Tere Mollá*
Hace unas semanas leía en la página web de la Red Feminista contra la Violencia de Género lo siguiente: «Un hombre logra la custodia de su hijo por el horario laboral más extenso y diverso de la madre, que además debía abandonar la vivienda familiar».
En el artículo se explicaba cómo la Audiencia Provincial de Guadalajara dictaba una resolución por la que concedía la custodia de un niño y el uso de la vivienda al padre, alegando que la madre cuenta con un horario laboral más extenso y disperso que lo hace difícilmente compatible con estar con el niño en actos como la comida diaria. La Audiencia no tomó en cuenta las declaraciones del niño de 12 años que dijo que prefería estar con su madre.
La madre era trabajadora temporal y digo bien era, puesto que acaba de quedar desempleada.
Y ante cosas como esta una se pregunta muchas cosas. Por ejemplo y, en primer lugar, ¿Para cuando una Ley que realmente concilie la vida laboral, personal y familiar de las personas trabajadoras? Por qué no se nos puede olvidar cómo se hizo la actual ley de Conciliación, que además de ser poco realista, está basada en modelos rancios, reaccionarios y machistas y que de nuevo pretende devolvernos a las mujeres trabajadoras a las casas como cuidadoras de las personas mayores, menores o dependientes de nuestro entorno.
Otra pregunta que surge es ¿No estarán desde algunos sectores más reaccionarios del Poder Judicial dándole la vuelta al principio de igualdad consagrado en la Constitución, para intentar, con medidas como ésta, por ejemplo, frenar el avance hacia la igualdad real por el que estamos luchando las mujeres?.
Y las cuestiones que me plantean casos como éste continúan: ¿Cómo podemos las mujeres trabajadoras conciliar vida laboral, personal y familiar si nuestros trabajos retribuidos (que de los otros, como dice mi amiga Inma, nos sobran) son mucho más precarios, con contratos de jornadas reducidas?
Más cuestiones son la maternidad, por ejemplo ¿Cómo hacer compatible ser madre con un período de descanso de apenas 16 semanas, cuando la madre tiene que dejar a su bebé para incorporarse a su trabajo cuándo éste es todavía un lactante?.
O ¿Cómo una mujer que es madre soltera por voluntad o imposición como consecuencia de una separación o divorcio que necesariamente tiene que trabajar para mantener su núcleo familiar, puede conciliar la vida laboral con la familiar y la personal, con el actual sistema de FALTA de protección a la maternidad?
¿Para cuando una reforma laboral que realmente tenga en cuenta las necesidades y las condiciones reales de las mujeres trabajadoras que han optado por ser madres y que no las discrimine frente a sus compañeros varones?
Son muchas las cuestiones planteadas. Lo sé. Y hay muchas más que se quedan en el tintero, pero es que estoy harta de reformas laborales que pretenden dinamizar el mercado laboral con nuevos tipos de contratos y casi siempre son los mismos sectores de población trabajadora los que salen perdiendo: las mujeres y los jóvenes.
Y si además eres mujer joven ya es el colmo. No puedes organizar tu vida biológica puesto que los trabajos que el mercado te ofrece son totalmente inestables y con horarios de locura. Y si, en el mejor de los casos decides ser madre y quedarte en casa cuidando al bebé un par de años, después el propio mercado de trabajo sólo te sigue ofreciendo trabajos mal pagados, con horarios espeluznantes que realmente impiden que puedas criar en óptimas condiciones a tu bebé.
La pescadilla que se muerde la cola, pero por lo visto para los cabezas pensantes que dirigen este país, son primero las leyes del mercado que los derechos laborales más elementales de las mujeres trabajadoras de este estado.
Después, eso sí nos espolean con el discurso hipócrita de que somos país de cola en términos de natalidad. Pues a ver si se animan ellos a tener hijos en estas condiciones.
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* Periodista española
06/TM/LR
