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El futbol y la prostitución

Por Lucero Saldaña

Tarjeta roja a la prostitución, fue la frase de campaña del Parlamento Europeo que anticipó a las autoridades de Alemania sobre la problemática a la que se enfrentarían con el Mundial de Futbol, acompañando a sus iniciativas diplomáticas la solicitud específica de suspender la autorización de la prostitución durante las fechas en que se celebraría la fiesta máxima de este deporte.

El carácter legal de la prostitución en Alemania, desde 2002 y la existencia de gigantescos prostíbulos que tienen la capacidad de recibir hasta 650 clientes por día, hace que el comercio de la carne se ha impulsado por este acontecimiento a la apertura o a la ampliación de sus negocios donde muchas mujeres son objeto de tráfico para alimentar este lucrativo comercio de la prostitución.

Las asociaciones que luchan contra la prostitución esperan que con la presencia de los medios de comunicación puedan hacerse oír, aunque la legislación sobre prostitución es competencia de los estados miembros de la Unión, el tráfico de seres humanos es un asunto interfronterizo, por lo tanto, debe regular la Unión Europea.

La prostitución es una industria que contribuye a la explotación y daña principalmente a la mujer, tanto física como psicológicamente. No obstante, no se puede combatir el tráfico sin poner fin a la explotación sexual.

La Ley sueca de 1999 es única porque castiga al cliente y no a las mujeres, y ha demostrado ser efectiva en reducir el tráfico.

Dado que cada año son trasladadas 500 mil personas ilegalmente a la Unión Europea, y casi el 90 por ciento de ellas se destinan a la explotación sexual, según el informe sobre las Consecuencias de la Industria del Sexo en la Unión Europea presentado por un comité en el Parlamento Europeo en 2004, con el Mundial de Futbol, la actividad de las mafias será todavía más intensa.

Por lo que se pidió a la Federación Alemana de Fútbol declarara que: «los hombres de verdad», están en contra de la prostitución forzada y el tráfico de personas. Y aunque esto no se logró, otras organizaciones de mujeres prefieren informar a las propias mujeres afectadas sobre sus derechos para hacer frente al problema. Asumiendo que es necesario que sepan a dónde ir para protegerse de la violencia ejercida por los proxenetas, los clientes u otros.

El Mundial es una buena oportunidad para tomar medidas que conlleven a cambiar de mentalidad en esta área, en lugar de facilitar el imán de la prostitución forzada, que desde los preparativos para la celebración futbolística se consideraron al repartirse 100 mil preservativos y establecer burdeles portátiles en 12 ciudades.

Y es que los primeros cálculos hablaban de 40 mil prostitutas procedentes de otros países, y me refiero particularmente a mujeres, porque representan el mayor porcentaje, ya que al ser hombres los protagonistas del futbol, aumenta de forma espectacular la demanda de sus servicios sexuales, como sucedió en Atenas en 2002, sólo que ahora se habla de 3 millones de aficionados que acogerá Alemania, no sólo para ver el futbol, sino para ingerir alcohol y comprar sexo, a sabiendas de que muchas de las personas dedicadas a la prostitución no lo hacen de manera voluntaria; por lo que además está presente el carácter forzado de esta actividad.

No se puede negar que la industria del sexo haya adquirido dimensiones internacionales y que en muchos países, sobretodo en Asia, es un motor de la economía.

La ironía está en que la prostitución legal o ilegal, no reduce las desigualdades ni los abusos de que son víctimas las personas en este negocio. Tampoco se ha visto que al legalizarla se apoyaría la labor de varios decenios para mejorar la condición femenina.

El dilema es si la prostitución es una forma de explotación que debe ser abolida o una profesión que debe reglamentarse. Hay otro debate entre la prostitución libre y la forzada.

En general, las personas abolicionistas consideran que la mayoría de las mujeres son obligadas a ejercer la prostitución; pero en lo que sí hay coincidencia, es en que una niña de 12 años de Nepal vendida en un prostíbulo de la India infestado por el SIDA, no ha dado su consentimiento a esta forma de esclavitud; o a que una mujer drogadicta neoyorquina que tiene que completar su cuota de clientes por día para darle al proxeneta, y le administre la dosis que necesita, tampoco es libre de tomar una decisión. O la ucraniana que decide irse a trabajar a Alemania de camarera, pero termina en un burdel.

Niños y jóvenes provenientes de la región Chea de Bohemia y de otros países de Europa del Este, son entregados a veces, por sus propias familias, a pederastas, porque, generalmente, vienen de familias numerosas y muy pobres, recibiendo de 6 a 30 euros, según UNICEF.

Las distinciones entre prostitución libre y forzada encubren las nocivas condiciones estructurales socioeconómicas, pobreza, marginación, falta de oportunidades, y abuso sexual que suelen empujar a las mujeres, niñas y niños a prostituirse. Y la fiesta del futbol es una oportunidad que no se deja escapar.
[email protected]
* Legisladora mexicana

06/LS/LR

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