridad y confianza en otras y otros.
Aunque el mayor liderazgo parece emerger durante los momentos de conflictos personales, sociales, económicos, políticos y espirituales, las demandas del liderazgo pueden requerir que se queden solas al enfrentar un conflicto, opinión pública o crisis.
Por supuesto, que para lo que cada una es dotada, con frecuencia revela el tipo de liderazgo para lo que fue destinada a ejercer y, en qué campo debe operar. Ya que dejar de buscar el propio potencial de liderazgo, privara a esta generación y las siguientes, de una única y vital contribución al mundo.
Encontrando que para muchas de estas mujeres el liderazgo es su deseo y destino, como el caso de Esperanza Aguirre quien es la actual presidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta del Partido Popular de Madrid; o como In’am Al Mufti que es pionera y precursora para las mujeres de Jordania en el parlamento y como promotora de los derechos de la infancia.
O bien, Shukira Barakzai, quien es pionera en el nuevo Parlamento de Afganistán y fundadora de Aina-e Zan (Espejo de mujeres) una publicación semanal, y participó en la revisión de los borradores de la Constitución Afgana; son mujeres emprendedoras sociales, políticas o de negocios cuyo deseo de cambiar las injusticias o introducir cambios en los procesos productivos, han tenido que controlar y regular su entorno y sus circunstancias.
La capacidad de responder a la responsabilidad es inherente en la naturaleza de todos los humanos, pero la mayoría de nosotras evadimos las oportunidades para activar o maximizarlas.
Reconocemos que todos deseamos influenciar, sin embargo hemos confundido la influencia con la dominación, entendemos que amar el dinero o al propio poder más que a la dignidad, valor, y bienestar de otros, es un abuso de nuestro poder para obtener ventaja.
Encontramos que el verdadero liderazgo no es un método, una técnica o una ciencia sino una actitud. Y que desarrollar el espíritu de liderazgo significa, corregir lo que haya escuchado, porque la mayoría de las cosas que anteriormente haya escuchado y aceptado como correctas, han influenciado negativamente a la imagen de una misma. El verdadero liderazgo le da a las personas una causa, una razón para vivir y un sentido de importancia que da el significado a sus vidas, de provecho.
* Periodista mexicana
06/LS/LR
